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Exsubsecretario Víctor Barrueto: “Las grandes reformas del programa de Boric están casi perdidas” PAÍS cedida

Exsubsecretario Víctor Barrueto: “Las grandes reformas del programa de Boric están casi perdidas”

Carlos Saldivia
Por : Carlos Saldivia Periodista de El Mostrador
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El exsubsecretario dice que los 30 años de Concertación fueron mejores que el actual Gobierno, que José Antonio Kast tiene posibilidades de llegar a La Moneda y que, si al Presidente Boric le va mal, ello no afectará solo al Frente Amplio, sino que a todo el mundo progresista por años.


Finalmente rompió el silencio. El exsubsecretario de Defensa, Víctor Barrueto, se sorprendió, el pasado 16 de agosto, con el llamado del jefe de gabinete del Presidente, Carlos Durán, avisándole que dejara su cargo.

Fue un momento amargo para el economista, expresidente del PPD, expresidente de la Cámara, exintendente de Santiago y, actualmente, director de la Fundación Por La Democracia. Hoy quiere dar vuelta la página y, en entrevista con El Mostrador, exhibe una dura crítica al Gobierno del Presidente Boric y al Comité Político. Y otra, más sutil, a su compañera del PPD, la ministra del Interior, Carolina Tohá, y también al Frente Amplio y al Partido Comunista.

El exsubsecretario Barrueto sostiene que “las posibilidades de lograr las reformas que el programa de Boric inicialmente propuso son, prácticamente, nulas”.

-¿Esperaba ser removido en menos de cinco meses?
-No. No lo esperaba para nada, me sorprendió. Mi remoción fue una decisión sin fundamento, incomprensible e injusta.  Además ajena, por completo, a mi desempeño en el cargo de subsecretario de Defensa. Por eso nadie la ha entendido, ni en la izquierda, ni en la derecha, ni en las Fuerzas Armadas, incluso dentro del Gobierno. Más que eso, no quiero decir. Es un momento que quiero dar por superado.

-¿Por qué cree que fue reemplazado por el jefe de gabinete de Carolina Tohá?
-Así como no tengo explicación para esa decisión, menos todavía la tengo para entender por quién fui reemplazado. De Carolina Tohá, lo único que podría decir es que ella ha sido un aporte a la conducción política del Gobierno, que asumió con firmeza y sin complejos el problema de seguridad, con los subsecretarios Manuel Monsalve y Eduardo Vergara.

-¿Cómo evalúa el desempeño de la ministra del Interior y del Comité Político?
-De Tohá, ya respondí. El Comité Político debe hacer un urgente giro para construir acuerdos y mayorías. Apuntar a cosas que hoy exige la gente y que siente que estos años han sido perdidos, porque no se ha logrado ninguna promesa del programa. La Moneda debe orientarse en lo económico, en el bolsillo, la seguridad, en el tema migrante, y en disminuir la pobreza. Se necesitan resultados concretos, porque las grandes reformas del Gobierno de Boric están prácticamente perdidas. Y se puede abrir espacio para una mayoría conservadora y reaccionaria, más permanente y estable que las circunstanciales de las últimas elecciones.

“Si al Gobierno le va mal, no afectará solo al FA sino a todo el mundo progresista”

-¿Ve mal la marcha del Gobierno y el cumplimiento del programa presidencial?
-Hay una crisis política grave y sin salida. Y el Gobierno es el primer damnificado, aunque también la oposición. El Gobierno tiene la mayor responsabilidad, porque es el más interesado en soluciones. Pero la derecha debiera estar igual de interesada, porque está buscando ser el próximo Gobierno, las encuestas así lo indican, y si no cambia este cuadro, a la derecha le pasará lo mismo. Se apostó por una solución constitucional, que calificaría como fracaso, porque la solución no pasa por ahí. Por lo que es crucial relanzar Chile, volver a dar esperanza al país. Llevamos 10 años estancados económicamente, con la política y las instituciones trabadas, con una sensación ciudadana de parálisis y pesimismo. Desde el 18-O no crecemos ni redistribuimos con igualdad. Hay que lograr una alianza con los otros sectores para salir de esto.

-¿En qué nota la crisis institucional y desesperanza?
-La política no consigue abrirse paso en la vorágine de polarización. El Gobierno tiene dos capitales: el liderazgo de Boric y el apoyo de alrededor de un 30%, que no es poco. Boric tiene un capital político propio que se ha enriquecido por su capacidad de aprendizaje. Pero el 30% de respaldo sólido del Presidente es insuficiente para hacer las reformas que se esperaban. Incluso, insuficiente para dar soluciones concretas, ya no pensando en grandes reformas, sino en algunos resultados que ayuden a la población. Si al Gobierno de Boric le va mal, no afectará solo al Frente Amplio, sino que a todo el mundo progresista por años. De allí la importancia de jugarse por que este Gobierno termine bien y con logros. 

-¿Comparte que en ese escenario Boric debe abocarse a la gestión, como dice Daniel Jadue?
-Soy partidario de dos medidas más viables que las reformas planteadas que no resultan. Una es la remuneración a las cuidadoras. El Presidente anunció un sistema de cuidados, creo que a las 500 mil cuidadoras y cuidadores se les puede remunerar con el sueldo mínimo y sería un acto de justicia y reconocimiento a los sectores modestos. Eso está calculado en alrededor del 1% del PIB. Y pagar el sueldo mínimo a los conscriptos en servicio militar, lo conversé con el Alto Mando, son 12 mil y de los sectores más modestos. Eso tendría un impacto social fuerte, ellos realizan un trabajo para el país.

