Los vecinos, antiguos habitantes de la comuna, se han organizado con arquitectos y abogados para intentar frenar la construcción del centro comercial que cambiaría, según ellos, radicalmente su entorno. El proyecto –que se presentó a las autoridades fragmentado y hasta ahora contiene solamente una declaración de impacto ambiental– podría necesitar un estudio de impacto ambiental y, en este escenario, sería zanjado en el Comité de Ministros. Es en esa etapa que Schmidt debería inhabilitarse por haber sido una alta ejecutiva del grupo Copesa antes de ingresar al gabinete de Sebastián Piñera en el 2018.
María Angélica Navarro es una dentista de la tercera edad. Llegó hace treinta años a la casa que ocupa en la Villa La Portada de Ñuñoa, en la entrada sur de la comuna. Como la de ella, hay 225 casas que colindan con las líneas 5 y 6 del Metro, la gran mayoría de las cuales pertenecen a antiguos propietarios que han logrado crear un barrio que para ella es “un pequeño paraíso, donde los pajaritos cantan y tenemos una placita”.
Pero eso podría cambiar radicalmente en poco tiempo. Desde marzo del 2018, se acogió a tramitación el proyecto que busca construir el Mall Vivo Santiago, una megaestructura inmobiliaria que va a cambiar por completo el entorno de ese barrio. “El mall como tal me tiene sin cuidado, pero una torre de 22 pisos suma 28 pisos en total. Eso significa que ya no va a llegar el sol y será una casa oscura que probablemente se llene de hongos”, aseguró Navarro.
El proyecto se levanta en los terrenos que hasta hace poco usó Copesa y pertenece a VivoCorp, el brazo que agrupa los activos inmobiliarios de Álvaro Saieh. La obra –que tiene un costo de poco más de 220 millones de dólares– surge precisamente después de la reestructuración del conglomerado de medios, también ligado al empresario, ya que luego de achicar la estructura del diario La Tercera, vendió parte de los terrenos a inmobiliarias y el resto lo traspasó a la división de centros comerciales.
En septiembre de 2016 se hizo oficial la noticia de que el recinto que albergó a su holding de medios dejaría los terrenos ubicados en Vicuña Mackena con Carlos Dittborn. El plan inicial era partir con los trabajos el segundo semestre de 2017. Cuando se conoció el anuncio, el entonces gerente general de VivoCorp, Cristián Jijena, comentó: “Hemos trabajado con los distintos actores involucrados para garantizar la conectividad y responder adecuadamente a las necesidades de los vecinos y las demás personas que utilizan el transporte público o privado”.
[cita tipo=»destaque»]Tanto María Angélica Navarro, secretaria de la Junta de Vecinos de Villa La Portada, como Tusy Urra, presidenta de la Junta de Vecinos de la Villa Olímpica –sector en el cual se proyectan modificaciones viales, como la apertura de calles, para evitar la congestión asociada al centro comercial–, aseguran que la participación ciudadana en los acuerdos entre la municipalidad y la inmobiliaria no ha sido real. “Hemos peregrinado con distintas autoridades, pero nunca nos han dejado exponer o intervenir, jamás hemos llegado a un acuerdo. La empresa ha hecho acuerdos con dos personas de Villa La Portada que se han arrogado una representación que no tienen”, apunta Urra, y afirma que vecinos de cinco villas en Ñuñoa se oponen terminantemente al proyecto, pero añade que no han tenido oportunidad de exponer sus argumentos.[/cita]
En todo caso, las primeras luces de que Saieh les daría otro destino a los terrenos se conocieron en 2015, cuando se comunicó que La Tercera buscaría una nueva casa matriz como parte de su intención de contener costos. El plazo autoimpuesto entonces era dejar el recinto en 24 meses. El señalado matutino y sus medios relacionados operan actualmente en un edificio de Av. Apoquindo, mientras que la imprenta del grupo se trasladó a avenida Frei Montalva, en la zona industrial de Santiago.
El proyecto Vivo Santiago contempla la construcción de una estructura de seis niveles, que sumarán 100 mil metros cuadrados, una torre de oficinas y departamentos, que estará emplazado en una zona –el barrio Ñuble– con línea directa al metro que se caracteriza por sus casas antiguas, varias de ellas históricas, y sus edificios en altura. Las proyecciones iniciales apuntan a que esté operativo el año 2022, siendo uno de los proyectos comerciales en carpeta más grandes del retail.
