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In memoriam: Belisario Velasco, del grupo de los 13 a la creación de “La oficina” PAÍS Créditos: Agencia UNO

In memoriam: Belisario Velasco, del grupo de los 13 a la creación de “La oficina”

A los 87 años, falleció el influyente exsubsecretario del Interior en los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei, titular de esa cartera con Michelle Bachelet, además de ser emblemático militante DC. En los 90, participó de la creación de la primera institución de inteligencia política civil, conocida como la “Oficina”, que logró desarticular al FPMR-A. Siendo DC, se le recuerda, además, por manifestar tempranamente su rechazo al quiebre institucional de 1973 y por haber firmado la carta del “Grupo de los 13”. El Mostrador accedió a detalles de su rol en la búsqueda de DD.DD, su controversia con el cardenal Medina y su impasse con Bachelet por el Transantiago (ACTUALIZACIÓN)


A los 87 años falleció  Belisario Velasco, exsubsecretario del Interior durante el gobierno de Patricio Aylwin y también de Eduardo Freicargo en el que estuvo 9 años sumando ambos gobiernos. En el gobierno de Michelle Bachelet ocupó el cargo de ministro de la misma cartera, cargo que dejó en 2008 por desavenencias con la exjefa de Estado.

Velasco fue un histórico militante de la Democracia Cristiana, partido que encargó de dar la información: “Lamentamos la partida de un gran demócrata cristiano #BelisarioVelasco, firmante de la carta de los 13 y que jugó un importante papel en la transición”.

En su publicación en X (exTwitter), agregaron que Velasco era un hombre “comprometido con Chile y la DC. Nuestras condolencias a su familia y seres queridos”.

Grupo de los 13

A 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, la figura de Belisario Velasco cobra importancia dentro de las filas de la Democracia Cristiana, puesto que fue parte del “Grupo de los 13” que firmaron una carta condenando la insurrección de las Fuerzas Armadas contra el gobierno de Salvador Allende. La carta fue presentada el 13 de septiembre de ese año. La firma de Belisario en dicha carta es emblemática, puesto que antes del Golpe, Velasco era opositor a Salvador Allende, pero a los pocos días de la sublevación armada, condenó con fuerzas el quiebre constitucional.

En dictadura, Belisario Velasco fue director gerente de la radio Balmaceda entre 1973 a 1976. Esta emisora fue la única radio dentro del país que tomó una clara oposición a la Junta Militar, hecho por el cual fue detenido por la Policía de Investigaciones y luego relegado a Putre (Arica) donde permaneció varios meses, desempeñándose como diácono de una iglesia.

En una entrevista concedida a La Tercera en 2018 dijo:

El año 1976 fui detenido en la dictadura de Pinochet, porque yo era el director de la Radio Balmaceda, único medio en Chile que hacía oposición, hablaba de DD.HH. y la situación económica que aquejaba al país. Me detuvieron por la noche, cuando iba camino a una comida, no pude avisarle a nadie. Después de estar unos días en el cuartel de Investigaciones, me dijeron que me tenía que subir a un avión para irme relegado al norte. Yo no me quería subir, porque tenía miedo de que me tiraran al mar. Afortunadamente, pasó un general de Carabineros; le grité, se acercó. Le dije: Oiga me quieren mandar en este avión y yo creo que me quieren tirar al mar. Entonces, el general me dijo: Espérese un momento. Volvió a los cinco minutos y me dijo: No, lo llevan a Arica. Usted va a ir relegado a Putre.

Terminado este período, Belisario retomó su actividad periodística en oposición a la dictadura, siendo presidente del directorio de la extinta revista Análisis entre 1980 y 1986 .

La oficina

Apenas se recuperó la democracia ocupó el cargo de subsecretario del Interior en el gobierno de Patricio Aylwin en 1990.

En ese puesto,  a Belisario Velasco participó en la creación de la primera institución de inteligencia política del gobierno tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, denominada  La Oficina.

En 1990 —según datos de la época— se registraron 246 acciones de violencia política y 46 robos de bancos, realizados por grupos como el MAPU Lautaro y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez – Autónomo (FPMR). Pero el asesinato del senador de la UDI Jaime Guzmán -el 1 de abril de 1991- cambió el panorama. Dado el riesgo que significaba que el primer gobierno democrático no pudiese garantizar la seguridad de la ciudadanía, el 26 de abril de 1991, mediante el Decreto 363 del Ministerio del Interior, se conformó el Consejo Coordinador de Seguridad Pública (CCSP).

