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Cheyre dice que jamás dudó de versión oficial de suicidio con explosivos de matrimonio Ledjerman-Ávalos Presidente del consejo directivo del Servel dijo que sólo en 1998 conoció la verdad

Cheyre dice que jamás dudó de versión oficial de suicidio con explosivos de matrimonio Ledjerman-Ávalos

«En estos y todos los hechos de mi vida, jamás he ocultado mi pasado y tampoco he dejado de asumir mis responsabilidades, enfrentando incluso aquellas que estimé no habían sido enfrentadas por otros en la trágica historia de Chile», sostuvo el ex comandante en jefe del Ejército.


El actual presidente del Consejo del Servicio Electoral y ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, respondió a los duros cuestionamientos planteados por Carlos Peña asegurando que «jamás he ocultado mi pasado ni he dejado de asumir mis responsabilidades».

Cabe recordar que el rector de la Universidad Diego Portales cuestionó -a través de una columna publicada en El Mercurio– el silencio que ha tenido el ex uniformado sobre la entrega que hizo de un niño de dos años (Ernesto Ledjerman) a un convento de monjas, cuyos padres -el argentino Bernardo Ledjerman Konujowska, y la mexicana María Ávalos Castañeda- fueron asesinados por una patrulla militar en La Serena.

Al respecto, Cheyre respondió hoy por el mismo medio: «En estos y todos los hechos de mi vida, jamás he ocultado mi pasado y tampoco he dejado de asumir mis responsabilidades, enfrentando incluso aquellas que estimé no habían sido enfrentadas por otros en la trágica historia de Chile».

«Estoy de acuerdo en que, como hombre público, ese pasado no es solo cosa mía ni de mi conciencia (…) en este triste hecho y otros acaecidos en La Serena mi actuar ha sido permanentemente sometido al escrutinio público a través de largas páginas de medios escritos, electrónicos y televisivos por más de una década, y de las investigaciones judiciales de rigor, sin jamás aceptar fuero alguno», agregó el general (r).

Cheyre hizo hincapié en que el caso judicial se encuentra cerrado y ejecutoriado por la Corte Suprema, «y quienes resultaron responsables han sido condenados».

Sobre los hechos, recordó: «El 8 de diciembre de 1973, con 25 años y siendo teniente, estaba destinado en La Serena como ayudante del comandante del regimiento, aunque más fundamentalmente ejercía como ayudante del intendente y desligado totalmente de la función operativa. Al regimiento llegó ese día una patrulla que traía a un niño de unos dos años. El comandante me transmite el relato de la patrulla, que es hijo del matrimonio que componían el argentino Bernardo Lejderman y la mexicana María Rosario Ávalos, quienes se han suicidado con dinamita cuando estaban siendo perseguidos por esta patrulla, cuya misión era detenerlos».

«Me dice que ya ha tomado contacto con el arzobispo de La Serena, monseñor Francisco Fresno, y me ordena buscar un convento de monjas que acoja al niño mientras él inicia los contactos con las embajadas de Argentina y México -países de origen de sus padres- para buscar a sus abuelos. Lo limpié, y de inmediato llevé al niño -jamás ‘fue retenido en el regimiento’- al convento, previo conversar con monseñor Fresno. El contacto entre el comandante y monseñor Fresno era frecuente, y a mí me correspondía asistir a algunas reuniones con un grupo de civiles que habían conformado y que abogaban por normalizar la situación y apoyar a gente que sufría. Se parecía a la idea que posteriormente implementó como arzobispo y cardenal en Santiago, de encontrar caminos de entendimiento y relaciones armónicas a nivel de personas comprometidas con el respeto a los derechos humanos y la protección de personas», añadió.

«Esa fue la verdad oficial que yo conocí en La Serena y que se mantuvo, según tengo entendido, hasta el año 98, en que se inició un proceso por denuncias acogidas por los tribunales. Hasta esa fecha jamás supe de antecedente alguno que me hiciera dudar de la versión oficial que se me comunicó el 8 de diciembre de 1973, causándome un impacto que nunca olvidaré al ser informado que una madre y un padre se habían suicidado colocándose cargas al estar siendo alcanzados por una patrulla, dejando a un niño abandonado», detalló Cheyre.

Al ser consultado ¿cuándo supo de la verdad sobre la muerte del matrimonio Lejderman Ávalos?, el ex comandante en jefe del Ejército recalcó que «luego de iniciarse el proceso en 1998, cuando concurrí a prestar declaraciones en las oportunidades que fui requerido. Este caso tuvo distintas instancias judiciales y un fallo final de la Corte Suprema. No se me imputó nunca nada, porque mi única acción fue ejecutar la orden de entregar al niño al convento, solo conociendo la versión oficial que se nos dio durante más de una década».

«A través del proceso al que tuve acceso y, posteriormente, con el fallo. En lo personal, el hecho me conmovió y me conmueve, marcando profundamente mi vida y mis actos cuando, teniendo los cargos que asumí, se me develó una verdad que había sido tergiversada por décadas por una versión oficial de la cual nunca tuve ningún antecedente para dudar de ella. Este episodio me ayudó a reforzar la certeza de que era una tarea fundamental en procesos como los vividos en Chile, rescatar la verdad como valor supremo y el recto actuar de los integrantes del Ejército para recuperar la confianza de todos los chilenos. Me comprometí con decisión y actos concretos que dan cuenta de ello. Se me develó una verdad que había sido tergiversada por décadas por una versión oficial de la cual nunca tuve ningún antecedente para dudar de ella», concluyó.

