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Lautaro Carmona (PC) y el trabado acuerdo constituyente: «Creo que Amarillos termina jugando un papel de endurecer más las cosas» PAÍS Foto: Cristóbal Escobar, Agencia Uno.

Lautaro Carmona (PC) y el trabado acuerdo constituyente: «Creo que Amarillos termina jugando un papel de endurecer más las cosas»

María Arriagada
Por : María Arriagada Periodista de El Mostrador
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El secretario general del Partido Comunista asegura que hay un cálculo que obliga a Chile Vamos a mirar a Republicanos y al PDG. «Tienen ganas de hacer un esfuerzo, pero miran para el lado y se dan cuenta de que cualquier cosa puede ser utilizada y ser desacreditados por las otras fuerzas políticas», señala. En ese escenario es que, para Carmona, «Amarillos terminan jugando un papel de endurecer más las cosas, de endurecer más la posición, y les guste o no, esa posición le sirve más a la derecha que no está en la negociación, que es la más dura». De acuerdo al secretario general del PC, «si no se toma en cuenta de verdad a la soberanía popular, que es la expresión democrática de la ciudadanía, lo que resulte será una Constitución gatopardista».


Un día antes de que el presidente de la colectividad, Guillermo Teillier, fuera ingresado al Hospital Clínico de la Universidad de Chile por complicaciones de salud, el secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, fue parte del “pequeño comité» que se conformó el viernes al interior del ex Congreso Nacional, con solo cuatro representantes de cada eje, para destrabar las conversaciones sobre el órgano constitucional. Tratativas que se retomaron este lunes a las 8 a.m.

“Desde mi juventud estuve comprometido en la lucha contra la dictadura para conquistar la democracia. Nos movía luchar contra la aplicación del terrorismo de Estado. Había gente que se estimulaba diciendo que en dos años más terminaba la dictadura, pero…”, relata. Y sigue: “Lo que quiero decir es que cuando uno da batallas que tienen una profundidad y trascendencia para la calidad de la sociedad en la cual habitas, jamás se puede cansar”. 

Sobre los tres meses de conversaciones sobre órgano constituyente y la última semana caracterizada por un alza de tensiones entre el oficialismo y la oposición, asegura que no le complica el tiempo. “Yo tomé una opción de buscar cómo contribuir. Sé que algunos están muy cansados, ya son muchos días, bueno, hagan posta y serán otros los que siguen, pero el tema sigue sin solución”, explica.  

Antes de que comenzara el comité central del Partido Comunista través de Zoom, el jueves pasado, el excandidato presidencial y alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, transmitió un mensaje de audio en un chat. “Todavía no entiendo, compañeros y compañeras, cuándo le empezamos a tener tanto temor a andar solos por un tiempo por el camino de la política en nuestro país. La verdad es que yo no me siento solo si no firmamos un acuerdo que traiciona el mandato del pueblo que nos escogió y al que decimos representar”, dijo. 

-¿Cuál es su opinión de lo postulado por Jadue? 
-Lo que vale para él y para todos nosotros, es cuando el partido toma posición se debe trabajar por implementarla. Nadie que tenga una condición de dirigente se puede activar en sentido contrario. Pero lo tomo como una de las tantas miradas que tiene este debate. Pero me consta, porque tengo una militancia histórica, que el PC no funciona ni determina sus políticas en base a los miedos, ni tampoco en base a las audacias y a las provocaciones. Actúa en razón de analizar un contexto político, mirar cuál es el propósito estratégico, ver qué capacidades de implementación de la correlación de fuerzas hay en ese momento, y hacer opción por tácticas eficaces para acercarse al propósito. 

-¿Cómo cree que ha afectado la presión de Amarillos para que eso no tenga piso?  
-Escuchándolos directamente, han influido de forma incidente y desequilibrante. Fueron ellos quienes dijeron, y en palabras del propio Cristián Warnken el miércoles, nosotros estamos por que esto sea 100% nombrado por el Congreso, y si aquí se abre paso a una campaña y se logra que sea 100% electo, nosotros no vamos a firmar y haremos campaña en contra. Hubiese existido el acuerdo de no ser por esa intervención. Fue una concesión dadivosa. Esta es una reunión que reúne a partidos con presencia en el Parlamento. Hay un diputado que se identifica con el movimiento Amarillos, pero no es un partido, ahí hay un incumplimiento. El viernes quien expuso a nombre de Chile Vamos fue un representante de Amarillos. Si la UDI aparece concediendo, Amarillos podría acusarlos de inconsecuentes, lo que movería el cerco a favor de Kast, el Partido Republicano y el PDG. 

