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El correo clave que explica el otro negocio de Caval Revela supuesta red de espionaje de personeros de la UDI en contra de Dávalos, Compagnon y Valero:

El correo clave que explica el otro negocio de Caval

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Una teórica empresa informática revelaba, en un correo, los avances para interceptar el celular de Sebastián Dávalos y los computadores de Natalia Compagnon y Mauricio Valero. Iba dirigido a Cristián Larroulet e Iván Moreira, con faltas de ortografía y a direcciones inexistentes. Compagnon aseguró que llegaría hasta el final para destapar la red que la espiaba, pero no lo hizo. No es el primer mensaje de dudosa procedencia relacionado con la nuera de la Presidenta Bachelet: Gonzalo Vial declaró que Compagnon le entregó más de 300 correos “que pueden ser parte de un engaño” para obtener dinero. A Andrónico Luksic le mostró un pantallazo con supuestos archivos adjuntos del crédito del Banco de Chile a Caval, sugiriéndole que debía mejorar la seguridad informática y que ella podía ayudarlo.


El 5 de septiembre de 2014, mucho antes de conocerse los detalles de la polémica venta de las 44 hectáreas de Machalí a Caval, una supuesta empresa de seguridad informática revelaba en un correo electrónico los avances para interceptar el celular de Sebastián Dávalos, el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, así como los computadores de su mujer Natalia Compagnon y su socio en Caval, Mauricio Valero, el despedido gerente general de Tech Data por graves irregularidades durante su gestión y formalizado por soborno y declaración de impuestos maliciosamente falsa.

El correo iba dirigido al senador de la UDI Iván Moreira, y a Cristián Larroulet, ex ministro secretario general de la Presidencia de Sebastián Piñera y actual director de Emprendimiento de la Universidad del Desarrollo. Pedía US$56 mil para realizar las supuestas gestiones.

Al tomar conocimiento del asunto, Patricio Cordero –militante de la UDI que trabajó con Joaquín Lavín en la alcaldía de Santiago y en sus dos campañas presidenciales– llegó preocupado hasta la UDD, en los faldeos de San Carlos de Apoquindo. Cordero  hizo de nexo entre Mauricio Valero y Nibaldo Mora, entonces director del Servicio Central Metropolitano, para que este ayudara a Saydex –empresa a la que asesoraba Caval– a ganar licitaciones en el área informática en hospitales públicos, gestión por la cual Valero pagó $20 millones a Mora, según la declaración judicial de Cordero, quien fue formalizado por facilitar 13 facturas falsas por $305 millones a Caval.

El correo, al que tuvo acceso El Mostrador, está fechado 5 de septiembre de 2014, a las 17:35.

Enviado por Curp, una supuesta empresa de seguridad, a las supuestas direcciones de Moreira y  Larroulet en la UDI, dice –manteniendo todos los errores ortográficos contenidos en él– textualmente lo siguiente: “Logre decifrar las direcciones ip de los objetivos, tube acceso a uno de los pc, en este caso de el señor Mauricio Valero, pero como los sofwere son nuevos accedi tan solo un momento y el sistema lo perdi . Pero ya tengo la puerta de entrada, ademas logre penetrar en el celu de Davalos, ahora me queda scanear los puertos de entrada solamente. Esta  noche monitoreare a la Sra Natalia…Por ultimo necesito recursos para lograr obtener sofwere de sifradomac…US$56 mil…Mi mail esta cifrado y protegido, invisible a la RED, asi que con toda seguridad espero comentarios” (sic). Lo firma CURP/DIM

Contiene, como se señaló, numerosas faltas de ortografía, partiendo por el segundo apellido de Moreira, que es Barros y no Barrios; además, entre otras, de las palabras software, escrita dos veces sofwere, y tube en lugar de tuve.

