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La irrelevancia de Felipe Ward: la otra cara en la crisis de Chile Vamos PAÍS

La irrelevancia de Felipe Ward: la otra cara en la crisis de Chile Vamos

En medio de la crisis que vive la coalición gobernante, el foco también está puesto sobre los ministros del comité político. Pese a que las críticas han estado centradas en el rol de Blumel, en el Congreso se han hecho sentir también en contra del ministro Felipe Ward (UDI). Desde la oposición hasta parte de su propio sector, señalan que este no ha estado presente y que un claro ejemplo de esto fueron las negociaciones por las indicaciones al proceso constitucional. En efecto, fue Blumel quien jugó en esa cancha y la UDI habría optado por blindar al titular de la Segpres.


Felipe Ward fue casi ministro del Interior, hoy está siendo “casi ministro de la Segpres y casi miembro del comité político”, señalan entre bromas desde las bancadas de Chile Vamos. Al ministro, alfil de Jacqueline van Rysselberghe y del gremialismo en el Gobierno, se le ha visto “contenido y sin muñeca” entre los pasillos del Congreso. “Defendiendo intereses de su partido, más que buscando acuerdos”, lo que habría quedado en evidencia en la discusión por una Nueva Constitución, recalcan desde la oposición. Una lectura que es compartida por algunos representantes de RN y Evópoli en Valparaíso.

Además, en La Moneda ven con “preocupación” cómo el ministro que representa al gremialismo en el comité político ha quedado neutralizado en la pugna que llevó a la UDI a congelar las relaciones con Chile Vamos. Han advertido que su postura de “tomar parte” en medio de la pelea por las indicaciones a la reforma al capítulo XV “es el techo” que puede tocar en defensa de su partido. Por otra parte, destacan que la UDI debió poner “a alguien más fuerte y respetado” en su cargo, ya que la labor de Ward no sería solo representar a su partido, “es controlarlo también”.

Un hecho que se suma a una fuerte preocupación al interior de Palacio por la debilidad que tendría el comité político y la “pata coja” que tiene debido a la marginación de RN en el espacio. Es más, desde el cambio de gabinete y tras los constantes conflictos con la UDI, al interior de RN se consolidó la idea de que Ward sería uno de los focos a observar por parte de los militantes que dicha colectividad tiene en el Gobierno.

Respecto a la labor misma de Ward en el Congreso, los parlamentarios aseguran que el arranque del ministro no ha sido muy distinto al criticado inicio de Gonzalo Blumel. “La diferencia es que Ward tiene solo a Blumel; Blumel tenía a Chadwick”, subrayan desde el oficialismo. Un comienzo –apuntan– marcado por el ausentismo, tanto así que, al ser consultados por su trabajo, sus propios compañeros de coalición y en la oposición responden, de forma irónica: “No lo he visto”.

En Renovación Nacional y Evópoli se han mostrado disconformes con su labor a cargo de las relaciones del Ejecutivo con el Congreso. Su principal debilidad sería el poco peso político que ha mostrado a la hora de intentar alinear votaciones específicas y de gran importancia para La Moneda. Un “peso pluma” que habría quedado marcado desde el momento en que lo bajaron de la cartera del Interior a solo minutos de ser nombrado, luego de que filtraran su nombre a los medios y se viralizara la frase “los DDHH son una especie de cajero automático que usa la izquierda para sacar plata”, que había pronunciado en 2013.

Pero desde la Segpres destacan que el ministro ha tenido un gran compromiso con el cargo, recuerdan que solo 40 minutos después de asumir en él “viajó a Valparaíso para ser parte de la discusión del Ingreso Mínimo Garantizado e integrar las discusiones en ambas salas”. Agregan que llegó a la cartera “solo cinco días después de que se anunciara la Agenda Social” y que se han aprobado nueve de sus proyectos, entre ellos, Ley Corta de Pensiones, el congelamiento de las tarifas del metro y de la luz, más el bono apoyo familiar.

Recalcan que colaboró con el ministro Ignacio Briones para que se aprobara la Ley de Presupuesto 2020 y que agilizó la discusión inmediata para que la Reforma Tributaria fuese aprobada por unanimidad en la Comisión de Hacienda en el Senado. Además de haber sido parte de las negociaciones por reajuste al sector público.

