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¿Sub-60 o sub-30?: la tensión generacional que obligó al PC al ventilar sus diferencias en público PAÍS

¿Sub-60 o sub-30?: la tensión generacional que obligó al PC al ventilar sus diferencias en público

Nicole Martinez
Por : Nicole Martinez Periodista El Mostrador
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El protagonismo que han tenido los nuevos rostros del Partido Comunista en la esfera pública es reconocido transversalmente tanto en la colectividad como fuera de ella, y el tema de Nicaragua le dio más fuerza a esa idea, con el desmarque de líderes juveniles –como Camila Vallejo– y no tan juveniles –como Daniel Jadue– de una declaración no consensuada, que legitimaba las elecciones en dicho país. En la interna reconocieron que hay diferencias, pero también un factor de oportunidad en un escenario electoral que llevó a que este debate fuera público, como no acostumbra el PC, dada la molestia que despertó entre sus filas. “Las generaciones más jóvenes no están contextualizadas en las luchas sandinistas”, argumentó un militante comunista, quien agregó que en general “no hay una evaluación positiva del Gobierno de Nicaragua, pero no se quiere pasar por encima de la autodeterminación de los pueblos”. Con todo, en el partido y entre analistas creen que estas luces de renovación no alcanzan para concretar, en el corto plazo, cambios en el manejo del mismo.


El orden en el Partido Comunista (PC) nadie lo discute. Públicamente han mostrado una alineación constante en distintos temas, y por eso es que sorprendió el desmarque que realizaron por Twitter militantes del PC, luego de una declaración firmada por el partido en la que se legitimaban las elecciones en Nicaragua. Ha sido la primera vez en que el PC debate en público sus diferencias, las que podrían darse lugar, en privado, en el próximo Comité Central, a realizarse con posterioridad a las elecciones.

El hecho es que esta declaración generó molestia en la colectividad, tanto por la forma como por el fondo. La oportunidad, es decir, que se haya realizado a días de los comicios, empujó principalmente a que esta discusión se hiciera pública, para no afectar la candidatura de Gabriel Boric, a quien le han pasado varias cuentas por el apoyo de su aliado, el PC, a países como Venezuela y Cuba, apuntando a que dicha tienda es «la mochila» que lleva el candidato de Apruebo Dignidad. Pero además por una diferencia generacional que existe, y que admiten dentro del Partido Comunista, sobre la relación con el sandinismo, que no tienen personalmente militantes más jóvenes, que salieron con todo a tomar distancia.

Este martes, la diputada comunista Camila Vallejo, en entrevista con T13 Radio, insistió en que la declaración “no fue debatida ni ratificada por el partido” y que, por lo tanto, “no representa al colectivo”. La parlamentaria agregó que deberán revisar cómo se originó esa declaración por Nicaragua. “Tenemos que aclarar esa situación en las instancias colectivas correspondientes”, sostuvo, sobre el documento que habría sido visado por Juan Andrés Lagos y Claudio de Negri, según dicen algunos en la colectividad, donde además apuntan a que el presidente, Guillermo Teillier, no tenía conocimiento del documento.

Ya el viernes la constituyente Bárbara Sepúlveda no solo criticó la forma de esta declaración no consensuada, sino que también debatió el fondo, lo que dio más luces respecto a que, además de la oportunidad y de ser inconsulta, hay diferencias más profundas en relación con el tema. “La declaración sobre Nicaragua no fue producto de la discusión del colectivo PC y tampoco me representa. Las feministas sabemos de la persecución política de Ortega en contra de nuestras compañeras. Lo de Nicaragua es inaceptable e indefendible”, tuiteó.

“Obvio que dentro del partido hay diferencias, como en cualquier colectividad. El punto es que nosotros siempre las hemos debatido a puertas cerradas, no de la ventana para afuera”. Esto fue lo que sostuvo un dirigente del PC, quien agregó que hasta ahora no se han llevado esas divergencias a espacios deliberativos partidarios. Subrayó además que ha existido cierta molestia en sectores de la militancia de base por el diálogo público que se dio entre dirigentes, lo que –dicen– va en contra de la política del partido, por la salida de este “orden” característico del PC.

