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Delpiano debuta con el pie izquierdo y marcha del viernes será su primer gallito con los profesores movilizados Ministra aseguró que no dialogaría mientras se mantuviera el paro

Delpiano debuta con el pie izquierdo y marcha del viernes será su primer gallito con los profesores movilizados

Los profesores llevan casi un mes de paralización por su rechazo al proyecto de Ley de Carrera Docente, que hoy se encuentra congelado en la Comisión de Educación. A pesar de que hace sólo tres días hubo un cambio de timón en el Mineduc, con la llegada de Adriana Delpiano, el diálogo parece seguir en punto muerto, en un momento tan crítico como el que vivió Eyzaguirre cuando los docentes decidieron lanzarse huelga.


«Me voy a reunir con los profesores cuando se deponga el paro», fueron las primeras palabras que dirigió la recién asumida ministra de Educación, Adriana Delpiano, al gremio que va a cumplir un mes de paralización por su rechazo al proyecto de Carrera Docente.

“Una clara señal de autoridad, de golpear la mesa”, asegura un ex asesor de la ministra. Una postura firme para asumir la tarea compleja de destrabar el conflicto con los profesores. El principal desafío que enfrenta la secretaria de Estado es lograr un acuerdo en materia de certificación con el Colegio de Profesores y hacer que la disidencia baje las paralizaciones y se “repliegue” a discutir en el Parlamento.

Desde mediados del año pasado el sector crítico al oficialismo en el Colegio de Profesores, denominado “la disidencia”, liderado por Fuerza Social, Refundación y el Movimiento por la Unidad Docente (MUD), se ha posicionado en la interna del colegio y durante el último mes de movilización ha incrementado su fuerza y protagonismo. Este grupo logró, hace una semana, una importante victoria política: la ratificación del paro indefinido, con 131 votos a favor, 41 en contra y 6 abstenciones, en la Asamblea Nacional.

Triunfo que terminó por sepultar la estrategia de los dirigentes y militantes de los partidos políticos de la Nueva Mayoría, junto al Mineduc, en ese entonces comandado por Eyzaguirre, los que desplegaron un intenso esfuerzo para deponer la paralización, luego de que se quebrara el diálogo cuando el ministerio envió el proyecto de Carrera Docente al Parlamento sin la venia del gremio.

En ese marco de tensión, la Comisión de Educación de la Cámara de Baja, presidida por la diputada Camila Vallejo (PC), detuvo la tramitación del proyecto y se realizó una mesa tripartita que involucró a los profesores, el ministerio y los parlamentarios. Espacio que dio como resultado un documento que sentaba las bases del cambio al proyecto para continuar su tramitación en el Congreso. Un día antes de la histórica votación, el texto fue respaldado públicamente por el ministro Eyzaguirre.

[cita]  No sólo la disidencia del Colegio de Profesores criticó la primera jugada de la ministra, el mismo Jaime Gajardo lamentó sus dichos, “ha sido cortita la luna de miel”, aseguró el militante del PC. En tanto, diputados de la Nueva Mayoría –en su intervención en la Comisión de Educación– también interpelaron a la cabeza del Mineduc. Camila Vallejo, no obstante ser crítica con la continuación del paro docente a pesar de la propuesta de los parlamentarios y de llamar a retomar el diálogo en el Congreso, aseguró que se “amerita una conversación sin condiciones”. [/cita]

Finalmente la jugada con la que el oficialismo esperaba calmar las aguas, no resultó y, a pesar de que los profesores valoraron la propuesta de los parlamentarios, aseguraron que no generaba “cambios de fondo en el paradigma neoliberal” del proyecto del Mineduc, razón por la cual se prosiguió con el paro indefinido. Una derrota para Eyzaguirre, para los parlamentarios y para el sector del oficialismo en el gremio docente. Jaime Gajardo tuvo que salir apoyando públicamente la decisión de “sus bases”, una línea que fue fuertemente impulsada por la disidencia.

Tres días después de que la Asamblea Nacional ratificara el paro indefinido, La Moneda jugaba una nueva carta: enrocó al ministro Eyzaguirre en la Segpres, a hacerse cargo de liderar el diálogo con el Congreso, y en su lugar puso a una reconocida experta en materia educacional, Adriana Delpiano.

