El proceso de acreditación de un diplomático solo queda completado cuando este presenta formalmente sus cartas credenciales, por lo cual, cuando Jorge Marcelo Faurie protagonizó el incidente que dio a conocer El Mostrador, no se había terminado aún el proceso respectivo.
Recién el día de hoy el nuevo embajador de Argentina en Chile, Jorge Marcelo Faurie, presentará sus cartas credenciales en forma oficial. Pese a que recién a partir de ese acto su acreditación en nuestro país se considera “completa”, ya protagonizó un fuerte incidente cuando –como informó El Mostrador– trató de forma irrespetuosa a una delegación chilena, el 15 de marzo pasado, en momentos en que se efectuaba un recorrido conjunto por las dependencias del Área de Control Integrado (ACI) del paso Los Libertadores.
Además de no saludar al delegado presidencial de la provincia de Los Andes, posteriormente Faurie dijo en forma muy poco diplomática que “el Estado chileno acostumbra a crear figuras de representación, en especial esta de delegado, ¿qué es eso, qué es un delegado?, nuestro Gobierno no reconoce tal cargo y no le atribuye ninguna importancia ni validez”.
Luego de ello, ante un requerimiento de los camioneros en orden a que los pasos funcionaran las 24 horas del día, respondió diciendo que ellos podrían cortar el suministro de gas desde Concepción al sur de Chile, y en otro momento, después que un directivo del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) le explicara el perfil alimentario del país, Faurie replicó señalando que “no le voy a aceptar que diga eso, puesto que mi país ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer”. Además, le dijo al representante chileno de la Dirección de Fronteras y Límites, Pedro Pablo Silva, que él “tenía años de experiencia y que no le iban a venir con cuentos”.
Todo lo anterior motivó una serie de oficios, pero hasta la fecha Faurie “no ha dado explicaciones satisfactorias de sus agresiones ni tampoco el Gobierno argentino ha tomado distancia de ellas”, como explica una fuente del mundo diplomático, la misma que indica que todo lo anterior ocurrió cuando, técnicamente, su nombramiento no estaba finiquitado, pues solo había presentado copias de sus cartas credenciales al canciller.
Consultado por El Mostrador, Jorge Marcelo Faurie aseguró que los comentarios acerca de su comportamiento estaban “un poco extralimitados” y morigeró varios de ellos, asegurando además que “no recuerdo esa parte del diálogo”, al preguntársele por lo señalado a Pedro Pablo Silva.
Faurie no es un desconocido en Chile. De hecho, fue el segundo hombre en el escalafón de mando de la embajada trasandina a fines de los años 80 e inicios de los 90, cuando el embajador era Oscar Spinosa Melo, quien –como denunció el periodista Francisco Martorell en el libro Impunidad Diplomática– efectuaba orgías en su residencia y en la embajada, con la asistencia de conspicuos empresarios, políticos y socialités de Chile.
Al respecto, aseguró que “el embajador Oscar Spinosa Melo era un personaje que… o una persona que, lamentablemente falleció ya, pero que tenía perfiles muy peculiares él, pero eso de las fiestas, más allá de alguna cosa personal de él, que él pudiera haber hecho, no es tan así. O sea, se ha generado un mito en torno a aquella etapa, hace 30 años”, señaló Faurie.