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Créditos: Agencia Uno
Los hijos de Rifo fueron a agredir a quien era el conviviente de su madre luego de que este fuese al domicilio a gritar insultos y a tirar piedras. El hijo mayor se entregó a la unidad policial correspondiente.
En Coyhaique, en la noche del jueves recién pasado, los hijos de Nabila Rifo dieron muerte a la pareja de su madre. Hay que recordad que Rifo fue víctima, en mayo del 2016, de un ataque por parte de su ex pareja Mauricio Ortega que terminó por arrancarle los ojos.
En esta oportunidad, Rifo se encontraba en su casa, en la calle Ensenada, junto a sus dos hijos -uno de 17 y otro de 20 años- cuando llegó el actual conviviente de la mujer -de 34 años- y comenzó a insultarla y luego empezó a tirarle piedras a la casa.
Según la investigación policial, los hijos de Rifo salieron de la casa y comenzaron a propinarle golpes de puños, pies y con un objeto contundente. De ahí, los jóvenes se dieron a la fuga.
Quien había llegado a gritar y a tirarle piedras a la casa de Rifo, fue herido y trasladado al Hospital Regional en donde se dio a conocer su muerte por la gravedad de esas heridas.
El hijo mayor, el de 20, se dirigió a la unidad policial para entregarse y reconoció ser el autor de lo golpes, por lo que se encuentra detenido.
Según informó Radio Biobío, Rifo ya había hecho denuncias por violencia intrafamiliar a propósito de este sujeto, en agosto del año pasado. Además, en septiembre, denunció amenazas de él con arma blanca. A pesar de las alertas, no contaba con medidas de protección a su favor.
La Fiscalía de Coyhaique ordenó que el caso fuese investigado por la Brigada de Homicidios de la PDI, a quien se le entregó el único detenido en esta causa.
Fue en mayo del 2016 cuando se hizo conocido el caso de Rifo. Mauricio Ortega, quien era entonces su pareja, agredió brutalmente a Rifo y la dejó al borde de la muerte. Incluso, Ortega terminó sacándole los ojos y a Rifo la encontraron semidesnuda, grave, en la vía pública.
Ortega fue condenado, en primera instancia, a 26 años de cárcel por homicidio frustrado. Luego, cuando su defensa exigió la nulidad del juicio, la Corte Suprema determinó que en realidad Ortega nunca quiso matar a Rifo y por eso se le rebajó la pena a 18 años por delito de lesiones graves gravísimas. Esa sentencia fue la que generó aún más manifestaciones exigiendo una mayor condena.