«No tengo ánimo de revancha con Cheyre»

“Vi el reportaje (de TVN). No sabía que tuvo tanto impacto y no recordaba que Cheyre no quería hablar del tema públicamente. La verdad, me pareció que Cheyre no nos contó todo, pero sé que él no fue responsable directo del crimen de mis padres”, sostuvo Ernesto Lejderman, quien fue entregado por el ex comandante en jefe del Ejército y hoy director del Servel a un convento de monjas tras el asesinato de sus dos padres.

“No pretendo funarlo, sólo que cuente su verdad. Televisión Nacional me convocó a hablar sobre mi historia y me da igual que esté Cheyre o no esté. No tengo ánimo de revancha”, agregó Lejderman, a través de un correo electrónico enviado al abogado de derechos humanos Héctor Salazar.

En entrevista con Radio Cooperativa, el abogado Salazar precisó que “Lejderman es el niño que fue entregado por el general Cheyre en el convento de monjas en La Serena cuando volvió la patrulla militar que había asesinado a sus padres y no sabían qué hacer con él”.

“Su jefe, Ariosto Lapostol, jefe de plaza, le ordenó que tomara contacto con la iglesia y lo hizo con el entonces obispo (Juan Francisco) Fresno, quien le hizo gestiones para que lo hicieran llegar a este convento mientras se tomaban las medidas para establecer contacto con la familia del niño en Argentina”, detalló.

Según Salazar, “desde el punto de vista de la investigación criminal, en este caso, no aparece una participación penal punible del general Cheyre (…) en ningún momento puedo decir que el general Cheyre haya secuestrado al menor. Cheyre no tiene ninguna responsabilidad penal. Ahora creo que como están dadas las cosas hoy es una estupenda oportunidad para que el general Cheyre explique cómo ocurrieron los hechos”.

“Lo que puedo decir, con certeza categórica, es que el general Cheyre no secuestró a ningún menor”, insistió.

Ottone defiende a Cheyre

Por su parte, el sociólogo y cientista político Ernesto Ottone comentó la columna escrita por el director de la UDP, Carlos Peña. En esa línea, recordó la época en que se desempeñaba como asesor del gobierno del Presidente Ricardo Lagos, señalando que hubo una “doctrina clara” sobre los nombramientos de los jefes de las Fuerzas Armadas.

“Había una investigación donde no sólo se le consultaba a los organismos del Estado sino también a otros sectores (relacionados con DD.HH.), y se buscaba en los archivos de la Vicaria de la Solidaridad”, subrayó en Radio Cooperativa.

En ese sentido, destacó que “a Cheyre se le nombró, porque la historia dio cuenta del rol que ocupó en la transición democrática”. En esa línea, Ottone llamó a la prudencia y a esperar ver cuál es la sentencia de los Tribunales de Justicia. “Todo es cuestionable, todo es investigable, pero debemos reconstruir una memoria verdadera y no en base a dichos, sensaciones e ideología”, recalcó.

Asimismo, dijo estar de acuerdo con el abogado Héctor Salazar en cuanto a que hasta el momento Cheyre no tiene “ninguna responsabilidad penal, por cuanto no secuestró a ningún menor”. Por lo anterior, dice, “Cheyre tiene que hablar”.

Historia

Ernesto Ledjerman Ávalos vio morir a sus padres cuando tenía sólo dos años de edad. Fueron asesinados por militares del regimiento Arica, de La Serena, el 8 de diciembre de 1973. Horas después, el entonces teniente Juan Emilio Cheyre lo entregó al convento de las religiosas de La Providencia, en La Serena.

La versión oficial de la época y que se le dio a las religiosas fue que los padres de Ernesto “se suicidaron dinamitándose”. En 2007, la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago condenó a la pena de diez años y un día a los autores materiales de los homicidios calificados del ciudadano argentino Bernardo Ledjerman Konujowska, y la mexicana María Ávalos Castañeda, los padres de Ernesto. Estos son el brigadier (R) que no llegó de ascender a general, Fernando Polanco Gallardo, y los suboficiales (R) Luis Fernández Monje y Héctor Vallejos Birtiola.

Reacciones

“Cheyre tiene muchas actuaciones oscuras cuando permaneció en servicio activo”, sostuvo el abogado e integrante de la Comisión de DD.HH. de la Cámara de Diputados, Hugo Gutiérrez (PC).

“Hay testigos en el proceso que indican que Cheyre fue uno de los oficiales que dieron el tiro de gracia en la cabeza a los 15 asesinados por el escuadrón del general Sergio Arellano, hecho ocurrido el año 1973”, agregó.

Por su parte, la presidenta de la AFDD, Lorena Pizarro, aseguró que Cheyre —cuando estaba en el regimiento Arica— fue “cómplice en el secuestro de un niño de dos años que luego fue entregado a unas monjas”.

“Cheyre mintió diciendo que era huérfano porque sus padres, el argentino Bernardo Ledjerman y la mexicana María Ávalos, eran terroristas que se autodinamitaron al fracasar su huida a Argentina”, concluyó.

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