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Emilio Moya, director CPP UCT: “Es difícil recomponer una sociedad si no se reconoce lo que pasó” PAÍS

Emilio Moya, director CPP UCT: “Es difícil recomponer una sociedad si no se reconoce lo que pasó”

Fredy Palomera
Por : Fredy Palomera Periodista Comunicaciones UCT
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A días de recordarse el quiebre democrático en Chile y la caída del Presidente Salvador Allende, el académico destaca la reflexión teórica que debe realizar la academia.


A pocos días de la conmemoración de los 50 años del golpe militar, el país parece dividido en la lectura de uno de los episodios más determinantes de nuestra historia.

Frente al desafío, el director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Temuco, Emilio Moya Díaz, sugiere relaciones bidireccionales para un mejor vivir, pero también revisar los episodios acaecidos en torno a septiembre de 1973.

“Lo importante es que en el país se reconozca que el quiebre institucional de 1973 es todavía un quiebre que nos trae repercusiones; es un quiebre donde no sólo participaron actores políticos, militares; sino también civiles”, detalló el profesor Moya.

– Desde una perspectiva política y orientada a una mejor convivencia ¿cómo sugiere llamarle al 11 de septiembre?

Yo diría la conmemoración de los cincuenta años del golpe Cívico – Militar, porque si bien el golpe surge dentro de los intereses de las distinta Fuerzas Armadas; sí tuvo apoyo cívico para mantenerse en el poder durante los años que se mantuvo. Sí contó con el apoyo de civiles tanto en el golpe como en la instalación y mantención del régimen o de la dictadura.

– ¿Cómo se observa que está la ciudadanía de cara a esta fecha?

Es una pregunta compleja porque veo que hoy día venimos de un agote sobre todo en los temas políticos electorales debido a las diferentes votaciones que hemos tenido. Creo que todavía se ha instalado en el discurso que finalmente el golpe militar es una fecha que divide y que recordarla sería dividir aún más y creo que justamente los aprendizajes es que no hay que olvidar fechas como el 11 de septiembre de 1973. Veo en la ciudadanía poco interés en temas como la discusión constitucional, la conmemoración de los 50 años y sí, no toma interés en los temas que se han puesto más en la agenda mediática que no por eso no existan. El tema de la seguridad es importante, el conflicto chileno mapuche en la región es relevante, la inflación son temas que son contingentes y están ahí… recordar una fecha que marcó un antes y un después no sólo fue la dictadura sino también los efectos que tiene todavía; se siente la dictadura hasta el día de hoy pensando incluso en gente que todavía no sabe qué pasó con sus familiares.

– ¿Cómo se puede aportar desde la academia a un mayor involucramiento en lo que son los temas civiles en general, entiéndase plebiscito y conmemoración, entre otros?

Creo que hay desafíos para la Universidad en materia de cómo se vincula con el medio, cómo se vincula con la comunidad en la cual se sitúa y tiene que ver en cómo abrimos los espacios donde se van a realizar actividades en conmemoración de los 50 años no sólo hacia la comunidad interna si no a la comunidad externa; pero también desde la perspectiva de futuro, desde la perspectiva de elecciones para que en Chile no vuelva a ocurrir esto. En términos históricos 50 años no es tanto.

– ¿Entonces se trataría de una vinculación circular, donde todos aportan?

Creo que la Universidad también tiene mucho que aprender de experiencia asociadas a lo que fueron personas que experimentaron diferentes vivencias con respecto a la dictadura. Desde la Universidad se le llama bidireccionalidad; que va tanto hacia la comunidad o de la comunidad hacia la universidad. Es importante desde donde aportan las diferentes instituciones. Una universidad tiene que aportar también desde la reflexión académica en estos temas y quizás la comunidad desde su reflexión más experiencial, más vivencial. Creo que eso es relevante, ese complemento es sumamente importante y no dejar de entender que la academia por algo es academia, porque crea una reflexión teórica de investigación sobre estos procesos que no sólo ocurrieron en Chile, sino que también ocurrieron en muchos países de la región.

Quiebre y repercusiones

– ¿Qué se debe esperar para después de la conmemoración?

Lo importante es que en el país se reconozca que el quiebre institucional de 1973 es todavía un quiebre que nos trae repercusiones; es un quiebre donde no sólo participaron actores políticos, militares; sino también civiles. Implica también hablar sobre un nuevo pacto a propósito de los niveles de desintegración que la sociedad chilena hoy día experimenta.

– ¿Qué se necesitaría para lograr aquello?

Me gustaría que se realmente existiera un pacto de todas las fuerzas políticas-institucionales del país para que esto no volviese a ocurrir. Pero hoy se ve difícil porque hay un gobierno que tiene debilidad en cuanto a su apoyo, a su adhesión, a su forma como se ha articulado políticamente y por otro lado también una oposición que en algunos temas ha sido poco dispuesta al diálogo y a establecer consenso… y esto no es menor porque independiente del gobierno que tengamos en el futuro, creo que si no solucionamos este tema cualquier gobierno va a tener problemas de legitimidad, de apoyo y problemas de política, de hacer política, de construir gobierno, de construir mayorías. Hoy día creo que vemos un gran problema en esta construcción de mayoría. Un tema relevante, a mi juicio tiene que ver con personas que no sabemos su paradero, creo que hay un acto de reparación muy grande que hay que hacer con los detenidos desaparecidos

– Entonces el provenir de la sociedad chilena está en manos de la participación de todos…

Yo diría, en una frase, como volvemos a sentarnos a dialogar unos con otros o unas con otros; como nos volvemos a reencontrar en un proyecto país, creo que eso es sumamente importante. Más allá de la discusión constitucional, también es discutir sobre qué sociedad queremos de aquí a 30 años más.

– Así las cosas, la invitación sería a…

Construir una sociedad o pensar en una sociedad de aquí a 30 años más

– ¿Cómo sería eso, sentándose todos en una mesa, cediendo?

Creo que sí y también, primero, no puede haber reconciliación sin perdón, pero tampoco puede haber perdón si es que no encontramos o no tenemos más información sobre los detenidos desaparecidos. Si en el fondo no es rememorar odio, es recomponer una sociedad. Es muy difícil recomponer una sociedad si no se reconoce lo que pasó.

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