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Flamante promesa para generar vacunas chinas en Chile amenaza con hacerse humo PAÍS

Flamante promesa para generar vacunas chinas en Chile amenaza con hacerse humo

Carlos Saldivia
Por : Carlos Saldivia Periodista de El Mostrador
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Fue en agosto de 2021 que ejecutivos del laboratorio chino Sinovac informaron que construirían en Chile una planta destinada al “llenado y terminado” del proceso de inoculación con CoronaVac e instalarían un “centro de investigación” en Antofagasta. A dos años de aquello, políticos y expertos de la comunidad científica, críticos y defensores del pack, plantean que el proceso está detenido, con el peligro de que la inversión en innovación científica termine haciéndose humo, dado que la mayoría de sus proyectos y la producción de vacunas prometidas están hoy más cerca de Colombia que de Chile. Pese a todo, sobrevive el convenio con la Universidad Católica, donde se instalaron oficinas de Sinovac y han efectuado investigación académica.


A dos años de que el laboratorio chino Sinovac anunciara que construiría una fábrica de vacunas y dos centros de investigación en Chile, políticos y expertos de la comunidad científica, críticos y defensores del pack, plantean que varios escollos han hecho que la firma tenga en stand-by la mayoría de sus proyectos, y añaden que la producción de vacunas prometidas está hoy más cerca de Colombia que de Chile.

Fue en agosto de 2021 que ejecutivos del laboratorio chino Sinovac informaron que construirían en Chile una planta destinada al “llenado y terminado” del proceso de inoculación con CoronaVac. Además, expusieron que instalarían un centro de investigación en Antofagasta. La información la dio a conocer Weining Meng, vicepresidente de Sinovac, en un pomposo punto de prensa realizado en el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, ubicado en el campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica (PUC), en el cual participaron, además el rector de esta casa de estudios, Ignacio Sánchez, directivos del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (IMII), así como los entonces ministros de Salud, Enrique Paris; de Bienes Nacionales, Julio Isamit; y de Economía, Lucas Palacios, quienes fueron invitados por la PUC.

Todo iba viento en popa y por ello fue que pocos días después, el 30 de agosto, la empresa china Sinovac Life Science constituía en una notaría de avenida Apoquindo la empresa por acciones (SpA) Sinovac Biotech, dedicada al negocio de “investigación, desarrollo, importación, manufactura, venta, distribución y exportación de productos relacionados a vacunas humanas”, que además contemplaba “desarrollar toda clase de inversiones y/o negocios por cuenta propia o ajena, relativos a todo tipo de servicios y bienes, muebles o inmuebles, corporales o incorporales”, entre otras cosas. El capital inyectado a la sociedad no fue menor: 17 millones 250 mil dólares americanos, divididos en mil acciones nominativas.

Pese al esfuerzo, expertos en salud pública, médicos, académicos y autoridades del Minsal sostienen a El Mostrador que la crisis hídrica en Antofagasta, la existencia de una mano de obra más barata en Colombia y una menor burocracia para la inversión en ese país que en Chile, más un debate técnico de la comunidad científica sobre la protección de CoronaVac (la vacuna de Sinovac de virus atenuado), son algunos de los elementos que terminaron “aletargando” los avances de los convenios de fabricación de vacunas y otros proyectos de la firma del gigante asiático en el país.

Desde el Ministerio de Salud señalan a este medio que, aunque se proyectaba que la fábrica en Santiago estuviera operativa para el primer semestre de este año, se presentaron varios retrasos y no hay una fecha tentativa. Y mientras el centro de innovación en Antofagasta aún no tiene lugar físico, el laboratorio que se proyectaba edificar allí no se levantará en esa ciudad.

La planta detenida

Al respecto, el exministro de Salud del ex Presidente Piñera, Enrique Paris, recuerda que “primero, les cedimos un terreno en la Segunda Región, en conjunto con la Universidad de Antofagasta, que hizo un esfuerzo gigantesco con el ministro de Bienes Nacionales en esa época, Julio Isamit, con los parlamentarios de la zona, con los más altos ejecutivos de China. La idea no era solo hacer una fábrica de vacunas ahí, sino que hacer un centro de estudio científico para que la Universidad Católica con la Universidad de Antofagasta pudieran investigar. La fábrica originalmente era de llenado de vacunas, o sea, traer productos y envasar en Chile, por eso fue en Antofagasta, pensando que Chile tenía que ayudar a los otros países, como Perú, Bolivia y otros cercanos. Y después nosotros supimos que cambiaron de ubicación a Santiago. A mí ni siquiera me invitaron a la inauguración de una instalación en Santiago, en un galpón. Y, por lo que he sabido, eso no ha logrado avanzar. Uno de los encargados de la planta me dijo que en realidad la planta estaba detenida”.

