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La Parva enfurecida: vecinos mandan carta quejándose por pésimo servicio y todos apuntan a León Vial

La Parva enfurecida: vecinos mandan carta quejándose por pésimo servicio y todos apuntan a León Vial

En La Parva esquía el 90% del PIB de Chile: los Luksic tienen dos edificios propios, donde se reparte la familia; los Briones, otro; en el llamado “villa miseria” son copropietarios Agustín Edwards, Carlo Solari (Falabella), Juan Carlos Eyzaguirre (Banco Bice), su suegra Patricia Matte, Gastón Cruzat (Munita, Cruzat & Claro), el inversionista minero y bursátil Isidoro Quiroga, Antonio Tusset (Enaco) y los socios de La Parva, Vial, Matte y Donoso.


Nunca en la historia el enojo de los vecinos de La Parva había llegado al nivel de poner por escrito sus quejas. El 25 de noviembre pasado la asociación que agrupa a los dueños de departamentos y refugios envió una carta al gerente general del centro de esquí, Thomas Grob, planteando la preocupación y molestia por el creciente mal estado de la calidad del servicio.

Aunque la misiva no lo dice, las miradas apuntan a León Vial, dueño del 80% del centro de esquí –el resto está en manos de Eliodoro Matte (CMPC) y Pedro Donoso (IM Trust)–, a quien responsabilizan de no hacer inversiones. Un nuevo problema para el socio de LarrainVial, corredora que perdió importantes clientes, entre ellos, las AFP, por haber sido parte del esquema ideado por Julio Ponce Lerou para beneficiarse haciendo operaciones con las cascadas de Soquimich en desmedro de los minoritarios. Y que toca a Vial porque dos sociedades suyas fueron instrumentales en el esquema investigado por la Superintendencia de Valores.

En La Parva esquía el 90% del PIB de Chile: los Luksic tienen dos edificios propios, donde se reparte la familia; los Briones, otro; en el llamado “villa miseria” son copropietarios Agustín Edwards, Carlo Solari (Falabella), Juan Carlos Eyzaguirre (Banco Bice), su suegra Patricia Matte, Gastón Cruzat (Munita, Cruzat & Claro), el inversionista minero y bursátil Isidoro Quiroga, Antonio Tusset (Enaco) y los socios de La Parva, Vial, Matte y Donoso.

Las quejas apuntan al deterioro de los andariveles que, en promedio, tienen 30 años y por falta de mantención se echan a perder en plena temporada. Varios son de arrastre, poco eficientes, porque sirven para una sola persona y en otros centros sólo se usan para conectar una cancha con otra, no para llegar arriba. El único nuevo lo instalaron hace tres años, lo dieron de baja en Andorra, es de silla y muy lento. Miran con envidia a Valle Nevado, su nuevo andarivel góndola, similar al teleférico del cerro San Cristóbal, con capacidad para seis personas, y otro express que sube rapidísimo.

También hay reclamos por las pistas que en verano no se arreglan y, cuando cae la primera nieve, en vez de celebrar y partir a esquiar no se puede, porque están llenas de piedras. En El Colorado y Valle Nevado las máquinas están siempre emparejando las pistas. En La Parva recién cuando cierran las canchas. El centro no mantiene los caminos y los vecinos tienen que arrendar una máquina de su bolsillo para despejarlos.

Lo corta de la temporada es otra queja. Partió una semana después que en El Colorado y Valle Nevado por la falta de mantención de las canchas que obligó a esperar a que cayera más nieve y terminó el 11 de septiembre, tres semanas antes que los otros centros.

Como siempre, La Parva arrendó sus canchas a los equipos de esquí extranjeros que este año vinieron en mayor número por la proximidad de las Juegos Olímpicos de Invierno que se efectuarán en Rusia en febrero del próximo. La rabia fue gigantesca al comprobar que, en la práctica, se cerró La Parva para los deportistas extranjeros que subían y bajaban las canchas, mientras a los turistas y vecinos chilenos que tenían pase de temporada les prohibieron montarse en los andariveles después del 11. La explicación de que había muchas piedras y podía ocurrir un accidente, fue puesta en duda.

La molestia es clara: pagan por un ticket de temporada que para un adulto cuesta $670 mil, niños hasta 12 años y mayores de 60 años $475 mil –según informa la página de La Parva– y no lo pueden usar durante toda la temporada. Más de alguno piensa que tal vez sería hora de recurrir al Sernac.

La carta pone énfasis en los efectos adversos inmediatos y futuros. Sin decirlo alude a que en un centro de esquí con mal servicio el precio de sus viviendas baja. Un metro cuadrado construido cuesta 100 UF, es decir, un departamento de 100 m2 en La Parva sale 10 mil UF.

Se pide tomar todas las medidas para restablecer las prestaciones normales, extender la temporada al mismo período que los centros de esquí cercanos y concluye diciendo que, como asociación, velarán por los intereses de los vecinos y que, en ese contexto, “estudiaremos otras iniciativas” para asegurar una adecuada defensa de sus derechos.

Tan enojados están que han pensado hacer un convenio con otro centro de esquí y comprar pases de temporada a precio de vecino.

Quien firma es Christian Barroilhet García, el gerente de la asociación, en cuyo directorio participan los abogados José María Eyzaguirre, socio del estudio Claro, y Alejandro Álvarez, de Bofill Mir & Álvarez Hinzpeter Jana; y los corredores de bolsa Luis Eguiguren y Gonzalo Van Wersch, entre otros.

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