Amenazas de la familia de Pablo Escobar

En el libro autobiográfico Esta historia es mi historia, Belisario Velasco desclasifica inéditos pasajes de su paso por La Moneda, especialmente la tensión que experimentó con el narcotráfico internacional.

“Era mediados de 1993 y por mis informantes me enteré que estaba en Chile el sobrino de Pablo Escobar, Nicolás, hijo del ‘Osito’. Había llegado con su mujer, su hijo, su hermana, su marido, una nana y dos guardaespaldas. Estaban instalados en un apart hotel en Santiago desde hace varios días”.

Velasco recuerda que fue él el encargado de informar a la PDI la llegada del clan Escobar y “le dije que me daba la impresión de que el cartel de Medellín se quería instalar en el país y eso era un peligro para Chile”.

Velasco cuenta en su libro que el ‘Osito’ estaba en Mendoza, cuando decidió contactarse con las autoridades argentinas y de paso logró la detención del sobrino de Escobar, cuando intentaba retornar a Chile.

“La Corte de Justicia falló a favor del Ministerio del Interior y el señor Escobar tuvo que irse del país con toda su gente, pero me dejó el recado en Policía Internacional”.

“Díganle al señor Velasco que puede viajar por todo el mundo, incluso a Colombia, pero eso sí, de allí no sale”, fue la amenaza del sobrino del jefe del cartel de Medellín.

A partir de aquel momento, Velasco no viajó a Colombia.

Micrófonos en La Moneda

A pocos meses de asumir el expresidente Patricio Aylwin, el entonces subsecretario del Interior, Belisario Velasco, se contactó con amigos del Servicio de Inteligencia Español, el CESID, para que enviaran expertos en búsqueda de micrófonos escondidos en dependencias de La Moneda. El entonces subsecretario sospechaba que informaciones confidenciales eran filtradas, pero no por autoridades de Palacio. El Servicio Español detectó y sacó varios micrófonos de la oficina de Aylwin, de la del ministro del Interior, Enrique Krauss, y de la suya.
Un año intuyó que aún podían haber aparatos y solicitó lo mismo al Mossad, en un viaje que realizó a Israel por asuntos de seguridad  y crimen organizado. En la segunda búsqueda aparecieron nuevos micrófonos, más sofisticados, y tambien en la Cancillería. Meses después, solicitó al Servicio de Seguridad de Alemania, el BND, si podían efectuar una tercera revisión y, una vez más, se hallaron en diferentes oficinas de Palacio.
Luego de ello, rápidamente llamó al Director de Orden y Seguridad de Carabineros y le señaló que algo muy extraño estaba pasando.
 “Tres veces agentes de inteligencia extranjeros encuentran micrófonos en las oficinas de La Moneda. Los únicos que tienen acceso ilimitado al Palacio durante las noches y los fines de semana son sus oficiales y efectivos de Carabineros. No quiero sugerir nada, solo le estoy mostrando hacia dónde apuntan los hechos. Voy a hacer una limpieza más y, si vuelven a aparecer micrófonos, voy a hablar con el Presidente para cambiar a Carabineros al tercer piso”, dejó al alto oficial, según relataron a El Mostrador testigos del episodio.
El general le negó rotundamente que su personal estuviera implicado en la instalación de los aparatos, pero misteriosamente, tras aquella conversación, no volvió a aparecer un solo micrófono oculto hasta su retiro de la subsecretaría en 1999.

