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Claudia Pascual y el anticomunismo: “Los que usan ese recurso están pegados en la lógica de la Guerra Fría» PAÍS

Claudia Pascual y el anticomunismo: “Los que usan ese recurso están pegados en la lógica de la Guerra Fría»

Nicole Martinez
Por : Nicole Martinez Periodista El Mostrador
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La senadora electa por la Región Metropolitana descartó que exista un quiebre dentro del Partido Comunista y afirmó que sí se ha generado una renovación. «El partido hace un esfuerzo importante por ir renovando no solo su discurso, sino que por sobre todo su diagnóstico y sus propuestas», subrayó. Sobre el futuro de las relaciones con el Frente Amplio –en especial en el Congreso y con la experiencia de la Convención–, sostuvo que «son espacios que se construyen en lo cotidiano» y que se debe hacer desde la diversidad, en pos de acuerdos. En relación con la campaña presidencial, deslizó que Gabriel Boric que debería seguir enfocándose en los últimos días en las regiones, la ruralidad, los sectores vulnerables y sectores medios, además de temas como la seguridad y delincuencia.


Con dos cupos, el Partido Comunista volvió al Senado por primera vez desde el retorno a la democracia, y lo hace en medio de una de las más complejas elecciones presidenciales, donde podrían además llegar nuevamente al Gobierno, en esta ocasión a través de la candidatura de Apruebo Dignidad, representada en Gabriel Boric. Todo esto con un marcado anticomunismo en la campaña, donde por parte de sus detractores se ha puesto al PC como una especie de mochila para el diputado.

Claudia Pascual es una de las senadoras electas del PC, y sostuvo que «el miedo, el cuco a los y las comunistas es un recurso archiultrautilizado por la derecha y la extremaderecha. Es un recurso que por muchas décadas ha tenido réditos, pero siento que quienes utilizan este recurso están absolutamente pegados en una lógica de la Guerra Fría».

En entrevista con El Mostrador Pascual abordó los últimos días antes de la segunda vuelta, la relación del PC con el Frente Amplio y la situación interna de su partido, donde descartó un quiebre o una crisis. «Lo que nos caracteriza a las y los comunistas no es tener opiniones todos igual, sino que tomar decisiones y, una vez tomadas decisiones colectivas, respetar esa decisión. Puede haber habido situaciones donde haya faltado afinar mucho más la opinión colectiva, pero yo no veo una situación de quiebre ni mucho menos una situación de crisis», sostuvo.

-A días de la segunda vuelta, el candidato Gabriel Boric ha realizado modificaciones o ha matizado puntos de su programa, en especial en el ámbito económico, ¿alcanza eso para conquistar a los indecisos?
-El énfasis que se ha puesto para segunda vuelta tiene que ver con convocar a todas las fuerzas que llamaron a votar por el Apruebo, a todas las personas que se movilizaron para votar por el Apruebo, y que quizás no se sintieron convocadas para votar en esta primera vuelta. Desde esa perspectiva hay, por un lado, pequeños ajustes o adecuaciones, sobre todo en el ámbito económico, de poder explorar un poco más cómo va a desarrollarse el escenario económico, producto que hay señales internacionales, pero también a propósito de que si ganamos vamos a recibir un gobierno con un presupuesto con un 22% menos de sus recursos, lo que es bastante mezquino por parte del Gobierno de Sebastián Piñera, para decirlo en relación a la herencia del nuevo Gobierno.

El énfasis ha estado también puesto en llegar a los segmentos de población que pudieron no haber sentido o escuchado con la profundidad el programa de gobierno de Gabriel Boric. Me refiero a los sectores más rurales, populares urbanos, que si bien van a estar tremendamente afectados por un eventual Gobierno del candidato de ultraderecha, no necesariamente se sintieron convocados a votar, y hoy día estamos haciendo todos los esfuerzos por que se movilicen también a votar. En los ámbitos de apoyo a la pequeña y mediana empresa, a la seguridad en el empleo, al combate eficiente de las bandas delictuales, del narcotráfico, pero también esto tiene que ir de la mano de resolver la desigualdad profunda que hay en materia socioeconómica en nuestro país, que hace que haya un clima propicio para la situación delincuencial. Más que grandes cambios es más bien ir complementando estas visiones que son absolutamente necesarias. La gente sigue queriendo trabajo, sueldos dignos, pensiones dignas, salud de calidad, educación de calidad, vivienda digna y seguridad.