Asimismo, detalla que “la idea era trabajar en conjunto y tener lugares donde fabricar vacunas o armar vacunas y exportar a Latinoamérica o donar. Después me llamó la atención que no haya avanzado la fábrica. No sé cuáles han sido los escollos. Nosotros recibimos a la gente de Sinovac en La Moneda, incluso, porque el Presidente estaba muy interesado, y ahí surgió la idea darles toda la facilidad para que se instalaran físicamente en Chile. Ahora, el proyecto Milenio  de la Universidad Católica para investigación ha funcionado, aunque la idea también era que en Antofagasta, con la universidad, se hiciera lo mismo. Estoy sorprendido, porque estábamos muy entusiasmados, era una oportunidad y un potencial muy importante. En Antofagasta ellos encontraron que el terreno no era adecuado por problemas de agua, estas plantas utilizan mucha agua, entonces tuvieron el temor de que no hubiese una disposición de agua potable. Hay avances nulos diría yo“.

Un facultativo chileno, especializado en inmunología de la Universidad de Harvard, que pidió reserva de su nombre, señala que la CoronaVac también levantaba un fuerte debate médico sobre su capacidad inmunizadora. A su juicio, esta era una vacuna limitada, ya que “es de virus atenuado y no una de RNA como son las más modernas de Pfizer, Astrazeneca y otras“. Y advierte que “sin embargo, era un negocio redondo, público-privado. El Estado tiene que vacunar todos los años con la BSG, la cuádruple, con la de COVID, con la de influenza, etcétera. Si, más o menos, se necesitan todos los años 120 millones de vacunas en Chile, a 10 dólares cada una, son cerca de 1.200 millones de dólares que el Estado está obligado a comprar, porque las vacunas tienen externalidades positivas: que yo esté vacunado protege a la ciudadanía. Es un bien social, por lo tanto, se justifica económicamente que lo haga el Estado”, afirma.

Una opinión similar tiene el director médico de uno de los hospitales públicos más grandes de Santiago, que también pidió reserva de su nombre, quien indica que “la efectividad de la Sinovac fue súper limitada. La Sinovac, por ejemplo, según se vio, no sirve para Omicron. Entonces, yo creo que se desechó porque era una vacuna de emergencia, no era una vacuna de la calidad de Pfizer o de las RNA que se hicieron. Una vacuna de COVID-19 basada en ARN (ácido ribonucleico) es un tipo de vacuna que utiliza una pequeña porción del material genético del virus SARS-CoV-2, en lugar de utilizar una forma debilitada o inactivada del virus, como en esta”, sostiene el inmunólogo.

La opinión de la ministra

La ministra de Salud, Ximena Aguilera, considera que la llegada de la vacuna de Sinovac fue muy importante para contener la pandemia en Chile, y valora su aporte. Aunque es prudente en su análisis: “Los proyectos de innovación que propusieron eran interesantes. De hecho, seguimos tratando de ser parte de la cadena de producción de las nuevas vacunas que se van a instalar también en otros países, de acuerdo con el plan de OMS, para diversificar los lugares de producción de vacunas, porque así se desarrollan además los profesionales chilenos, hay un aporte a la comunidad científica y médica. Los proyectos de los laboratorios y otros de Sinovac ya no los lleva el Minsal, sino que el Ministerio de Ciencia. Lo que yo sí puedo decir es que, gracias a gestiones del Gobierno pasado, en su momento se logró tener acceso a la vacuna, que fue una muy buena para nosotros, porque logramos vacunar muy rápidamente a la gente con una vacuna que, si bien después se vio que había otras que tenían una tecnología mejor, a nosotros nos sirvió para vacunar a la gente con esas primeras dosis y se logró una muy buena respuesta inmunológica y que los cuadros fueran más leves posteriormente”, sostuvo la secretaria de Estado, quien integró el comité asesor de expertos de la pandemia.