Impasse con cardenal Medina por Iron Maiden

En su autobiografía, publicada en 2017, relató uno de sus roces con el entonces arzobispo Jorge Medina. En 1992, el arzobispo de Valparaíso le informó que venía a Chile a hacer sus presentaciones la banda británica de heavy metal Iron Maiden, que según le afirmó era “grupo musical atacaba directamente la cristiandad y los valores del pueblo de Chile, tradicionalmente católico”. Medina, dice en su libro, le explicó que el gobierno debía impedir su entrada al país.
Se trataba de un concierto en la estación Mapocho, el primer show de rock pesado en la historia post dictadura. Belisario Velasco le explicó que el gobierno no era confesional y que por ello no podían hacer distinciones religiosas entre los grupos artísticos ateos, católicos, musulmanes o judíos, ni sobre la música ni el arte en general, si tienen confesión religiosa. “No estamos facultados para impedir la llegada ni la actuación de un concurso que se ajusta a la legalidad”, le dijo Velasco.
El cardenal insistió, le dijo que las letras de las canciones de Iron Maiden hablaban en contra de los valores cristianos, en contra de la virgen y de Jesús y que eso era inaceptable, que no debían actuar en Chile. Agregó que cualquier cristiano lo prohibiría, y enseguida le preguntó si él era católico. Ante ello Velasco respondió que creía en los valores cristianos, pero ni aunque fuera católico, apostólico y romano podía pasar por encima de la constitución”.
El presbítero le preguntó si conocía las letras, del grupo británico, ante lo cual respondió que lo ubicaba, pero que no conocía las letras y que si alguna vez las escuchó en la radio no alcanzó a traducir su contenido, porque cantaba muy agudo y muy rápido. Velasco le contó de forma un poco humorística que en música popular contemporánea él había llegado hasta los Beatles, a quienes incluso fue una vez a ver en los años 60 en Londres. Hasta allí llegó la primera conversación.
Después de la cita, Belisario Velasco tuvo que informar de su reunión con el cardenal al presidente Patricio Aylwin, quien no conocía a Iron Maiden, pero le dio la razón en su postura. El cardenal insistió en una segunda ocasión donde aseveró que no podía aceptar el ingreso al país de este grupo de música y le aseguró que los integrantes del grupo eran malévolos y que destruirían a la juventud chilena. Entonces Velasco se dio un gusto. “La democracia es diferente a lo que usted ha defendido. Estamos en democracia y se aplicará la constitución y la ley de acuerdo con un estado democrático. Por lo demás, entiendo que usted es el único que se opone a la visita de este grupo, ya que ni siquiera el cardenal se ha manifestado en contra. Hasta ahí llegó la conversación. Muy molesto, Medina le cortó el teléfono”, le dijo el exsubsecretario al fallecido sacerdote.

Su rol en la búsqueda de Detenidos Desaparecidos

En 1990 la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos le entregó información sobre la existencia de osamentas en el patio 29 del Cementerio General, la cuesta de Chada y Pisagua. Los datos de los familiares de víctimas de la dictadura señalaban presunciones de que había personas no nominadas y enterradas clandestinamente en esos lugares.
Por ello le encargó al abogado Héctor Musso la investigación de los antecedentes que habían recibido, ateniéndose a las disposiciones legales, notificando a un juez en los casos que correspondiera. Tras un acabado estudio, los casos más relevantes de los restos se encontraron. En el patio 29, el abogado Musso le explicó que habría decenas de tumbas ilegales pertenecientes a personas desconocidas. Velasco trabajó personalmente en el cementerio general con Musso buscando registros de los que habían sido sepultados.
En un closet metálico en el cementerio general encontró una lista de quienes habían sido cremados en la época.  Entre ellos había menciones al periodista Charles Horman, protagonista de la película Missing. Los restos estaban en cajas que no eran las de un ataúd. Cuando se supo de este tipo de hallazgo se sorprendió al ver por TV que Pinochet dijera a la periodista de El Mostrador Mirna Schindler “que economía más grande señorita” colocar de a dos en una caja. Cuando la evidencia era suficiente se materializó una denuncia en el 22 juzgado del crimen ante el juez Andrés Contreras.
La subsecretaría de Velasco proporcionó los recursos para que en septiembre de 1991 se efectuara la exhumación definitiva de 128 restos humanos. De la misma forma Belisario Velasco obtuvo la información de que en el servicio médico legal existían tres sacos con restos óseos de los fusilados de la cuesta de Chada como lo estableció varios años después la justicia.
Velasco pidió a la subsecretaria de Justicia Martita Werner que se presentara personalmente en las oficinas sin aviso junto al abogado Musso. Y en una bodega se encontraron los tres sacos con osamentas.
Sin embargo, el caso que más lo afectó emocionalmente, cuentan sus cercanos, fue el descubrimiento de los entierros ilegales en Pisagua.
Ahí se apersonó Belisario Velasco porque tenía un presentimiento. A un costado del cementerio local, en una fosa emplazada frente al mar, en una cavidad de gran tamaño, la busqueda dio positiva. Testigos de ese hecho recuerdan que Belisario Velasco no pudo ocultar su emoción al ver la cantidad de cuerpos y el estado en el que se encontraban.

