Tras las críticas oficialistas de esta semana en torno a lo que describen como estancamiento en las conversaciones para diseñar un órgano constituyente, la Presidenta del PS asegura que uno de los puntos que entrampa las conversaciones es la redacción del Estado Social y Democrático de Derecho. Explica que al agregarle el concepto libertades, Chile Vamos “está desnaturalizando el concepto al que nosotros queremos arribar”. Lo describe como “una discusión de fondo que debe darse en el seno del órgano constituyente”.
Hasta el jueves el Partido Socialista (PS) estaba representado en las conversaciones del “Grupo de los 8” por el PPD, a través de su presidenta Natalia Piergentili, y por el Partido Radical (PR), con el diputado Tomás Lagomarsino.
El espacio estaba conformado por cuatro representantes del oficialismo, tres de Chile Vamos y un DC, que se reunieron esta semana para intentar llegar a un acuerdo que defina las bases y el mecanismo para un nuevo proceso constituyente.
Sin embargo, parlamentarios del oficialismo aseguran que hay un estancamiento en las conversaciones. “Cada día soy más escéptico de lograr un acuerdo pronto», decía el jueves el diputado PS Marcelo Illabaca en Radio Pauta. En respuesta la presidenta socialista decidió sumarse a las tratativas desde el viernes, según explica Vodanovic, porque la “redacción no se ha logrado finiquitar”.
Sobre las negociaciones la presidenta del PS ha dicho que «la derecha hábilmente vuelve al tema de los bordes y no se quiere pronunciar sobre el mecanismo” y agregó que este grupo asegura que los bordes son «para darle tranquilidad a la ciudadanía, pero en realidad es más bien para darle tranquilidad a ciertos actores como las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP)”.
-¿Cree que con la discusión de las bases hay riesgo de que se entrampen las negociaciones?
-Desde el progresismo estuvimos disponibles inmediatamente a señalar como uno de los bordes el respeto a los derechos sociales, pero Chile Vamos ha insistido en el derecho a propiedad y de aprovechamiento de aguas, y en la inexpropiabilidad de los fondos de pensiones. Temas que ni siquiera en la Constitución actual, de 1980, están consagrados. Insistir en ponerlos como bordes, es no buscar el acuerdo. Porque saben que para nosotros ese tema no va a quedar zanjado ahora, no porque no estemos de acuerdo en discutirlo, sino que debe discutirse en la Convención o el órgano que resulte para ello. No queremos una discusión anticipada.
-La derecha propone que se consigne que “Chile es un Estado social de derechos y libertades”. ¿Por qué desde el oficialismo consideran problemática esta redacción?
-El Estado Social y Democrático de Derecho, y es derecho con mayúscula, tiene que ver con que nosotros estamos por un Estado que tenga énfasis en prestaciones sociales que hasta hoy han estado mercantilizadas. Cuando la derecha cambia la mayúscula a una minúscula, le agrega la s, y le suma libertades -Estado social y democrático de derechos y libertades-, está desnaturalizando el concepto al que nosotros queremos arribar. Por lo tanto, esta no es una discusión semántica u ortográfica, es una de fondo que debe darse en el seno del órgano constituyente.
-¿Por qué el Partido Socialista no tuvo hasta ahora un representante en el “Grupo de los 8″? ¿Quién les informa sobre los progresos de las reuniones?
-Tomamos el acuerdo como Socialismo Democrático de que en esta ocasión el PPD y el PR fueran a estas conversaciones, entendiendo que era un grupo reducido encargado de hacer algunos ajustes para poder tener una redacción. Como esa redacción no se ha logrado finiquitar durante varias reuniones, yo estoy asistiendo también ahora por parte del Partido Socialista.
-El senador Rojo Edwards dijo a El Mostrador que “las bases de Chile Vamos, nuestra base popular, no están de acuerdo con muchas de las posturas que están liderando sus dirigentes”. ¿Cree que hay grupos específicos de derecha que están ganando cancha?