De todos modos, hay coincidencia en que ya desde el año pasado se venían dando señales evidentes de algunos cambios, pero también de una contraposición generacional importante, donde nuevos liderazgos estaban tomando mayor protagonismo, como es el caso de las diputadas Camila Vallejo y Karol Cariola en el Congreso, de Bárbara Sepúlveda y Valentina Miranda en la Convención Constitucional, e Irací Hassler en la Municipalidad de Santiago, lo que puede leerse como una mejor llegada a la ciudadanía de nuevos rostros –mayoritariamente mujeres– por sobre los más conocidos y que puede atribuirse a una cierta “renovación”, si bien los dirigentes históricos siguen en la primera línea.

A pesar de esta pública diferencia por Nicaragua, la mayoría coincide en que no da para un quiebre, pero que sí podría abrir un proceso de debate interno respecto de cómo se abordan estas temáticas, siempre tensas para el PC.

De hecho, el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, dijo a El Mostrador que el tema internacional se discutió mucho en el último Congreso de la colectividad –que se realizó el año pasado– y que en la discusión siempre hay diferencias, posiciones de mayoría y minoría. «Se notó ahora que hay algunas diferencias y esas van a ser discutidas internamente una vez que pase el proceso electoral, porque no vamos a perder el tiempo en estos momentos en eso», puntualizó.

«Yo no veo que en el partido haya signos de división, fue una cosa de momento, respuestas del momento, en situaciones que son complejas. Estamos en un mundo cambiante y hay que hacer el análisis en cada momento», enfatizó Teillier, quien evitó dar detalles de lo que pasó y quiénes están involucrados. «Eso ya es un asunto interno del partido, se va a conversar indudablemente», sostuvo.

A su juicio, eso sí, este impasse no tiene que ver con el tema generacional, porque dice que dentro del Partido Comunista existe una renovación generacional permanente.

No obstante, el análisis que algunos militantes y dirigentes realizan sí afecta, y aseguran que existen dos dimensiones: una generacional, y otra de la oportunidad de esta declaración sobre Nicaragua. En el ámbito generacional, un dirigente planteó que “las generaciones más jóvenes no están contextualizadas en las luchas sandinistas”, pero –añadió– además “hay un partido al que no le gustó mucho la declaración por el sentido de la oportunidad en la elección”, ad portas de la primera vuelta y con los efectos que podría tener para la candidatura presidencial de Gabriel Boric.

La misma fuente afirmó que es un tema que genera contradicciones, pues “no hay una evaluación positiva del Gobierno de Nicaragua, pero no se quiere pasar por encima de la autodeterminación de los pueblos”. En la colectividad afirman que en los espacios internos de debate no se ha abordado este tema, ni tampoco el de Venezuela, a pesar de que dirigentes ya han marcado sus matices, y por eso creen que es un tema que se podría tratar en las próximas instancias partidarias.

Camilo Sánchez, expresidente de la Juventudes Comunistas, reforzó ese punto y sostuvo que “todas las generaciones del PC, incluyendo a las JJCC, son profundamente antiimperialistas y, por lo tanto, basan sus planteamientos en el marco del respeto de la no injerencia y la autodeterminación de los pueblos. Las expresiones de diferencias que hemos visto no rebaten ni ponen en cuestión el carácter que tiene toda nuestra militancia”.

A su juicio, lo que ocurre con el caso de Nicaragua y otros, tiene que ver con “subir el estándar” de otros momentos. “No hay que olvidar que muchos combatientes colaboradores del Frente Sandinista Liberación Nacional eran militantes comunistas chilenos y chilenas. No es menor que para el PC el tema de Nicaragua esté tan presente, lo que no quiere decir que el estándar de entendimiento de lo que aporta la revolución hoy tenga que ser el mismo. No podemos aceptar que existan retrasos en aspectos que no son responsabilidad del imperialismo, como los derechos de las mujeres, de las disidencias o diversidades sexuales. Para nosotros eso es parte del estándar de lo que tiene que hacer el antiimperialismo en estos momentos”, remarcó.