-¿Las reformas tributaria, de pensiones y de salud son posibles?
-Lo veo muy difícil. Incluso veo a la derecha en una ofensiva contra la reforma tributaria. O sea, busca la disminución de la carga impositiva, lo que es una locura, porque uno de los problemas para avanzar en el crecimiento económico y en mayor igualdad era consolidar un Estado de bienestar con un nivel de ingresos mayor. Las opciones de lograr las reformas que el programa de Boric inicialmente propuso son, prácticamente, nulas.

“Boric fue poco claro con lo que había que conservar de la Concertación”

-¿Este Gobierno ha sido mejor que uno de los 30 años de Concertación?
-Yo tengo una mayor valoración en los llamados 30 años, que efectivamente son hasta hoy la mejor etapa del país. No significa que no hubo errores y limitaciones. Ese era justamente el sentido de este nuevo ciclo que representó Boric. Pero nos fuimos solo por la idea de transformar y Boric fue poco claro con lo que había que conservar. Se tenía todo a favor de las transformaciones tras el estallido, que fue un impulso, una exigencia de cambio, hasta el mundo empresarial apoyó esa dirección. Después triunfó Boric, después triunfó una nueva Constitución. Y todo se perdió y terminamos en lo que estamos. Es decir, en la eventualidad de una regresión conservadora gravísima. Aquí hay muchos que tienen que asumir su responsabilidad.

-¿Quiénes?
-Todos tienen alguna responsabilidad, pero, claramente, está mucho más el Frente Amplio y la alianza con el Partido Comunista. Para qué hablar de la Lista del Pueblo, una experiencia trágica. La idea progresista de profundizar la democracia, consolidar un Estado de bienestar y generar un pacto social que hiciera viables ambas, la vamos a tener que poner en pausa, porque hoy está en juego algo más básico: un retroceso en la democracia. Fuimos débiles en esta coyuntura de cierta regresión conservadora de derecha.

-¿Cómo explica el crecimiento de Republicanos?
– Creo que básicamente por las demandas de seguridad. Ellos se vinculan a esa sensibilidad popular que está muy extendida y con razón. Se los ve como los más decididos a enfrentar la inseguridad y delincuencia, como si fuera una agenda de ellos. Y una cierta corriente mundial que existe hacia una vuelta más conservadora y autoritaria.

-¿Los ve con posibilidades de ganar las próximas presidenciales?
-Sí, sin duda. No les será fácil contra Evelyn Matthei, y nosotros podemos resucitar.

“Podría surgir una candidatura de Tohá, Elizalde o Bachelet para competir”

-Y si no resucitan, ¿habrá una segunda vuelta entre Matthei y Kast?
-Espero que no lleguemos a una situación así, pero las cosas están tan mal aspectadas que hay que dar vuelta ese escenario, por eso la necesidad de un giro político de envergadura menos contundente en reformas y con mayor consenso.

-¿Cómo ve el futuro político electoral del mundo progresista en las elecciones? 
-Se ve más bien oscuro, aunque yo soy un poco más optimista. Pero si hay un giro hacia los acuerdos y el Gobierno termina con logros que mostrar y no en un fracaso, así podría surgir una candidatura de centroizquierda, socialdemócrata, con opción de competir con la derecha. Ya sea con Carolina Tohá, Álvaro Elizalde o Michelle Bachelet. Pero antes se debe construir una mayoría y que la derecha se abra a una actitud distinta.

“De lo que pasó en dictadura nunca habrá una verdad oficial”

-¿Cómo fue su experiencia en Defensa trabajando con la ministra Maya Fernández?
-La ministra Fernández está bien inspirada en su relación con las Fuerzas Armadas. Tuve una buena relación con ella y con el subsecretario Galo Eidelstein. El rol militar es un tema que me inquietaba y un desafío por su rol. Hubo un debate intenso por los 50 años del golpe, una parte de la discusión tuvo consenso entre militares y políticos de la necesidad de las Fuerzas Armadas de reivindicar la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos. La discusión histórica de lo que pasó en la dictadura indica que nunca habrá una verdad oficial. En un periodo, si consideramos que existen dos partidos o sectores que se enfrentaron, las FF.AA. optaron por uno: por la identificación de lo que fue Pinochet y la derecha. Es el gran problema que tuvimos, dejaron de ser las Fuerzas Armadas una institución del Estado y de todos los chilenos. Eso se ha ido recuperando.

-¿Eso cambió o persiste mayor cercanía con la derecha que con el Frente Amplio?
-Eso ha cambiado significativamente. Tras conocer estrechamente a los Altos Mandos, se tiene una convicción profunda de la necesidad de que el Ejército y las Fuerzas Armadas sean considerados de todos los chilenos, subordinados al poder civil y profesionales. Hay que valorar eso y dejar a las FF.AA. en su rol profesional. El progresismo debe mirar de otra manera la Defensa, superar una mirada referida al rol que tuvieron en el pasado. Han pasado décadas y gran parte de los actuales efectivos no habían nacido para el golpe de Estado. Nuestro sector tiene que pasar a una mirada positiva de su rol como una institución del Estado, fundamental y permanente.

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