-Es evidente que partidos populistas de derecha han ido ganando terreno, no solo en Chile, sino que en el mundo. Lo hemos visto con Bolsonaro en Brasil, con Meloni en Italia, antes con Trump en Estados Unidos. La fórmula es hablarle a la ciudadanía directamente, formar ciertas polémicas, como la que hemos visto de los diputados republicanos esta semana. Tiene que ver con agredir, con poner temas que para ellos son muy representativos, pero que finalmente no constituyen ni avances civilizatorios ni sociales. Entran en defensa de ciertos temas valóricos que efectivamente creo que tensionan a una parte de la derecha más democrática. Los republicanos han dicho que no quieren una nueva Constitución, por lo tanto, el retiro de la mesa no me sorprende en ese contexto, pero sí creo que es lamentable porque finalmente el espacio de discusión democrática es el Congreso.
-Otro de los nudos en las conversaciones constituyentes son los alcances de la bicameralidad. ¿Desde el PS se quiere dejar abierta la cancha a que el futuro órgano redactor pueda hacer modificaciones en las facultades de ambas cámaras?
-En un nuevo diseño institucional, que no sabemos cuál será, hay que ver qué facultades van a tener ambas cámaras en relación a las que eventualmente tenga el Poder Ejecutivo. No podemos limitar al órgano constituyente a que abra una discusión sobre eso. Actualmente en Chile tenemos un régimen presidencialista, uno con facultades aumentadas del Presidente que pueden ser revisadas. Y en correlación, también tendrían que ser revisadas las facultades de las cámaras legislativas.
-¿El PS está por reconocer a los pueblo indígenas como pueblo-nación?
-Esta discusión el jueves creo que quedó zanjada. Me parece que fue el Presidente Guillermo Teillier (PC) quien señaló que ya estaba terminado el tema de la plurinacionalidad, ya nadie está insistiendo en ese concepto. Respecto a los pueblos indígenas, que así se llaman en el Convenio 169, nosotros estamos por su reconocimiento constitucional, y el de sus tradiciones, costumbres y lenguas. Esa es la postura que veo más generalizada. Son temas que creo que hay que dejar entregados al órgano constituyente. Como límite me parece bien establecer que no se incorporará la plurinacionalidad, y luego que esa discusión se dé en el órgano constituyente. También podemos consignar que se reconocerá a los pueblos indígenas y que quede como una base.
-Hay quienes que ven con preocupación las equivocaciones del gobierno cada semana. Algunos ejemplos que se dan son las repercusiones que tuvo suspender la entrega de credenciales del embajador israelí, o poner sobre la mesa el tema del aborto sin causales cuando no hay un plan próximo por parte del gobierno. ¿A qué se cree que se debe esto?
-La experiencia se va adquiriendo en la medida del trabajo cotidiano de gobierno. Yo no sé si el tema del aborto es un tropiezo, porque es algo que está en la agenda de gobierno. No me parece que haya que auto censurarse tampoco con los temas ni con las designaciones.
-Ustedes ya son parte pesada del Gobierno, son mayoría en el corazón de la toma de decisiones, que es el comité político, versus al Frente Amplio que solamente tiene a una representante, la ministra de la Mujer, Orellana. ¿Cree que están tomando un rol predominante en la conducción como Socialismo Democrático?
-En el comité político la mitad pertenece al Socialismo Democrático -PS, PPD, PL y PR- y la otra a Apruebo Dignidad -FA y PC-, por lo tanto, aquí no hay un desequilibrio numérico. Creo que todos y todas quienes está integrando el comité político tienen experiencia política importante, de esta forma, no hay un desequilibrio entre ambas coaliciones. Si lo había antes porque evidentemente no estábamos incorporados con tanta representación como Socialismo Democrático. La necesaria complementación que ha habido en el comité político tiene que estar en todas las instancias del Gobierno. Vale decir, en el segundo piso, en los distintos ministerios. Porque ambas coaliciones son complementarias y queremos que el gobierno tenga éxito.
-¿Qué matiz ha traído la entrada de Tohá y Ana Lya Uriarte al gobierno?
Creo que otra visión, complementaria a la de Apruebo Dignidad, una transformadora al igual que el proyecto de gobierno, pero también con la experiencia de haber gobernado en coalición por muchos años.