La especulación llena el vacío de poder que se respira en Palacio. Y esta habla de ajustes en las carteras políticas. Allamand y Bulnes son los que suenan para ocupar la jefatura del gabinete y el gremialismo empuja la salida del titular de Interior porque sabe que es ahora o nunca. También vuelve a sonar Andrés Chadwick para la vocería y se habla de que Von Baer caería en Medio Ambiente. El Presidente, que llega el domingo de Europa, tiene la palabra.
Las críticas de la UDI a la falta de conducción política del gobierno, dirigidas particularmente al ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, y la fuerte caída tanto del Presidente Sebastián Piñera como de su equipo, según la última encuesta Adimark, le dieron piso a la necesidad de que el mandatario efectúe un nuevo ajuste en el gabinete. La posibilidad de que eso se concrete, tras el regreso del jefe de Estado a Chile, parece más viable a raíz del Comité Político extraordinario que se realizó este viernes en La Moneda y que se prolongó por casi tres horas. Tal como ocurrió la vez anterior, ya comenzaron a surgir nombres, cosa que ha incomodado en Palacio, pero reconocen que es inevitable, dado el grado de efervescencia que se ha generado en las últimas semanas en el mundo político.
Por lo pronto, hay quienes esperan que la agitación política se calme con el regreso del Presidente, pronosticado para el domingo –aunque no se descarta que pudiera adelantarlo-, si bien reconocen que la UDI está haciendo todos los esfuerzos para provocar un cambio lo antes posible. Entre sus socios existe la convicción de que el gremialismo busca “deshacerse” del jefe de gabinete de Piñera y especulan que en la tienda de calle Suecia calculan que este es el mejor momento para hacerse escuchar, dados los evidentes errores que ha cometido el brazo derecho del mandatario.
En este complicado escenario que atraviesa la coalición gobernante, volvió a salir a flote la idea de que se hace indispensable un vocero experimentado políticamente. Y el nombre del senador y vicepresidente gremialista Andrés Chadwick vuelve a surgir como la posibilidad más clara de reemplazo para la ministra secretaria general de Gobierno, Ena von Baer, quien podría llegar al Senado. Sin embargo, un analista del oficialismo plantea que “la estrategia de seguir sacando parlamentarios del Congreso para reforzar el trabajo del gobierno, no es necesariamente la mejor”. Esta opinión es compartida tanto en sectores de la UDI como de RN, donde estiman que “con tanto cambio, podría terminar debilitado el trabajo legislativo y dado lo difícil que ha sido avanzar en la aprobación de algunos proyectos emblemáticos de esta administración, seguir sacando parlamentarios podría no ser la mejor decisión”.
Lo que sí es cierto es que tras los tropiezos de Hinzpeter –se reconoce que no fue bueno que le diera el apoyo a Hidroaysén el mismo día que se votada y que también salió mal parado del caso de las bombas lacrimógenas- en la UDI olieron la sangre y optaron por intensificar las críticas que se venían haciendo desde el año pasado en contra del jefe de gabinete. Para la UDI, el ministro más cercano al mandatario, tiene el defecto de ser también un liberal de tomo y lomo, por lo que le atribuyen toda la responsabilidad en la disputa suscitada en la Alianza por el Acuerdo de Vida en Común (AVC). Sin embargo, están los que temen que el remedio pudiera resultar peor que la enfermedad. Ello, porque una de las posibilidades que se menciona es que se produzca un enroque entre Allamand y Hinzpeter. Para los gremialistas más conservadores la llegada del ex senador a Interior, podría profundizar los problemas entre la tienda y el gobierno, debido a que el actual ministro de Defensa es el autor del polémico AVC.
Pero también hay un sector más moderado del partido que recuerda la buena relación que desde hace años ha tenido Allamand con la tienda. Misma que se arrastra desde que, el año 2005, el ministro defendió el mejor derecho de Joaquín Lavín para ser candidato presidencial, en desmedro del entonces aspirante de RN, Sebastián Piñera. Y es eso mismo lo que hace cuidar sobre esta posibilidad en el gobierno. Porque Allamand, dicen, no saldría a poner el pecho a las balas, como lo hace Hinzpeter, “entre otras cosas porque quiere ser candidato presidencial”.
Aunque son muchos los defensores de Hinzpeter que descartan su salida, argumentando que éste es “el ministro más leal al Presidente y de toda su confianza”, un observador del gobierno sostiene que “a veces la lealtad se demuestra justamente haciéndose a un lado, en beneficio del Presidente”. En todo caso, el ministro de Defensa está fuera del país y se supone que regresaría el próximo fin de semana.
Otro nombre que ha rondado como una posibilidad de llegar a Interior es el del actual ministro de Justicia Felipe Bulnes. Si bien en RN no quieren ni oír hablar de la eventual salida de Hinzpeter de la cartera, aunque no son pocos los que admiten que se “ha mandado algunos condoros, pero ¿qué ministro no lo ha hecho?-, reconocen que Bulnes estaría a la altura para reemplazarlo. De hecho, este secretario de Estado es uno de los más elogiados por sus pares, pero también desde la oposición, donde reconocen el “trabajo serio” que ha realizado en su cartera. Por lo que no lo descartan como un buen nombre, ante una posibilidad concreta de que Hinzpeter salga.
También se ha mencionado la posibilidad de que la vocera salte al Ministerio de Medio Ambiente. Pues la titular de esa cartera, María Ignacia Benítez, habría manifestado abiertamente su deseo de dejar el gabinete. Aunque la lenta, pero permanente baja en las encuestas que ha mostrado Von Baer, hace dudar a algunos en la Alianza en cuanto a que esté preparada para enfrentar un ministerio que será clave en los próximos años.
Y si bien en la coalición gobernante están concientes de que el cambio de gabinete, que algunos ven como indispensable, sólo depende del Presidente, una fuente oficialista afirma que aunque no se puede adivinar que tan rápido se hará, tras el regreso del mandatario, lo cierto es que “debe haber un cambio de gabinete de aquí a Agosto”. Ello, porque “estamos a poco más de un año de una elección y no podemos enfrentarla con el actual escenario”. La misma fuente admite, sin embargo, que “hay una fuerte presión de parte de la UDI” para que el cambio se concrete. Pero eso también podría ir en contra, porque “ya que todos saben que la UDI quiere aprovechar este momento, eso podría asegurar que no se haga ningún cambio todavía, sólo para no darle ese gustito” al gremialismo.
