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Siguen cayendo: Compañía de Jesús sanciona a dos sacerdotes involucrados en delitos de abuso sexual

Un comunicado de la orden religiosa informó también que el 25 de mayo, el padre Cristián del Campo decretó el cierre de la investigación en contra de Jaime Guzmán, quien cumple una suspensión «por abuso contra menores impuesta en 2012, que conlleva la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal y del contacto con menores».


La Compañía de Jesús informó durante la tarde de este jueves el fin de la investigación respecto a una serie de denuncias presentadas por abuso sexual a menores en contra del padre Jaime Guzmán, por hechos ocurridos con anterioridad al año 1994.

«En la actualidad, el P. Guzmán cumple una sanción canónica por abuso contra menores impuesta en 2012, que conlleva la prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal y del contacto con menores», señala un comunicado de la organización jesuita.

El documento indica que el 25 de mayo, el sacerdote Cristián del Campo decretó el cierre de la investigación y envió al P. General de la Compañía de Jesús todos los antecedentes recopilados por el abogado Waldo Brown -encargado de la investigación- «para que estos sean remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el órgano eclesiástico competente para juzgar los casos de denuncias por abuso de menores».

Además, la orden religiosa dio cuenta a la opinión pública, en el marco de la situación de crisis que atraviesa la Iglesia chilena y los pasos y medidas que el Papa Francisco ha pedido dar, con el fin de avanzar en transparencia, verdad, justicia y reparación, de otros dos miembros de la Congregación que, en años anteriores, cometieron delitos de carácter sexual y se les impuso sanción canónica luego de haber realizado las investigaciones correspondientes.

Se trata  de los sacerdotes Raúl González y Juan Pablo Cárcamo. El primero de ellos fue denunciado en octubre del año 2011 por un ex alumno de la Escuela San Ignacio de Valparaíso, por hechos de abuso sexual ocurridos en 1999, época en la que el denunciante era menor de edad. «Luego de acoger a la víctima y de recibir la denuncia, la Compañía de Jesús inició una investigación canónica que, en marzo de 2012, concluyó confirmando la culpabilidad del Hermano González en los hechos denunciados».

González fue trasladado inmediatamente a la Residencia de San Ignacio en Santiago, y sancionado con la suspensión permanente de toda actividad pastoral y la prohibición de todo contacto con menores y adolescentes, sin presencia de otros adultos responsables. «Desde esta misma fecha, el trabajo del Hno. González se limita a labores domésticas de su comunidad religiosa», aclaró el documento.

La Iglesia chilena vive tiempos difíciles, y los casos de abuso se siguen destapando. La sanción de estos dos religiosos se suma a la de los 14 sacerdotes de la Diócesis de Rancagua, luego de que se conociera el caso de una cofradía denominada «La Familia», en donde ocurrían delitos de carácter sexual.

Luego de la reunión de los obispos con el Papa, en el que dio sus conclusiones respecto al informe del arzobispo Charles Scicluna luego de su visita a Chile, nuevos casos de abuso sexual se han destapado en diferentes regiones del país, siendo uno de los más controversiales el ocurrido en la Diócesis de Rancagua, en donde existía una cofradía llamada «La Familia» cometía delitos de orden sexual.

Por su parte, Cárcamo fue denunciado en julio de 2016 por «abuso de conciencia y transgresión en el ámbito sexual a una mujer adulta, en el marco de un retiro espiritual». Según lo que indica el comunicado, Cárcamo reconoció su responsabilidad luego de recoger los antecedentes y testimonios. «Al P. Cárcamo se le redefinió su trabajo pastoral y fue sancionado canónicamente, dentro de su ministerio sacerdotal, con la suspensión de todo servicio de acompañamiento espiritual y de dar retiros personalizados. Se informó de la resolución a la víctima y se le ofreció apoyo para su camino de sanación».

En el marco de la misma investigación, la Compañía de Jesús informó que también indagaron en el Centro de Espiritualidad Ignaciana, donde se desempeñaba Cárcamo, para saber si existían informaciones similares, pero no se encontraron antecedentes.

«Como Compañía de Jesús estamos comprometidos en avanzar en nuestros procedimientos de acogida, cuidado y prevención, así como en todo aquello que permita una mayor transparencia y diligencia para enfrentar cualquier situación abusiva. Asimismo, buscaremos poner todos los medios de justicia y reparación que contribuyan a sanar el daño del abuso a las personas afectadas. Confiamos en el trabajo que está realizando la Comisión independiente creada en marzo de 2018», finaliza el comunicado.

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