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Los dichos del diputado sobre que el FA y el gobierno, en su segundo tiempo, debían retomar la disputa por las ideas “porque si no va a perder todo”, provocó encontradas reacciones. Según él, se trata de convencer a la ciudadania de los efectos prácticos de la reforma tributaria y de pensiones.
Las últimas declaraciones del diputado Gonzalo Winter (CS) encontraron reproche en la oposición. Sostener que el gobierno y fundamentalmente el Frente Amplio debía retomar “la batalla de las ideas” y dejar el estado silente en que permanecido desde que asumieron el gobierno, provocó en el oficialismo reacciones de distinto orden. Hubo quienes los criticaron de manera feroz y otros que encontraron en su razonamiento la oportunidad de retomar el camino perdido.
En una entrevista con el diario La Tercera, el diputado profundizó en su análisis y reforzó su sentencia: “En el segundo tiempo del gobierno los partidos oficialistas tenemos que ir a dar la disputa de las ideas y el Gobierno también tiene que asumir un rol en la disputa de las ideas, porque si no va a perder todo”.
Según el diputado, en este segundo tiempo que parte el 11 de marzo, el gobierno “debe asumir un rol más importante en transmitirle a la ciudadanía cuál es su visión de mundo y por qué esa visión perfecciona la democracia y permite el desarrollo”.
En la búsqueda de darle un sentido práctico a lo que llama “la batalla por las ideas”, Winter ejemplificó su razonamiento con el trabado proyecto de reforma de las pensiones. En su lógica, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, y su par de Hacienda, Mario Marcel, persisten en el fondo solidario no por mero capricho, sino porque hay un convencimiento de que es indispensable, por un tema de justicia social, que hayan pensiones más digas. Pero para eso -observa Winter- “hay que convencer a la sociedad, porque por el otro lado la Asociación de AFP está gastando millones en convencerla de lo contrario”.
En este sentido y en respuesta al emplazamiento que hizo el alcalde de Maipú, Tomas Vodanovic (RD), de que había llegado la hora de dejar atrás los simbolismos para ponerse a trabajar en la gestión, Winter sostiene que retomar la batalla de las ideas no es simbolismo, sino por el contrario, se trataría de un un puro sentido práctico.
Y lo ejemplifica así: “Si la ciudadanía se convence de que los impuestos son un robo, la reforma tributaria se rechaza. Si la reforma tributaria se rechaza, no hay dinero para arreglar el Cesfam de Maipú. La batalla de las ideas es práctica. Tiene un contenido estrictamente tangible. Si la ciudadanía se convence de que el Fondo Solidario es un robo, no hay alza de pensiones para los adultos mayores de Maipú. Este no es un tema de simbolismos. Ganar la batalla de las ideas permite que los niños de Maipú vayan al colegio, que los carabineros de Maipú tengan autos blindados y que los adultos mayores de Maipú tengan pensiones dignas”.