Sacar las reformas adelante

La llegada de la ministra Delpiano no fue una sorpresa en el oficialismo, para muchos era la única carta para reemplazar al ministro Eyzaguirre y su nombre sonó para la cartera de Educación en el cambio de gabinete anterior. La actual ministra “es reconocida por su perfil técnico, más que político”, asegura un ex colaborador de Delpiano.

La apuesta de La Moneda busca que la nueva ministra les dé mayor consistencia a las reformas educacionales en curso y las que quedan y, de esta manera, “lograr sacarlas adelante”. “Eso coincide con poner la figura de Eyzaguirre en la Secretaría General de la Presidencia, ya que asegura la dirección política de las reformas y su relación con el Parlamento”, agrega la misma fuente.

Para otros cercanos, Delpiano cumple con el rol político: “Es una persona que ha ocupado distintos lugares en el Gobierno, conoce bastante bien a cada político en el Congreso”, agrega un cercano al Ejecutivo.

Desde la disidencia del gremio concuerdan con que la estrategia utilizada por el anterior ministro no desaparece. “Eyzaguirre no abandona el escenario sino, al contrario, asumirá la función de asegurar dichas reformas en el espacio legislativo, siendo el actor más relevante en la apuesta por acelerar el trámite legislativo de carrera docente y allanar el camino parlamentario para los proyectos de gratuidad y desmunicipalización que se avecinan”, dijo Eduardo González, director del Comunal de Valparaíso y vocero del MUD.

La primera intervención pública de la nueva secretaria de Estado fue dura, empezó la jornada anunciando que no dialogaría con los profesores mientras mantuvieran el paro, luego –en la sesión de la Comisión de Educación de ayer– aseguró que “en 50 comunas hemos detectado 1.590 alumnos que se han ido del colegio municipal al colegio particular subvencionado”, además de reiterar que el paro le hacía un daño a “todo el país y a la Educación Pública”.

También confirmó su compromiso con el documento realizado por los parlamentarios, pero les recordó que el proyecto original del Mineduc tenía un “orden de un 70% de acuerdo de los profesores” y que, a pesar de que el paro lleva semanas, “un conjunto grande de profesores no está en el conocimiento exacto en lo que el proyecto dice”. Finalmente, al ser consultada por si mantenía sus dichos de la mañana, respondió: «No es por no conversar con una directiva porque está en paro, pero creo que la señal que estaríamos dando como Ejecutivo no sería la mejor».

Frases claras que marcan la distancia con los docentes, la misma que ha establecido Fundación Educación 2020, institución de la que fue Directora Ejecutiva. “El paro es algo que daña a la educación, hemos sido testigos de cómo los padres y apoderados están sacando a sus hijos del colegio”, dijo Mirentxu Anaya, directora ejecutiva de la fundación.

La impronta de Educación 2020 se incrementa en el Mineduc. Además de Delpiano –que durante 9 meses trabajó en el ministerio y estuvo en las mesas de diálogo con los profesores, mientras mantenía su cargo en la fundación–, también está la Subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga, que es una de sus fundadoras y fue directora del Área Política Educativa de la ONG. Finalmente, se suma la nueva jefa de Comunicaciones del Mineduc, Viviana González, quien dejó su cargo como directora de comunicaciones de 2020 para integrarse al ministerio. Todo un equipo que busca sacar adelante la agenda legislativa en materia educacional del Gobierno.

Una ministra sin aliados

La osada jugada de Delpiano no fue bien recibida por los distintos actores en la discusión por la reforma de Nueva Carrera Docente. Eyzaguirre había sido tildado de “poco dialogante” e “intransigente” por los profesores debido a que no había accedido a dialogar luego de haber ingresado el proyecto al Congreso, aunque aun así aceptó sentarse en la mesa tripartita convocada por la Comisión de Educación.

Es por eso que la interpelación de Adriana Delpiano respecto a “deponer el paro” para sentarse a conversar, dejó perplejos a los miembros del Colegio de Profesores. Y es que este nuevo aire que traía la ministra era visto con buenos ojos hasta por la disidencia. El prosecretario del directorio nacional, Mario Aguilar, había manifestado que la llegada de la nueva ministra “podría” ser positiva, en la medida en que “Eyzaguirre ya estaba totalmente agotado en el Ministerio de Educación” y que Delpiano “podría tener una disposición distinta”.