“Cordero, a quien conozco porque trabajaba con Lavín, va a mi oficina en noviembre de 2014 y me cuenta que habría un correo, que no me muestra, donde yo estaría haciendo una operación de persecución a Natalia Compagnon o a la Presidenta. Me maté de la risa, le dije Pato, no te preocupes, porque todo esto es mentira, esto tiene cara de extorsión, cuyo resultado final fue así. Es cosa de ver la prensa”, afirmó Larroulet al ser consultado por El Mostrador. Aclaró que nunca ha tenido una dirección de correo electrónico vinculada a la UDI, porque no es militante, sino gremialista. Moreira explicó que nunca le llegó el mentado correo, que jamás supo supo de este asunto y que su dirección es imoreira@senado.cl

En la reunión entre Cordero y Larroulet también estaba presente Hernán Cheyre, presidente del Instituto de Emprendimiento de la UDD y ex vicepresidente ejecutivo de la Corfo en la gestión de Piñera, quien –según información recogida por este diario– decidió llamar a Sebastián Dávalos a La Moneda, ya que oficiaba como Director Sociocultural de la Presidencia.

El hijo de la Presidenta, según esta versión, no le respondió, pero sí se comunicó con su esposa Natalia Compagnon, formalizada por declaración maliciosamente falsa de impuestos en su calidad de representante legal de Caval. El diálogo entre marido y mujer fue breve; Dávalos le habría entregado el número del celular de Cheyre para que lo llamara.

[cita tipo=»destaque»]Fuentes del Banco de Chile sostienen que en una oportunidad la nuera de Bachelet le mostró un pantallazo a Luksic con varios archivos adjuntos que decían ‘crédito Caval’. Según ella, la información contenida en el pantallazo (foto) se la había entregado un periodista, lo que a juicio de Compagnon indicaba que el Banco de Chile tenía serios problemas de seguridad informática y, además, violaba el secreto bancario. Entonces, le ofreció asesoría y le dijo que contaba con gente experta en informática.[/cita]

Compagnon se comunicó con Cheyre. Muy seria y preocupada ella le habría manifestado su intención de llegar hasta las últimas consecuencias, aludiendo, además, a lo grave que sería que se pudiese enterar su suegra. Cheyre le dijo que lo mantuviese informado por la connotación del asunto y le pidió que le mostrara copia de los correos –se habla de la existencia de cinco mensajes electrónicos– para revisarlos.

Otra versión asegura que Cheyre contrató a un abogado con la intención de presentar una denuncia ante la Fiscalía.

También se dice que hubo un duro intercambio de palabras en un café de La Reina entre Compagnon y Valero, porque ella le habría pedido los otros correos a su socio y él la habría acusado de saber perfectamente de qué se trataba este asunto, razón por la cual no estaba dispuesto a proporcionárselos.

Finalmente, Cheyre no supo más de Compagnon.

Cordero explicó a El Mostrador que conversó con Larroulet y Cheyre en la UDD, pero nunca tuvo acceso a un mensaje electrónico. “Supe por Juan Díaz que existían unos correos que los involucraban (a Larroulet y Cheyre) en esta operación de interferencia de correos, pero no supe los detalles ni las acciones que realizaron posteriormente. Cristián me comentó esto es irrelevante y Cheyre me dijo que iba a llamar a Sebastián Dávalos, pero no sé en qué terminó eso”. De sus palabras se desprende que existiría otro correo dirigido a o en el que figura Hernán Cheyre, quien no respondió los múltiples llamados y correos de este diario.

Felipe Polanco, uno de los abogados de Compagnon, se encuentra de vacaciones y no contestó el correo enviado por El Mostrador. Contactado Antonio Garafulic, otro de sus defensores, quedó de consultar a su clienta, pero no devolvió los llamados posteriores de este medio.

Las dudas de Vial Concha

El correo, al que accedió El Mostrador, no es parte aún de la carpeta investigativa de Caval que lleva el fiscal de O’Higgins, Luis Toledo. El mismo que, el 16 de junio, escuchó por primera vez hablar de la existencia de correos utilizados por Natalia Compagnon con fines supuestamente extorsivos.

