De cara al plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre, el exvicepresidente de la Convención Constitucional se mostró a favor del Apruebo y aseguró que «no existe un plan B». A su juicio, si bien «no existe esa Constitución imaginaria que pueda lograr la unidad como acto automático», tenemos que generar «un texto que nos entregue herramientas para avanzar en eso, y esta propuesta de Constitución sí las entrega».
Gaspar Domínguez realizó un balance sobre la Convención Constitucional (CC), en su rol de exintegrante de la mesa directiva del órgano redactor de la propuesta de nueva Carta Magna, y aseguró que la instancia, que hizo entrega del borrador del texto el pasado 4 de julio tras diez meses y ciento tres sesiones de trabajo, «tuvo la capacidad de poder encauzar y canalizar la crisis política que nos trajo hasta acá».
En su último discurso, el exvidepresidente de la CC recalcó que pase lo que pase el 4 de septiembre (día del plebiscito) «Chile ya cambio» y manifestó que la Convención «no es relevante». «El protagonista es Chile y su futuro. Por eso es deber del ciudadano buscar información veraz».
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«Lo más destacable del texto es que responde a las demandas que nos trajeron a este momento de crisis social. Todas las cosas que se planteaban al principio de la crisis, como mecanismo de democracia directa, medio ambiente, género, grupos históricamente discriminados, derechos sociales, descentralización, están presentes», señaló el exconvencional Domínguez, este sábado, en entrevista con El Mercurio.
«No está presente necesariamente la forma en que los temas se van a resolver, pero sí se entregan las herramientas para avanzar en la respuesta», agregó el médico de profesión y exmiembro de los Independientes No Neutrales (INN) al interior de la CC, afirmando que en el caso de ser aprobada la nueva Constitución «podrá ser sujeta de cambio, según la democracia, las iniciativas populares y las definiciones que tomen los parlamentarios y el Ejecutivo».
Respecto del tono más moderado que se pudo apreciar en el acto de cierre de la Convención Constitucional, en comparación al ambiente que se vivía el 4 de julio del año pasado, el exconvencional relató que «cuando se inició la instancia estábamos viviendo una parte muy crítica de la profunda crisis política que nos trajo hasta acá, y a dos cuadras de este Congreso había manifestaciones muy violentas, entonces el clima político era mucho más adverso».
Según Gaspar Domínguez, el órgano también aprendió con esa adversidad. «Partimos 155 personas que no nos conocíamos y cuando terminamos éramos 154 personas que nos conocíamos, que habíamos desarrollado confianzas y con una gobernanza y reglas claras que hacía más fácil la organización del evento», comentó Domínguez al matutino.
Consultado por el cambio en los discursos de los convencionales, donde al comienzo destacaban la plurinacionalidad y eran inevitables los cánticos sobre los presos políticos, el exvicepresidente de la CC recordó que en 2021 la Convención fue presidida por Elisa Loncon que es del pueblo mapuche, «entonces uno puede esperar que en su discurso haya parte de esas consignas».
«Yo hablé en mi discurso de que soy homosexual, supongo que parte del contenido de los discursos tiene que ver con lo que es cada uno también», sentenció Gaspar Domínguez.
Todo esto, para el exconvencional, «refleja que la Convención tuvo la capacidad de poder encauzar y canalizar la crisis política y segundo que los convencionales fuimos aprendiendo a conocernos».
«Al principio, además, gran parte de las performances políticas que se daban dentro de la Convención tenían que ver con aspiraciones de que ciertas ideas quedaran reflejadas en el texto, y en la ceremonia de cierre es con un texto hecho», expuso.
Finalmente, abordando la posibilidad de que gane el Rechazo en el plebiscito, Domínguez aseguró que «no existe un plan B». Y explicó: «No existe esa Constitución imaginaria que pueda lograr la unidad como acto automático. Eso es pedirle mucho a un texto, como dijo el profesor Squella. No existe un texto constitucional que por sí sólo pueda lograr sanar las heridas y generar una unión automática entre todos los chilenos. Tenemos que generar un texto que nos entregue herramientas para avanzar en eso, y esta propuesta de Constitución sí las entrega».