Otra autoridad médica del Gobierno añade a El Mostrador otro factor clave: en Chile los costos de producir resultaron más altos que otros países, aunque los de investigación eran rentables para Sinovac. Según expone, la empresa china “ofreció acuerdos de desarrollo de tecnología e innovación con la Universidad Católica y la Universidad de Antofagasta y dos laboratorios para fabricar vacunas y abastecer a diez países”.

Y añade: “Esa fue la intención. Pero dada la inversión tan elevada, Sinovac paralelamente exploró colocar una fábrica no solo en Chile, sino que también exploró en Brasil y Colombia, y eligió a Colombia y Chile, en ese orden. Sin embargo, por los diferentes requisitos comerciales, mano de obra, tramitación aduanera, las facilidades que da el país respecto de la inversión, beneficios tributarios, Sinovac prefirió poner lo que es la planta de producción en Colombia y vio que Chile tiene mayor posibilidad de hacer mayor investigación“.

No obstante, sostiene que el laboratorio chino no ha cerrado la planta instalada en Quilicura, ni ha tomado la decisión de eliminar el proyecto, aunque sí los dejó en stand-by“, afirma el experto que conoció las negociaciones.

“Para Sinovac Chile es una buena alternativa para hacer investigación, de hecho, si no me acuerdo mal, ya está instalado en el Centro de Innovación de la Universidad Católica de San Joaquín. Y resulta que la producción de vacunas está hasta ahora en Colombia, pero no se sabe la escala de producción inicial”, detalla la misma fuente.

En efecto, desde la alcaldía de Bogotá confirman que Sinovac invirtió más de 70 millones de dólares en una planta de vacunas en Colombia, de “llenado y envasado”, por medio de un proyecto llamado BogotáBio, el cual está comenzando a producir tras elegir a Sinovac luego de una licitación pública

“La planta en Colombia ha ido avanzando para Sinovac, pues los beneficios tributarios colombianos eran mucho mejores, pero (las vacunas) se podrán traer desde Colombia si la producción funciona bien. En Chile está el laboratorio GMP de la Católica, que fue hecho en convenio con Sinovac, está autorizado por el ISP, está funcionando bien de forma experimental y, hasta el momento, no hemos tenido ningún tema de falla de calidad en su primera fase que solo será para investigación y a escala limitada”, agrega el experto.

El convenio con la PUC

Sinovac concretó acuerdos en la Universidad Católica que apuntan al desarrollo científico de vacunas, no comercial, más que a una producción comercial a gran escala o que permita exportar.

El director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia y académico de la Facultad de Medicina de la UC, Alexis Kalergis, expresa que la casa de estudios construyó un laboratorio de Buenas Prácticas de Manufactura (GMP, por sus siglas en inglés), con el objetivo de producir vacunas que cumplan con los requisitos de los estudios científico-clínicos para uso humano.

“Desde la UC seguimos avanzando con Sinovac en varias iniciativas. Tenemos dos estudios científico-clínicos en curso. Uno de ellos que busca avanzar en el desarrollo de una vacuna trivalente para COVID-19. Estas actividades científicas y de investigación se han ejecutado satisfactoriamente, con una veintena de artículos científicos publicados, gracias a la estrecha colaboración entre la UC y Sinovac (…). Desde la UC, hemos jugado un rol científico y estratégico, en ningún caso en el desarrollo comercial de vacunas“, afirma, agregando que “estamos completando la construcción de una planta piloto de fabricación de vacunas para fines de investigación (no de producción y comercialización), que funcionará desde el Centro de Innovación de la UC y esperamos que inicie sus operaciones en los próximos meses. (…) El desarrollo y producción de vacunas en Chile podría tener varias ventajas e impactos positivos para el país y la región”, manifiesta el doctor Kalergis.

“Actualmente, estamos completando la instalación de equipamiento y formulación de los procedimientos operativos estándar para el funcionamiento del laboratorio, de acuerdo a las buenas prácticas de manufactura. Adicionalmente, estamos en el proceso de preparación de personas especializadas. Esperamos, en los próximos meses, completar el proceso de solicitud de permisos sanitarios, a fin de cumplir con el objetivo de producción de primeros lotes hechos en Chile para vacunas y anticuerpos, para (posteriormente) ser evaluados en seres humanos en estudios científico-clínicos. Creemos que el laboratorio será un aporte”, agrega el facultativo, aunque sin dar plazos.

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