Para el parlamentario UDI, “es importante que el proyecto no responda a los plazos que imponga la Nueva Mayoría, sino que esté de acuerdo a los plazos de la ciudadanía y, en ese sentido, que sea un proyecto que responda a las inquietudes y necesidades de todos los sectores, en particular, de los estudiantes y sus familias”.
Aunque la Presidenta Michelle Bachelet había comprometido el ingreso de la reforma a la educación superior para los primeros 100 días de su mandato, a poco andar se postergó para el segundo semestre de 2014; luego, para comienzos de 2015, después para septiembre, y ese mes, se dijo que ingresaría en diciembre, pero entonces se pospuso para enero.
Tras la reunión de este miércoles entre el Consejo de Rectores (Cruch) y el Ministerio de Educación (Mineduc), la iniciativa podría ser nuevamente aplazada. Así lo solicitaron los mismos rectores, quienes pidieron al jefe de la División de Educación Superior, Francisco Martínez, que el proyecto sea enviado al Parlamento en abril.
Frente a esta nueva postergación, el diputado UDI e integrante de la Comisión de Educación de la Cámara, Jaime Bellolio, afirmó que “esto demuestra que el proyecto que supuestamente iban a presentar en enero era muy malo; de lo contrario, ya lo habrían presentado”.
Para el parlamentario, “es importante que el proyecto no responda a los plazos que imponga la Nueva Mayoría, sino que esté de acuerdo a los plazos de la ciudadanía y, en ese sentido, que sea un proyecto que responda a las inquietudes y necesidades de todos los sectores, en particular, de los estudiantes y sus familias”.
Sobre este último punto, Bellolio enfatizó que “ésta no puede ser una ley hecha a la medida de un grupo de rectores, sino que tiene que ser para los ciudadanos, para los estudiantes, para el interés general. Entonces, si se va a demorar más porque va a ser un buen proyecto, perfecto; pero si se va a demorar más porque va a ser un traje a la medida para algunos, por supuesto que eso no es razonable”.
El legislador llamó también al Gobierno a “que esta demora se traduzca en un proyecto que mire hacia el futuro. Si se va a demorar más para tener una mirada trasnochada, sobreideologizada y con la retroexcavadora prendida, por supuesto que tampoco lo queremos”, subrayó.
“Espero que realmente haya sentido común, que una ley de estas características diga claramente que no sea la plata lo que impida que un estudiante entre a la educación superior, pero que también tenga una mirada que respete la autonomía, la diversidad, es decir, que mire hacia el futuro”, afirmó.
Respecto de los principales nudos que podría presentar el debate de esta iniciativa, Bellolio expresó que “hay algunos problemas en lo que tiene que ver con el financiamiento. Que algunos no se atrevan a pronunciar todavía la palabra ‘beca’ es una cuestión absurda, y espero que ese absurdo no esté en el proyecto de ley”.
Un segundo nudo “podría estar en el tratamiento desigual que se dé a Centros de Formación Técnica, Institutos Profesionales, universidades del Estado y universidades privadas”, señaló el parlamentario. Al respecto, explicó que “tal como ha dicho el Tribunal Constitucional, no puede haber un tratamiento desigual hacia los estudiantes. Y ahí se mezclan dos cosas muy importantes: una es la autonomía de las instituciones, cómo se gobiernan internamente, cuáles son los requisitos que les son exigibles, y la exigencia de acreditación para todas las instituciones”.
Destacando la acreditación obligatoria como “una muy buena noticia”, Bellolio enfatizó que ello “no puede significar que no se respeten los procesos educativos o que se tienda a una homogeneización –como quieren algunos-, donde sólo se puedan abrir ciertas carreras o se impongan cupos máximos. Eso depende de cada institución, por supuesto, respetando lo que los estudiantes quieran escoger”.