Fue Isaac Givovich, yerno de Joaquín Lavín, quien al ser citado a declarar por la factura de su empresa GES Consultores –más tarde anulada y que aún así fue utilizada por el síndico Herman Chadwick para justificar gastos por $300 millones–, sostuvo que el ex operador de la UDI, Juan Díaz –que trabajó con Chadwick y fue formalizado por soborno, ventajas indebidas y facilitación de documentación tributaria falsa–, le dijo que el Caso Caval no llegaría muy lejos. ¿La razón? Givovich declaró que Díaz “tenía información importante y correos electrónicos que acreditaban que Natalia Compagnon había extorsionado al empresario Gonzalo Vial Concha, y que ella también tenía correos que vinculaban a personeros de la UDI en una red de espionaje, correos que él (Díaz) tenía en su poder”.

Como el fiscal Toledo citó a declarar a Vial seis días antes que a Givovich, no le preguntó sobre los correos. Lo interrogó por los $1.384 millones que le pagó su empresa Graneles de Chile a Caval durante un año y también por los dos trabajos que le realizó Sebastián Dávalos –una fundación de hipoterapia y un museo– mientras era director del Área Sociocultural de Presidencia, ante la denuncia por posible delito cohecho presentada por los diputados de RN, Marcela Sabat y Diego Paulsen. Vial afirmó que los pagos iniciales fueron por un contrato de representación –el primer desembolso ocurrió a 13 días de haberse constituido legalmente Caval– y luego por “Tejas Verdes, Etapa II”, “Master Plan Collaipo”, “Batimetría estudio costero Chañaral”, “Asesoría Proyecto Minero III región” y “Asesoría en gestión portuaria”.

En aquella primera declaración Vial reconoció que podría concluir que algunos de los trabajos de Caval estaban “sobrevalorados”, pero que al contratarlos le parecieron precios de mercado. Y concluyó que no obtuvo “grandes beneficios económicos de esos negocios”, en los que contó con la asesoría de Caval.

Sin embargo, en su segunda declaración, el pasado 7 de enero, entregó nuevos antecedentes: “Natalia se presentó a las reuniones que manteníamos, portando constantemente papeles que contenían información incorporada en supuestos correos electrónicos, que hacían alusión directamente a maquinaciones de terceros en contra de mis negocios o cuyo propósito era afectar sus resultados. Según ella, el origen de esos documentos era gente especializada en su empresa Caval, que en parte se dedicaba a la informática”.

Y entonces, admitió ante los fiscales Luis Toledo y Sergio Moya, que con el tiempo “me he dado cuenta que todos esos documentos (correos), más de 300, pueden ser parte de un engaño cuyo único propósito era obtener dinero por parte de mis empresas”. Detalló que dentro del modus operandi se usaban nombres reales (en los correos) como los de José Guzmán, gerente general de Agrosuper, la empresa de su padre Gonzalo Vial, con quien –es sabido– su hijo mantiene una relación distante; y de Rodrigo Errázuriz, quien trabajó en su empresa Graneles, también en Agrosuper y que ahora lo hace en Copesa.

Vial Concha sostuvo que, en medio de la entrega de estos correos, Natalia le informó “que existía un complot verdadero en mi contra”.

El empresario es conocido por ser un hombre sumamente desconfiado. Al punto que durante años –antes de conocer a Compagnon– andaba con guardaespaldas, al igual que sus hijos, en la Sexta Región, donde vive. Vial Concha mantiene una carta que podría ser letal para Compagnon: los correos. A los fiscales les aseguró que, dado que ella le planteó que existía un complot en su contra, “decidí guardar la información”.