Por otra parte, el secretario general del Colegio de Profesores, Darío Vásquez, esperaba que “ojalá a nivel político, de Gobierno, del equipo de Gobierno, haya una mirada distinta respecto al paro de profesores y carrera docente. Porque si bien es cierto que la ministra puede tener otro discurso, inevitablemente ella va a seguir los lineamientos del equipo político de Gobierno”.

Y es justamente la línea del equipo político lo que habría seguido Delpiano. Según Mario Aguilar, “patear la puerta de entrada es una pésima señal, muestra lo perdido que está el Gobierno, la ministra sale y hace exactamente lo contrario a lo pedido, y lo hace después de una reunión en La Moneda, por ese camino le iba a ir muy mal”.

No sólo la disidencia del Colegio de Profesores criticó la primera jugada de la ministra, el mismo Jaime Gajardo lamentó sus dichos, “ha sido cortita la luna de miel”, aseguró el militante del PC. En tanto, diputados de la Nueva Mayoría –en su intervención en la Comisión de Educación– también interpelaron a la cabeza del Mineduc. Camila Vallejo, no obstante ser crítica con la continuación del paro docente a pesar de la propuesta de los parlamentarios y de llamar a retomar el diálogo en el Congreso, aseguró que se “amerita una conversación sin condiciones”.

Por otra parte, la diputada DC y ex ministra de Educación, Yasna Provoste, dijo que “lo que personalmente le he pedido (a la ministra) es que no sea prisionera de aquellos que están enamorados del proyecto, que son sus asesores”, y agregó que “la culpa la tiene el propio Gobierno, que no ha dado los pasos adecuados para destrabar el conflicto con los profesores”.

La certificación y la estandarización, la verdadera batalla entre docentes y el Mineduc

Desde la disidencia, si bien aseguran que el accionar de la ministra no ayuda a destrabar el conflicto, aun así ratifican la disposición a dialogar. “Buscamos el retiro del proyecto, pero eso no significa que esta sea una postura ultra o intransable. Si realmente el Gobierno quiere asumir su responsabilidad frente a la crisis debe asumir su responsabilidad frente al magisterio”, dijo Eduardo González.

Además, Mario Aguilar le suma otro condicionante: el avance que pueda lograr la nueva titular en el tema de la certificación, ya que “es el punto más conflictivo. Este es un concepto empresarial que viene del management. No es un concepto pedagógico propio del mundo de la educación. Ese es el corazón del mal proyecto y eso es lo que planteamos que debe ser modificado”.

Por su parte, Javier Insunza, profesor miembro de la “Campaña Para una Nueva Educación ¡A Dignificar la Carrera Docente!”, que ha levantado una propuesta alternativa a la Carrera Docente del Gobierno y ha alimentado de forma técnica al movimiento, explica que las diferencias con el Ejecutivo y el documento estriban en que el proyecto de Carrera Docente sigue rigiéndose por la lógica de la certificación que promueve la evaluación individual.

“El proceso de certificación lo que hace es reducir el desempeño docente básicamente a dos dimensiones. A una más bien teórica a nivel pedagógico que tiene que ver con el portafolio y una dimensión que tiene que ver con el conocimiento teórico disciplinar, el dominio de la materia”.

Insunza agrega que el instrumento de evaluación del quehacer docente tiene que medir el desempeño como un trabajo constante, “que incluya la valorización de otros elementos que el profesor realiza, como, por ejemplo, las jefaturas de curso, el trabajo en orientación, los grupos de integración y, por supuesto, el desarrollo didáctico de su materia”.

“Todos estos factores se deben ir midiendo y ponderando para que se evalúe la totalidad del trabajo y no solamente unas pruebas que se rinden ante una burocracia central”, expresa Aguilar, quien agrega que “educar es algo mucho más complejo que eso, implica lo valórico, lo afectivo, lo social, el pensamiento crítico y no simplemente vomitar el resultado de una prueba estandarizada”.

Es precisamente esta la principal demanda que levantarán los profesores este viernes 3 de julio, cuando vuelvan a medir fuerzas en las calles y tengan su primer gallito con la nueva ministra de Educación. El gremio convocó a una “Gran Marcha Nacional”, a la que esperan darle un carácter “descentralizado”, como el resto de las movilizaciones de los docentes.

Dicha marcha se desarrollará justo cuando estén a punto de cumplir un mes en paro indefinido, en medio de un punto muerto de diálogo con el Mineduc y con una ministra que, a ojos de la disidencia, solo “logrará que la movilización se agudice entre las bases”.

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