Sin embargo, los parlamentarios tienen una visión distinta sobre su rol en la tramitación de estos proyectos. Recuerdan que en la votación del presupuesto no logró alinear a las huestes oficialistas detrás de las indicaciones ingresadas por el Gobierno, algo que a Blumel y “en especial” al exsubsecretario Alvarado «no les hubiese ocurrido jamás”, puntualizaron.

También hay voces que respaldan la labor de Ward y señalan que “no es tiempo para balances”, que a pesar de las dificultades han habido avances. El diputado Alejandro Santana, jefe de la bancada de RN, recalca que “cuando uno empieza a revisar los objetivos, se han ido logrando, con más o menos dificultades”.

“Ningún proceso es perfecto, pero hay que tener en cuenta la situación compleja y las posiciones extremas que hay en el Congreso, de un grupo parlamentarios que yo los llamaría los anarquistas legislativos, que han presentando indicaciones y proyectos inconstitucionales que los hacen constitucionales. Raya para la suma, la experiencia de Felipe como parlamentario y la comprensión de cómo funciona un gobierno con minoría, le ayuda”, agrega el parlamentario.

Desde la oposición en el Senado destacan que el ahijado político de Van Rysselberghe ha llamado más la atención “por dejar hacer” o “ no hacer nada”. “Hay bien pocas cosas que contar de él, porque es bastante ausente en el Senado”, al tiempo que recuerdan que en la discusión sobre el reajuste, “en medio de un tenso debate, Ward entró, se sentó en un extremo, estuvo 15 minutos y se fue. Esa fue la participación del ministro”. Agregan que el subsecretario Juan Francisco Galli hizo “algunos intentos” y “le puso esfuerzo” antes de su salida para ingresar a Interior, pero que no era “comparable con Alvarado, él es otro estilo, visita a los presidentes de partidos directamente”.

A lo anterior, se le sumaría el cuestionado trabajo que hizo Segpres junto a la Dipres durante la tramitación del presupuesto y del reajuste para el sector público. En el Senado afirman que la participación de Rodrigo Cerda fue “deplorable a nivel técnico” y que dos asesores de la división “lo salvaron”. Por otra parte, el ministro Briones “intentó hacer una puesta en escena” y Felipe Ward “simplemente no estuvo”, indican.

En la Segpres destacan que Ward ha mantenido un “buen nivel de conversaciones institucionales”, que mantiene una reunión semanal con el presidente del Senado, Jaime Quintana, por lo general los días lunes, para discutir el contenido de las tabla y urgencias, mientras que el encuentro semanal con Iván Flores sería para ver la tramitación de la Agenda Social en la Cámara. El 11 de noviembre se habría realizado una reunión reservada en la Biblioteca del antiguo Congreso Nacional con Quintana y Flores, en donde los parlamentarios de oposición habrían agradecido el gesto de Ward.

Pero en el círculo cercano de Flores no recuerdan con gran detalle el encuentro, es más, señalan que junto al presidente del Senado “han sido muy duros” con el ministro y que el encuentro más recordado fue cuando le solicitaron a Ward que retirara el proyecto de pensiones. “No sé qué tan eficiente y fluido ha sido”, agregan. Los senadores remarcan que el trabajo del ministro Ward ha tenido mejor recepción en oídos de Quintana, que ejemplo de ello serían los más de 50 proyectos que hoy tramitan con urgencia.

La soledad de marginado

Una de las principales tareas de la UDI, ante el crispado clima interno, es cuidar la cuota de poder que tiene al interior de La Moneda, siendo su principal carta el ministro Felipe Ward y las posiciones que puedan concordar con Cristián Larroulet. Es por esta razón que el rol de Ward ha sido intentar “blindar el legado y el rol partido”, sostienen desde el gremialismo. Una tarea que no ha sido fácil, en la UDI señalan que todos los costos de la crisis han sido absorbidos por ellos y la figura presidencial, y que Evópoli y “principalmente” RN “se han salvado solos”.

Por eso, no llamó la atención al interior del Gobierno que el ministro Felipe Ward estuviera acompañando al exministro Chadwick, sí el hecho de que fuera sin el resto del gabinete a la parte argumentativa de la acusación en el Senado. Esa fue una clara señal –recalcan desde la UDI– de que había “una política contra ellos” no solo en RN, sino también en un sector del Gobierno, y todas las miradas apuntaron a Blumel.

