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Luis Mariano Rendón: El dueño del megáfono

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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¿Cómo pasó de ser prácticamente un excéntrico y casi marginal dentro de los ecologistas a rostro más visible de la causa contra HidroAysén? ¿Cómo desde su pequeña organización logró reunir 30 mil personas y convertirse en el asesor más consultado para armar una marcha? Esta es la historia del hombre que sorteó la caída del muro de Berlín y abrazó la ecología como nueva utopía, pese a las críticas de su propio sector que más de una vez lo tildó de “polilla” y de recién llegado.


“Casi no me da el cuero para tanto foro”. Así grafica su situación actual  Luis Mariano Rendón. No fue el primero en hablar de ecología y menos de HidroAysén. Más bien  entró por la ventana,  convirtiéndose  para los medios en el rostro del activismo transversal que genera la causa contra la hidroeléctrica de Colbún y Endesa.

En contra de todo

Cierto. Si fuera por antigüedad Luis Mariano Rendón debería tener tanta notoriedad como Sara Larraín, cuyo nombre estuvo impreso en el voto de las Presidenciales  de 1999 y es una referencia en asuntos medioambientales, al menos en el Congreso, donde expuso la semana pasada, representando a su organización Chile Sustentable.

Pero no. Rendón hasta ahora era uno más. Incluso un  excéntrico, un “hippie” en palabras de Jaime Ravinet.

Probablemente, por su largo prontuario de activista, que empezó en las marchas contra Pinochet como dirigente de la Fech y luego giró hacia una discusión sobre “los límites del crecimiento”, como define él su causa de fondo.

En otras palabras se convirtió en el que siempre ha estado en contra de los alimentos  transgénicos, la polución del aire y el calentamiento global, pero también contra las autopistas, el puente sobre el Chacao, la especulación inmobiliaria y el comportamiento de la Armada después del terremoto. Todo con un par de querellas por injurias incluidas.

Mientras su compañero en la directiva de la  Fech ’89 Marco Antonio Núñez representa a un distrito como diputado, igual que sus contemporáneos Felipe Harboe y Alfonso de Urresti, Luis Mariano es profesor universitario y  se debe a un puñado de ambientalistas agrupados en Acción Ecológica, una organización de la que con esfuerzo se le escapan dos nombres, Manuel Zuñiga y Luis Monasterio.

[cita]Rendón era uno más, un excéntrico, un “hippie” en palabras de Jaime Ravinet. Pero después de la marcha del viernes 20 de mayo ya nada fue lo mismo. Rendón se transformó en un consultor de marchas.[/cita]

Entre ellos estuvieron los que publicaron un evento en Facebook anunciando una marcha contra HidroAysén para el viernes 13 de mayo. En rigor hubo más  organizaciones patrocinando como Alerta Chile, Defendamos la Ciudad y la Asociación de Barrios Patrimoniales, entre otras. Pero era Rendón, abogado de la Universidad de Chile, quien llenó el formulario y lo entregó en la Oficina de Partes. Además Rendón tenía buenas relaciones con Soledad Pérez, la jefa de Orden Público de la Intendencia Metropolitana,  con quien había tratado meses antes cuando estuvo detrás de las marchas contra la termoeléctrica en Isla Riesco, a la que asistieron no más de 500 personas.

Arriba de la baranda

Pero esta vez fue muy distinto. Cerca de las 19 horas de ese día Rendón camina megáfono en mano hacia Plaza Italia desde la Intendencia  Hasta último minuto estuvo allí negociando con las autoridades, incluido Fernando Echeverría con quién habló por teléfono el paso de la marcha derecho por la Alameda, hasta La Moneda. Pero finalmente el trato es doblar por Portugal y luego calle Tarapacá  hasta la Plaza de la Ciudadanía frente a la casa de gobierno.

De pronto, Rendón  tiene a la vista la multitud, que copa las dos pistas a la entrada de Providencia. Cruza y se para en la baranda a la entrada de la Estación Baquedano del Metro. El único megáfono es el suyo, y las instrucción  de esperar unos minutos hasta comenzar a marchar, la oyen solamente las personas que están adelante. Carabineros diría que ese viernes  se reunieron unas 30 mil personas.

La semana anterior hubo otra marcha. Justo el 9 de mayo cuando el proyecto hidroeléctrico fue aprobado por las autoridades regionales de Aysén. La manifestación quedó registrada sólo por la detención de Sara Larraín. Luis Mariano participó y la describe así: “fue muy confuso, no había conducción , nadie que se parara en alguna parte. Si tu no lo guías queda como una aglomeración de personas sin ninguna posibilidad de hacer una manifestación en orden”.

El invitado de piedra

En rigor, las actividades contra HidroAysén en el contexto de la cercanía con la  fecha en que se aprobaría, empezaron mucho antes. A comienzos de abril se reunió un grupo de ambientalistas y representantes del Consejo de Defensa de la Patagonia en la casa  de Sucre 2356 donde funciona la Corporación para la Conservación y Preservación del Medioambiente, Chileambiente. Un antiguo y poderoso referente ecologista con Hernán Sandoval, salubrista amigo de Ricardo Lagos a la cabeza del directorio, y Patricio Rodrigo, ingeniero y consultor cercano a Guido Girardi.