Las luces de los cambios y el contexto electoral

El año 2016, el PC tuvo un cambio histórico: se determinó modificar el sistema de elección interna, de uno indirecto a uno de «un militante, un voto» para conformar el Comité Central. Era un cambio que había resistido la colectividad años anteriores, pero que definió y aplicó, por ejemplo, en la elección de fines del año pasado, aunque manteniendo que es el Comité Central el que elige a la directiva, donde se mantuvo la dupla Teillier-Carmona.

Ese proceso fue antecedido unos años antes por la llegada de rostros jóvenes al Congreso, como Camila Vallejo y Karol Cariola. Avanzó también un proceso feminista al interior de la colectividad, que se concretó en el principio de paridad en la Comisión Política, y se declaró un “partido feminista de clase” el año pasado.

El analista político Andrés Cabrera reforzó ese punto, recordando que tanto Vallejo como el alcalde Daniel Jadue obtuvieron buenas votaciones para ser parte de la orgánica de la colectividad, a pesar de que Guillermo Teillier continuó a la cabeza. “Eso da cuenta de una cierta renovación en los liderazgos, y yo creo que eso se agudizó en la buena votación que sacó el PC el 15 y 16 de mayo, pero sobre todo se expresa –paradójicamente– en la victoria de Gabriel Boric, que les permite a los sectores de Vallejo y Cariola tomar una posición que es muy cercana al comando de Boric, y en un eventual Gobierno van a jugar un rol fundamental”, sostuvo. Agregó que será esta “generación dorada” la que va a conducir el partido en los momentos decisivos.

Cabrera añadió que “ese corte generacional no los identifica tanto con los procesos emblemáticos de la izquierda latinoamericana que se dieron en la segunda parte del siglo XX, especialmente la revolución cubana y el proceso sandinista en Nicaragua, y ahí la vinculación que tienen con el mundo guerrillero se quiebra con esta generación de liderazgos”.

Sin embargo, hay quienes ven que estas diferencias no alcanzan para hacer un cambio en la conducción, al menos no en el corto plazo. Dentro de la colectividad incluso dicen que el debate que pueda darse sobre Nicaragua, Venezuela o Cuba –que no ha ocurrido formalmente hasta ahora– podría ser de largo aliento y comunicado a la ciudadanía solo cuando exista un acuerdo de partido.

El director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, consideró que se trata de “una crisis contenida dentro del PC”, y que “si bien es cierto que hay voces disidentes, por ahora no observamos un debilitamiento de la conducción del Partido Comunista”. Agregó que estas voces que han sido críticas de la doctrina del PC en algunos temas, “no han sido suficientes para cambiar la línea política del partido”. A su juicio, existe una renovación que tiene un posicionamiento público, pero no tiene un control en la colectividad.

Mientras, el analista Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, marcó matices. “No lo veo ni como un choque generacional ni como un cambio en la postura histórica del PC, sino solamente como una maniobra estratégica para respaldar la postura de su candidato presidencial”, indicó, y sumó que en el corto plazo no ve que estas voces disidentes tengan una oposición interna más fuerte. “En un eventual Gobierno de Boric este asunto terminará por fracturar tempranamente su coalición. Para Boric, el PC es una bomba de tiempo”, sentenció.

Una muestra de cómo está el pulso en el Partido Comunista podría ser lo que ocurra este domingo en la Región Metropolitana, donde de la misma tienda compiten como candidatos a senadores Guillermo Teillier y Claudia Pascual, lo que podría evidenciar si se avanza o no hacia una renovación de dirigencias y liderazgos. En la colectividad y entre los analistas coinciden en que, en todo caso, todo cambio en la dirigencia nacional, en el «aparato partidario», será progresivo y no en un corto plazo.

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