Luego, estalló el conflicto por las indicaciones respaldadas por parte de RN al proceso constituyente. Quienes participaron en las discusiones, acuerdos y quiebres de acuerdos destacan que a Ward se le dejó “marginado de las discusiones claves”, que las negociaciones desde el viernes 13 de diciembre se dieron entre los presidentes de partidos y la coordinación del ministro Blumel. El argumento en la UDI es que este es un tema de acuerdos en la coalición, no legislativos.

En la Segpres detallan que “el Gobierno siempre se planteó como facilitador de este proceso” y que Ward mantuvo distintas reuniones con los presidentes de las comisiones de Constitución de la Cámara, Matías Walker, y del Senado, Felipe Harboe, incluyendo el encuentro del jueves 19 que habría agilizado el proceso para la aprobación del proyecto en la Cámara Alta, sin las indicaciones.

En materia más política, el rol de Ward se dio a través de los medios. Tras la aprobación de las indicaciones el lunes en la noche, en la Comisión de Constitución de la Cámara, Ward advirtió que si las modificaciones al acuerdo se aprobaban en el pleno de la Cámara el acuerdo estaría en riesgo. La salida propuesta por el Gobierno fue que esos temas se discutieran “más adelante, con más tiempo” y el propio Ward se comprometió a ponerles urgencia en enero.

Propuesta que, según los sectores de RN que impulsaron los tres proyectos, era solo una fórmula para dilatar la discusión, “en pleno verano, con menos atención”, lo que podría posibilitar el rechazo. Pero la estrategia de Evópoli y La Moneda, que no dejaba tan feliz a la UDI, fracasó y tras el impulso de las diputadas de RN, Marcela Sabat y Ximena Ossandón, se sumaron la bancada de Evópoli y 11 diputados RN al respaldo de la iniciativa.

Desde el círculo de las impulsoras de la jugada plantean que Felipe Ward nunca se comunicó directamente con ellas, que no hubo ninguna consulta ni tampoco pidió una reunión, sin embargo, si habrían mantenido algunas conversaciones con otros sectores de RN.

Ward vs. Blumel

Luego que la UDI decidiera congelar su participación en Chile Vamos, todas las críticas del gremialismo se han centrado en la figura del ministro Gonzalo Blumel. La senadora Jacqueline Van Rysselberghe señaló a La Tercera, que el jefe del Interior “o no ejerció su liderazgo o no lo tiene”. Un golpe duro para el protegido de Larroulet, pero “necesario” destacan desde la UDI, debido al rol que cumplió en la discusión por el proceso constitucional.

En Palacio apuntan que el ministro Blumel tuvo una participación clave en las conversaciones, recalcan que ese es su rol, “mantener en orden a la coalición, a los partidos”, pero que lo hizo en un segundo plano, debido a “los costos políticos que le podía traer este fracaso”. Cercanos al ministro saben que, a raíz de esto, su figura “será el flanco de la UDI en los próximos años” y que por eso la figura de Ward está siendo blindada. El problema es que en esta pasada se habría visto totalmente eclipsado. Ante este panorama, el foco del trabajo del titular de la Segpres estaría en la agenda gubernamentak en materia de seguridad y bienestar social.

Pero existe un alto grado de incertidumbre por el rumbo que estas puedan adoptar, considerando que el ministro Ward estaría respondiendo sin filtros a los intereses partidarios de la UDI, con mucha facilidad. “La UDI pide una urgencia, y al día siguiente el Gobierno la anuncia”, enfatizan en el oficialismo.

El problema para esto sería la sombra de Blumel sobre el trabajo que ejerce Ward. Pese a que en el Congreso se criticó mucho el inicio del actual ministro del Interior, destacan que su equipo estaba mucho más preparado debido al liderazgo que ejercía Claudio Alvarado en la subsecretaría: él es quien logró los principales acuerdos de Blumel. Pero el equipo de Ward estaría cojo en ese aspecto tras la reciente llegada de Juan José Ossa, quien, a pesar de ser reconocido y respetado en RN, no tendría la experiencia que le falta a Ward para equilibrar el equipo en el Congreso.

En la oposición recalcan que Felipe Ward no es tan distinto a Gonzalo Blumel, que el exministro solo “conversaba con tres o cuatro senadores con los que tenía mejor relación y sería, aunque era mucho más de lo que hace Felipe Ward”. Agregan que a Ossa “no lo conocemos”, pero que en este Gobierno “en general la Segpres ha estado de capa caída, se renunció a hacer su trabajo, es poco relevante en este periodo y más con Ward”.

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