-¿Por qué cree que Amarillos tomó la vocería en la mesa general representando a Chile Vamos el viernes?  
-Creo que es porque hay un cálculo que obliga a Chile Vamos a mirar a Republicanos y al PDG. Tienen ganas de hacer un esfuerzo, pero miran para el lado y se dan cuenta de que cualquier cosa puede ser utilizada y ser desacreditados por las otras fuerzas políticas. Con una condición de análisis, creo que los Amarillos terminan jugando un papel de endurecer más las cosas, de endurecer más la posición y, les guste o no, esa posición le sirve más a la derecha que no está en la negociación, que es la más dura, que a los titulares. 

-Con doce bases que se deben respetar, como un Poder Legislativo bicameral, compuesto por un Senado y una Cámara de Diputadas y Diputados; un comité técnico de admisibilidad que debe velar por que se cumplan estas bases; y con la posibilidad de personas designadas por el Congreso, ¿conviene a las fuerzas progresistas hacer una nueva Constitución hoy? 
-He luchado primero para terminar con la dictadura que instalaron, con todos los riesgos que eso implicó. Y luego para bregar por terminar con las herencias que dejó esa dictadura y la eterna transición. En la lucha por transformaciones de fondo uno nunca puede renunciar y debe, incluyendo la adversidad, mantener la perseverancia, pensar siempre en el pueblo y sus intereses y postergaciones. Para mí nunca habrá un momento que explique por qué no lucho por una nueva Constitución. 

-¿Cree que fue una buena decisión del Partido Comunista no haber sido parte de la firma del acuerdo del 15 de noviembre de 20219? ¿Qué cambia hoy? 
-No existe la reiteración de momentos históricos en tiempos distintos. Imaginar que uno tiene un manual, un torpedo, de cómo actuar, sin considerar el contexto, la situación histórica que caracteriza políticamente cada momento, es no actuar con sentido político. Puede estar la ciencia de la política, pero falta el arte, que es construir correlación de fuerzas de mayoría. No soy de los que repite por mecanicismo. Soy de los que está abierto en función de los desafíos por cómo avanza un propósito estratégico que sea en beneficio de las grandes mayorías. Lo segundo, referido al año 2019, reivindico la justeza que tuvo el Partido Comunista y otros partidos en no concurrir a un acuerdo que se desentendió del movimiento social que creó esa condición. Y que concedió elementos que podrían haber sido distintos, como los quórums; la paridad de género no se acordó el 15 de noviembre.  

-¿Por qué el actual escenario es tan distinto al de 2019? 
-Es muy distinto. En ese escenario pretendieron mediante un llamado telefónico integrar la firma del Partido Comunista el mismo día 15, sin consulta ni intercambio previo, no voy a decir ni siquiera la hora. Porque si hubiésemos podido, habríamos dicho que se debía que integrar a los movimientos sociales, como el sindical. Y a otros que fueron clave de crear una condición de efervescencia social que cuestionaba el sistema imperante.   

-¿Qué tan factible es hacer un plebiscito de entrada cuando las personas se han visto enfrentadas a un sinnúmero de elecciones desde el plebiscito de 2020?  
-No tengo problema si llega la hora en que no hay salida porque no hay acuerdo, que esto lo dirima el pueblo. El pueblo tiene derecho a cansarse, pero va a depender de cuál es el estímulo y cómo los incorporamos a esto, que es tarea de las fuerzas políticas. No podría estar de acuerdo con definir una consulta al soberano pensando si la ciudadanía está muy cansada, o que si es por eso van a votar en contra mía.  

-¿Es preferible para el Partido Comunista no tener nueva Constitución que tener un grupo de expertos trabajando con voz y voto al interior del órgano? 
-Esa dicotomía puede ser falsa. Porque lo diría de otra manera: si no se toma en cuenta que se represente de verdad la soberanía popular que es la expresión democrática de la ciudadanía, lo que resulte será una Constitución gatopardista. Que parezca cambiando muchos elementos, que incluso en la semántica cambie palabras, pero que mantenga la esencia reaccionaria y retardataria de la Constitución pinochetista. Soy de los que cree que es la hora histórica de tener una nueva Carta Magna que organice las relaciones de la sociedad y permita potenciar las posibilidades como país. 

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