Desde la Municipalidad de Ñuñoa están satisfechos con el proceso de tramitación de la obra hasta ahora, ya que los pronósticos sobre el impacto en la gente de la zona –según señalan– son alentadores. “Las organizaciones ciudadanas han participado activamente en la modificación del proyecto desde sus inicios y el municipio también ha promovido la participación de las unidades vecinales involucradas. Sin ir más lejos, el municipio, a través del alcalde, ha generado instancias para que ambas partes discutan y compartan sus puntos de vista. Gracias a este trabajo mancomunado, es que el anteproyecto que contemplaba tres torres sobre el mall, hoy se ha transformado en una sola de departamentos de aproximadamente 16 metros de ancho de frente por 60 metros, ubicada en el borde de Vicuña Mackenna, sin arrojar sombra ni ruido a las casas de La Portada. El edificio del mall, en su parte más cercana, estará a 63 metros de la vivienda más próxima de La Portada, con la línea del metro elevada de por medio”, detallan en un correo electrónico enviado tras una solicitud de información.
Sin embargo, tanto María Angélica Navarro, secretaria de la Junta de Vecinos de Villa La Portada, como Tusy Urra, presidenta de la Junta de Vecinos de la Villa Olímpica –sector en el cual se proyectan modificaciones viales, como la apertura de calles, para evitar la congestión asociada al centro comercial–, aseguran que la participación ciudadana en los acuerdos entre la municipalidad y la inmobiliaria no ha sido real. “Hemos peregrinado con distintas autoridades, pero nunca nos han dejado exponer o intervenir, jamás hemos llegado a un acuerdo. La empresa ha hecho acuerdos con dos personas de Villa La Portada que se han arrogado una representación que no tienen”, apunta Urra, y afirma que vecinos de cinco villas en Ñuñoa se oponen terminantemente al proyecto, pero añade que no han tenido oportunidad de exponer sus argumentos.
La inmobiliaria, como ha sido tradicional en las empresas del grupo Saieh, está siendo asesorada por la consultora de Enrique Correa, Imaginacción.
En abril, durante una reunión de concejo municipal, apareció la empresa. “Expuso por más de una hora, pero cada vez que queríamos intervenir no nos dejaron, diciendo que era una reunión expositiva de ellos”, asegura Navarro. La dirigenta afirma que, desde ayer, hay personas haciendo encuestas por encargo de la consultora Adimark –contratada por la municipalidad– para medir el impacto en los vecinos del proyecto, pero la consulta la están realizando “como a 30 cuadras de aquí, lejos de donde será la construcción y eso se hará pasar por participación ciudadana”, reclama Navarro.
Según el expediente del proyecto en el Servicio de Evaluación Ambiental –que hasta ahora está rotulado como “Mall Vivo Santiago: etapa de demolición, excavación y socalzados”–, hay una circular fechada en julio del 2018 donde se rechaza abrir un proceso de participación ciudadana, porque –de acuerdo con la autoridad– el proyecto “no genera cargas ambientales para las comunidades próximas”.
Aunque en la práctica el proyecto inmobiliario de Saieh parece marchar sobre ruedas, en la municipalidad afirman que “el anteproyecto aprobado cumplía con la norma, sin embargo, para entregar un permiso de edificación, debe cumplir con una serie de requisitos y uno de ellos es la evaluación ambiental”. Es en este punto donde la iniciativa podría representar un dolor de cabeza para la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
Si la oposición que ejercen los vecinos es exitosa, el proyecto –que se presentó a las autoridades fragmentado y hasta ahora contiene solamente una declaración de impacto ambiental– podría necesitar un estudio de impacto ambiental y, en este escenario, sería zanjado en el Comité de Ministros. Es en esa etapa que Schmidt debería inhabilitarse por haber sido una alta ejecutiva del grupo Copesa antes de ingresar al gabinete de Sebastián Piñera en el 2018. Desde el ministerio afirman extraoficialmente que esa sería, precisamente, la decisión que tomaría la secretaria de Estado.
Mientras tanto, los vecinos insisten en que el proceso ha sido irregular y se han hecho asesorar por arquitectos y abogados. “Me molesta que crean que somos ignorantes. Todos sabemos que durante años los diarios como La Tercera se han impreso con tinta con mercurio y el proceso incluye el uso de asbesto. Cuando se remueva el terreno eso va a salir y ¿quien lo va a respirar? Nosotros, los viejos”, acusa Navarro.
La concejala del PC, Alejandra Placencia, explica que “lo más importante es transparentar los intereses detrás del proyecto y que las demandas de la comunidad estén debidamente incorporadas. En Ñuñoa ha habido una explosión inmobiliaria desmesurada. En este caso, el nivel de trato con la empresa es muy condescendiente”.
Pese a que hubo contacto con un representante de Imaginacción, la empresa no participó en este reportaje.