En la Fiscalía de O’Higgins esperan que Vial les haga llegar los archivadores con los correos aparentemente falsos que Compagnon le proporcionó al empresario. Posiblemente, la nuera de Bachelet sea citada a declarar por cuarta vez en esta arista, anticipó el fiscal Toledo, quien dijo que “antes de eso tengo que desarrollar otras diligencias vinculadas al Caso Caval”.

Mientras, el abogado querellante Mario Zumelzu aseguró que estos hechos “revelan claramente que podría existir un delito de estafa”.

Felipe Polanco, el defensor de Natalia Compagnon y miembro del estudio de Isidro Solís, aseguró a La Segunda que su clienta no extorsionó ni presionó de manera ilícita alguna a Vial Concha y endosó cualquier responsabilidad a Victorino Arrepol, ex asesor comercial de Caval y conocido –según el abogado– como “un hacker con competencias”. “Hubo asesorías y reuniones seguidas. Se hicieron trabajos reales, facturados y pagados sin presión. En el curso de esa relación, Natalia tomó conocimiento de antecedentes que le entregó Victorino Arrepol respecto de riesgos informáticos de la empresa de Vial”, sostuvo el abogado Polanco al vespertino a mediados de enero.

Arrepol es investigado por suplantación de identidad y delito informático por falsificar un correo del ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, para demostrar su “influencia”, cosa de la que está confeso.

Después de que Caval terminó, en enero de 2013, la relación con Vial Concha, Arrepol le ofreció asesoría informática al empresario en 2015. Y terminó demandándolo por no pago de servicios, consistentes en un barrido de 17  empresas de Vial Concha, los correos del personal y de las gerencias, incluyendo información sobre su padre, según la demanda laboral de Arrepol en contra del empresario presentada en el Tercer Juzgado Civil de Concepción. Vial le prometió 5 mil UF y le pagó, al día siguiente de firmar el contrato, el 28 de enero de 2015, 1.667 UF, de acuerdo a lo que detalla La Segunda, pero la boleta de Arrepol fue anulada y, hasta ahora, no existen más pruebas de la transacción.

El intento con Luksic

En el afán por generar negocios para Caval, Compagnon se reunió con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic, acompañada de su marido Sebastián Dávalos, para solicitar un crédito de $6.500 millones con el fin de comprar las 44 hectáreas de Machalí al síndico de quiebras, Herman Chadwick, quien fue formalizado por obtener ventajas indebidas, presentar en forma incompleta su declaración de impuestos personal y omisión maliciosa en la declaración de impuestos de Wiesner S.A. Obtuvo el préstamo y vendió, no sin apremio, esos terrenos en $9.500 millones al empresario Hugo Silva. Pero no fue el único asunto conversado en las oficinas del Banco de Chile.

Luksic le preguntó a Compagnon por las otras actividades a que se dedicaba y ella le contó que también se encargaba de gestión territorial, que había trabajado en esas materias con Gonzalo Vial Concha. Luksic entonces le mencionó que CCU, otra de sus empresas, tenía proyectos en marcha en Quilicura y Paine. Y así fue como Compagnon recomendó al gerente de finanzas de Caval, Marcelo Carreño, quien terminó haciendo tres estudios para CCU, por los que recibió $140 millones.

Luksic se reunió entre seis u ocho veces con Compagnon, declaró el empresario ante el fiscal Toledo.

Fuentes del Banco de Chile sostienen que en una oportunidad la nuera de Bachelet le mostró un pantallazo a Luksic con varios archivos adjuntos que decían ‘crédito Caval’. Según ella, la información contenida en el pantallazo (foto) se la había entregado un periodista, lo que a juicio de Compagnon indicaba que el Banco de Chile tenía serios problemas de seguridad informática y, además, violaba el secreto bancario. Entonces, le ofreció asesoría y le dijo que contaba con gente experta en informática.

Luksic la escuchó, le respondió que lo iba a ver, pero no enganchó con la oferta de Compagnon. Confió más en los sistemas internos de su banco que en la experiencia informática de ella, Caval y su gente.

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