En ese encuentro, al que Rendón no estuvo convocado, se acordaron las primeras estrategias contra el proyecto hidroeléctrico, entre ellas distribuir en redes sociales la información institucional (teléfonos, correos) de la gente que votaría a favor o en contra el día 9. Luego, dos semanas antes de esa fecha, empezó el ruido en Coyhaique, un grupo de jóvenes despliega un lienzo en el paseo Horn, un lugar insigne en la ciudad, cuya fotografía aparece en El Mercurio. El día de la aprobación llegan los medios a cubrir las manifestaciones en la ciudad.  Al día siguiente, el martes 10, el senador Antonio Horvath participa en una conferencia de prensa en conjunto con la gente de Patagonia Sin Represas donde invitan a manifestarse antes del 21 de mayo.

“Rendón acoge este llamado que hicimos a empañar el 21 de mayo, él había visto la manifestación aquí llena de familias y advirtió el potencial que tenía la causa”, dice uno de los que participó en las movilizaciones, dejando la sensación de que en  la frase “la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana” atribuida a Napoleón, hay  algo de cierto.

Gente de Patagonia Sin Represas que prefiere no enemistarse con la armada que comanda Rendón, porque igual le agradece el arrastre que convoca, afirma sin embargo que “él entró recién ahora, y de alguna forma nos gustaría que la gente de la zona residente en Santiago tuviera una participación más destacada”, dicen, aludiendo a la Agrupación de Estudiantes Tehuelches, que de hecho participa en el grupo que aglutina Acción Ecológica. Además en estos juicios hay algo del resentimiento que descansa entre gente que lleva siete años de cabeza contra las hidroeléctricas en la Patagonia, pero jamás logró tanta convocatoria.

Mar de gente

Después de la marcha del viernes 20 de mayo, ya nada fue lo mismo. Se juntaron 40 mil personas en Plaza Italia. “Ahí ya estábamos más aperados, logramos conseguir una camioneta con amplificación y ya no era el único con megáfono”, dice Rendón quién hasta entonces tenía espacio en los medios lejos del mainstream y en adelante fue invitado fijo en casi todos los segmentos de televisión y radio donde se abordó el tema de las represas en la Patagonia, especialmente el de las manifestaciones en contra.

Y el sábado 28 fue la prueba de fuego, a la misma hora de la final de la Champions League entre el Manchester United y el Barcelona y en medio de cuestionamientos por los incidentes que dejaron un policía herido en la marcha anterior, los organizadores convocaron a una nueva manifestación. Ahora ya no había camioneta, ya era un camión pequeño.

“Hicimos ahí si un ejercicio de conducción. Fue un riesgo por el horario y todo lo que había pasado en la semana, pero cuando vi que la gente empezó a llegar a mares, me emocioné. La gente nos creyó, logramos un acto pacífico y alegre”, dice Rendón, quien cita un informe de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, donde se calculó la cantidad de cuadras ocupadas, por la densidad promedio y el resultado fueron 85 mil personas, muy lejos de las 20 mil que estimaron los cálculos oficiales.

[cita] Después de 20 años agitando banderas, al fin su momento llegó: “uno se ha preparado para esto, se ha formado en estos temas hace mucho tiempo”, reconoce Rendón.[/cita]

Como sea, Luis Mariano Rendón se transformó en un consultor de marchas. Le piden asesorías para armar movilizaciones contra las termoeléctricas en Arica, y contra HidroAysén en Lo Prado, La Florida y Puente Alto lo invitan a Cauquenes, una periodista lo llama para que diga algo contra el uso del automóvil en días de pre emergencia ambiental.

Después de 20 años agitando banderas, al fin su momento llegó: “uno se ha preparado para esto, se ha formado en estos temas hace mucho tiempo”, reconoce. En adelante, las manifestaciones que vienen son para hacer ruido con miras al Consejo de Ministros que debe reunirse para ratificar o rechazar el proyecto hidroeléctrico en poco más de un mes.

Por cierto que Rendón ya no está solo, se subieron al carro todas las demás organizaciones, entre quienes formaron una asamblea que toma las decisiones. “Con el coordinador Patricio Rodrigo la relación ha sido bastante fluida” admite Rendón, quién ha visto como se agolpa la gente que quiere pertenecer a Acción Ecológica, y busca una casa para recibirlos.

Además ya no toma las decisiones solo sino que obedece a la asamblea. Testigos de la última marcha, el domingo pasado, donde se decidió partir desde la Estación Mapocho, dicen que Rendón no estuvo de acuerdo en marchar por el Paseo Ahumada. “El creía que eso era retroceder cinco años sobre los espacios que ya estaban ganados, pero tuvo que aceptar la mayoría”, afirman. En efecto, según cifras oficiales la manifestación convocó a 450 personas y no alcanzó a completar su trazado previsto por culpa de la lluvia.

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