-¿Dónde debería estar el foco de Gabriel Boric en estos últimos días de campaña?
-Las adhesiones que ha ido recibiendo nuestro candidato Gabriel Boric, de distintos gremios, distintas organizaciones sindicales, sociales, territoriales, funcionales, ha sido bien relevante. Tengo una expectativa muy positiva de lo que va a ocurrir este 19 de diciembre. Seguir abordando segmentos de población que siempre se sienten más alejados de la toma de decisiones, como es el mundo de regiones, las provincias, el mundo rural y la diversidad de la ruralidad, capas medias, sectores más vulnerables, etc., son segmentos de población que debemos seguir reforzando. Sin descuidar nuestro respeto al derecho de las mujeres y las disidencias sexuales y de género, la promoción de los derechos sociales, de un sistema de desarrollo económico que permita ser más equitativos en la distribución del ingreso y que haya una sostenibilidad y sustentabilidad en el tiempo en la relación con el medio ambiente, etc.

En el día internacional de los derechos humanos nuestra renovación del compromiso más irrestricto con la valoración de los DD.HH., sus principios y con seguir buscando la verdad plena, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, tanto de los crímenes cometidos de lesa humanidad en dictadura como las profundas violaciones a los DD.HH. que se han cometido en este Gobierno de Sebastián Piñera. Aprovecho de decir a algunos que están bastante contentos con el comunicado que hace la Corte Interamericana de DD.HH. –y no La Haya como están diciendo bots en Twitter–, que está diciendo que debe tener más antecedentes, no está diciendo que no se promovieron las violaciones a los DD.HH. en nuestro país.

-Con usted vuelve el PC al Senado. ¿Cómo ve el desafío que tienen, en un contexto donde se ha reinstalado el anticomunismo?
-El miedo, el cuco a los y las comunistas es un recurso archiultrautilizado por la derecha y la extrema derecha. Es un recurso que por muchas décadas ha tenido réditos, pero siento que quienes utilizan este recurso están absolutamente pegados en una lógica de la Guerra Fría en el juicio y en el prejuicio a las y los comunistas. Los comunistas chilenos hemos demostrado no solo nuestra lealtad a los gobiernos a los cuales hemos decidido apoyar e integrar, como fue el segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet, como fue en el Gobierno de la Unidad Popular. Pero queremos también decir que sabemos que no toda la población chilena es comunista, no nos interesa tampoco que la totalidad de Chile sea comunista, creemos en la diversidad, y creemos también en la unidad desde las distintas identidades que se pueden tener en términos políticos sociales, económicos y culturales. Nuestro desafío siempre va a ser seguir avanzando en las demandas, en las necesidades que tiene la gran mayoría de la población en nuestro país, sobre todo también en el respaldo a los derechos individuales y colectivos de trabajadores y trabajadoras, a los derechos de las mujeres, de las disidencias sexo-genéricas, de los Pueblos Originarios, de Niños, Niñas y Adolescentes, de jóvenes, personas mayores, en situación de discapacidad, etc. Vamos a seguir trabajando por aquello, pero al mismo tiempo tratando de buscar las alianzas desde esa diversidad para avanzar, junto con otros y con otras en pos de las necesidades de la gente.

Ese desafío se puede ver más difícil en un Senado que está cuantitativamente empatado, pero creo que cualitativamente se puede provocar desempate si generamos nuevas formas de participación político-social, que permita que las organizaciones, que la ciudadanía, manifieste de forma mucho más incidente cómo quiere que sean las legislaciones en nuestro país, que se comporte el Parlamento, las políticas públicas. Yo apelo a no quedarnos estrictamente en el trabajo de oficina del Parlamento, sino que todo lo contrario, generar puentes de comunicación lo más cotidianos y fluidos posibles con las organizaciones sociales, territoriales, sindicales, del país.

-¿Cómo ve la relación del PC con el Frente Amplio? En la Convención fue más de «juntos pero no revueltos». ¿Se podría traspasar eso al Congreso?
-Tengo el diagnóstico que siempre entre identidades políticas distintas, diversas, no son la suma de las partes y no se decreta fluidas porque yo lo digo, porque firmé una declaración y punto, porque hoy día decidí que estaba en alianza con tal o con cual, sino que son espacios que se construyen en lo cotidiano. A partir de eso, creo que el esfuerzo que tenemos que hacer todos, todas y todes, estemos en el Frente Amplio, estemos en el Partido Comunista, estemos en otras fuerzas políticas que no son de Apruebo Dignidad, por construir alianzas desde la diversidad, acuerdos desde la diversidad de identidades en pos de los desafíos del país es un imperativo ético y democrático que debemos cumplir. Si ha habido más o menos, mejor relación, más o menos fluida en la Convención, o yo espero que en el Parlamento sea más fluida, creo que siempre puede haber diferencias, es legítimo que las haya, sin embargo, creo que lo que nos falta a lo mejor es generar mejores mecanismos de procesamiento de las diferencias. Se allanan los caminos de conversación y no lo que parece que a ratos ocurre y que más nos dificulta la relación política a las distintas identidades, es esto de privilegiar mandarse los mensajes por medios de comunicación o redes sociales antes que agarrar teléfonos, sentarte en una reunión. Yo apostaría a tener mecanismos de procesamiento de diferencias y buscar lo que más nos una, porque además yo creo que la ciudadanía está cansada de un ejercicio de la política que sobrevalora la diferencia y la polémica por sobre las posibilidades de encuentro y de unidad en pos de los intereses de las grandes mayorías.