La renuncia al Gabinete y el roce con Bachelet por el Transantiago

Para la implementación de la segunda fase del polémico Transantiago en 2007 ,  Velasco fue uno de los principales detractores del gabinete de la presidenta Bachelet lo que finalmente terminó por precipitar su renuncia al gobierno. La mañana del 27 de diciembre  de ese año fue citado en su calidad de ministro del Interior, por la secretaria de la exmandataria Claudia Hernández a un comité político de emergencia, a las 9.30 horas. Él llegó a las 8 y subió a las oficinas presidenciales y se encontró con el ministro de Segpres, José Antonio Viera Gallo en la entrada de la sala de reuniones.

El ministro socialista le contó que según había informado la secretaria el comité se inició a las 8 de la mañana indicando que la presidenta llamaría al resto de los ministros y autoridades en su oportunidad que mientras tanto la esperaran en el vestíbulo Con Viera Gallo decidieron ingresar a la oficina donde se efectuaba la reunión de la presidenta con el ministro de Hacienda Andrés Velasco, el ministro de Transporte René Cortázar, el ministro vocero de gobierno Francisco Vidal y al ingresar la presidenta estaba terminando la reunión.
Según expresó en sus memorias, la presidenta Bachelet le dijo a Belisario Velasco “nos juntamos más temprano y ya despachamos los temas que se van a plantear y terminamos el comité”. Belisario Velasco le preguntó cuáles eran los temas y la presidenta respondió: “preferí adelantar la hora y no te avisé, porque es una materia en la que conocemos tu opinión negativa aprobamos aceptar un préstamo de 450 millones de dólares del BID para cubrir las pérdidas de este año del Transantiago”
Velasco le respondió a la mandataria Presidenta: “Aunque usted dio por terminado el comité, yo dejo constancia de mi oposición al acuerdo por estimarlo inconstitucional y dañino para el gobierno, y le solicitó de inmediato una reunión privada” ante la mirada absorta del resto de los secretarios de Estado.
Sin embargo, Bachelet no lo recibió. Tampoco lo recibió al día siguiente ni el subsiguiente ni los días del feriado de Año Nuevo. Tampoco el miércoles 3 de enero, aunque la expresidenta había tenido reuniones con el subsecretarios del Interior, ese mismo día.
Así, mediante una carta de 10 líneas Belisario Velasco presentó su “renuncia indeclinable al cargo del ministro del Interior” y le expuso : “Agradezco a usted el honor que me hiciera confiarme en la más alta responsabilidad política dentro de su gabinete y la oportunidad de trabajar en su gobierno me llena de orgullo quiero desearle el mayor de los éxitos en su gestión y expresarle mi disposición a todo cuanto usted estime”
Según quienes recuerdan el hecho, al entregar la carta a la presidenta Bachelet, ésta lo llamó por teléfono y le preguntó: “¿Belisario qué significa esta carta que me dejaste?”. El ex DC respondió: “mi renuncia al cargo, es lo que me habría gustado decirle en persona, no tuve la suerte de ser recibido en varios días lo hice por escrito” . Bachelet sorprendida lo recibió y el diálogo entre ambos permanece en secreto.

Siendo ministro del Interior de Bachelet, en julio de 2007, salió a la luz un informe que se suponía secreto, que anticipaba el caos que produciría el Transantiago y el 30 de ese mes Velasco confirmó ante la prensa que existía un informe, pero que este no era secreto y que inclusive la presidenta estaba al tanto del documento, pero dos días después se desdijo, asegurando que Bachelet nunca conoció tal informe.

Por petición del diputado Rodrigo Álvarez (UDI), Velasco fue interpelado por su responsabilidad política en el caos del Transantiago. A fines de ese año, Belisario Velasco percibió que la exPresidenta Bachelet ya no lo tomaba en cuenta en las importantes decisiones gubernamentales​ y las diferencias en torno a la financiación del déficit del Transantiago.

Velasco dejó el gobierno de Michelle Bachelet el 3 de enero de 2008, fecha que marcó su alejamiento del mundo político.

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