-¿Hay un quiebre dentro del Partido Comunista o es más bien un enfrentamiento de ideas? A propósito, por ejemplo, con lo que pasó con la declaración por Nicaragua.
-Yo no creo que haya un quiebre. El Partido Comunista, la Juventud Comunista, a lo largo de su historia, y en particular en el marco de los últimos 30 años, le tocó vivir situaciones de crisis bien complejas, por ejemplo, cuando cayó el muro, cuando se cayeron los llamados socialismos reales. Por lo tanto, vivió crisis políticas bien duras y creo que no estamos ni de cerca de una situación de ese tipo, menos en el último tiempo. Sí hay situaciones en las cuales yo creo que ha faltado conversar más. Algo que nos caracteriza a las y los comunistas no es tener opiniones todos igual, sino que tomar decisiones y, una vez tomadas decisiones colectivas, respetar esa decisión, y todos y todas –independiente de lo que opinamos– jugarnos por esa decisión colectiva. Puede haber habido situaciones donde haya faltado afinar mucho más la opinión colectiva, pero yo no veo una situación de quiebre ni mucho menos una situación de crisis.

-¿Se podría hablar de una confrontación en la mirada de cómo hacer política?
-Yo creo que falta colectivizar más ciertas opiniones, fue algo sumamente puntual. Yo no estoy en la dirección del partido, pero me imagino que eso se ha seguido conversando para poder retornar a nuestras formas de debatir, que implica que cada uno puede dar la opinión que tenga, no hay una imposición de opiniones, pero que demos el debate hasta agotarlo y, por lo tanto, una vez que tomamos decisiones, podamos poner tras esas decisiones.

-¿Ha existido renovación en el PC?
-El Partido Comunista de Chile es una colectividad política que actúa para todos los periodos históricos en los cuales ha estado, y yo creo que renueva su visión política, económica, social y cultural, renueva estas valoraciones cuando se hace cargo de problemáticas que hemos venido arrastrando a lo largo de la historia del país, pero también de problemáticas nuevas, o de nuevas miradas sobre los mismos fenómenos que hemos visto en décadas o años anteriores.

El partido hace un esfuerzo importante por ir renovando no solo su discurso, sino que por sobre todo su diagnóstico y sus propuestas. Me parece que es absolutamente sintomático que hayamos avanzado, porque no podemos negar que a la izquierda en general –no solo al PC– le costó asumir ciertas miradas, como por ejemplo tener visiones mucho más profundamente medioambientalistas, respeto a las diversidades sexuales y de género, asumir como una prioridad y como un trabajo que va absolutamente de la mano, que es la lucha por un sistema distinto al capitalismo y al neoliberalismo que vive nuestro país, de conjunto con la lucha contra el sistema patriarcal que para quienes queremos una sociedad más justa no podemos olvidar al menos a la mitad de la población, que somos las mujeres.

Ha habido espacios de renovación, de adecuación, de modernización. Si eso va en todos los ámbitos, estructuras, militantes a la par, a la misma velocidad, imagino que como todas las colectividades, instituciones y organismos, tiene distintos ritmos, o puede haber siempre una excepción. Pero creo que hemos estado renovándonos, no con un afán de eliminar nuestras identidades y nuestras convicciones profundas de justicia social, de interpretar y de trabajar de la mano con los intereses de trabajadores y trabajadoras, sino que de sumar nuevas miradas frente a fenómenos de desigualdad profunda que tiene nuestra sociedad, que se expresa además no siempre de la misma manera en que se expresaba hace 50, 80, o 20 años. Es indudable que siempre nos puede faltar. Quizás todavía no estamos en los mismos ritmos que nos gustaría a todos y a todas en algunas temáticas. Yo no creo que las ideas nuestras sean anquilosadas, añejas, que se puedan sacar y decir que ya nada de esto corre. Hay bastantes temas donde seguimos aportando desde la tradición histórica, pero también renovando las miradas que tenemos hoy día.

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