La región nortina busca posicionarse en la escena turística nacional y a la par de sus reconocidas playas, dar a conocer la belleza tras sus montañas, cordilleras, dunas, salares y volcanes. En 2019, un grupo de jóvenes geólogos y geólogas de la Universidad de Atacama decidió llevar adelante una idea que motiva al área lustros atrás: desarrollar el geoturismo en la zona. Historia, arqueología, biología, geología, meditación y más en una invitación a “explorar Atacama como nunca antes”.
¿Por qué en esta latitud los volcanes no hacen tanta erupción como en el sur de Chile? ¿Por qué los cerros tienen esa tonalidad? ¿Por qué hay tantos yacimientos minerales en la zona? Son algunas de las preguntas que buscan responder en cada recorrido las y los guías de Geoturismo Lickanantay, una empresa nacida en 2019.
“Más allá de conocer el paisaje, pasear, sacarse fotos lindas, la idea es que mientras conocen el lugar, las personas pregunten y nosotros acompañarlos en la búsqueda de esas respuestas para entender cómo se formaron los lugares”, sostuvo Maccarena Naveas (29), geóloga y una de las cofundadoras, guía y redactora de los contenidos de la web.
El desarrollo del geoturismo en la región es una idea que ya venía de generaciones atrás de geólogos y geólogas pues la geología es una carrera destacada y concurrida en la zona minera. De allí que, en una dirección distinta a la minera, se quería llegar al turismo desde una mirada geológica. “Por eso esta iniciativa fue muy bien recibida tanto por las personas como por la academia”, contó Badith Muñoz (29), también geólogo, cofundador y encargado del área audiovisual del proyecto.
“Casi todo es geología en el norte, hay cambio de colores, tonalidades”, añadió. Maccarena, en tanto, destacó que la región “no solo tiene belleza escénica, paisajes hermosos” sino que también “una historia detrás relacionada a la geociencia”. Durante una entrevista realizada de manera virtual, la pareja dio cuenta que, más allá de la minería, la región cuenta con encantos desconocidos “desde huellas de dinosaurios hasta lagunas turquesas” y de allí nació su esfuerzo por dar a conocer la zona desde su conformación geológica.
Frases como “el norte es feo” son comunes de escuchar entre quienes no conocen la zona, pero para Maccarena Naveas responde a que “no lo conocen”. Ese motor, que impulsó a los cinco jóvenes que hoy forman parte de la empresa, empezó a andar gracias a un capital semilla que los guió en el desarrollo de un turismo “sostenible” y geológico”, algo novedoso para la región.
“En el sur se instaló el primer geoparque de Chile y en torno a él se generaron alianzas públicas y privadas para mejorar la calidad de vida en la que están los habitantes comprometidos, hacen capacitaciones, programas en los colegios, tiene fuerza. En el norte no hemos tenido tanta fuerza y en ese sentido nuestra idea era tomar ese impulso para desarrollar el geoturismo y popularizar el conocimiento del territorio”, dijo Badith.
Según se explica en la página de la empresa, el geoturismo es turismo sostenible enfocado en la geología y el paisaje, promueve la conservación de la geodiversidad y la interpretación del entorno natural. Los turistas visitan sitios de alto interés escénico y/o paisajístico mientras se experimenta, aprende y disfruta mediante herramientas geológicas y material didáctico, en este caso entregados por Lickantay.
El proyecto inició en 2019 y tiempo más tarde sucedió el estallido social y luego la pandemia. Esos dos episodios, en lugar de frenar a Lickanantay, le dio el tiempo para madurar la propuesta. Las y los integrantes del espacio tomaron diversos cursos sobre turismo, primeros auxilios y otras actividades, a la par que la experiencia les entregó enseñanzas.
“Fuimos construyendo los itinerarios desde una mirada geológica y así los dividimos por temática, por ejemplo los circuitos a la cordillera los dividimos en volcanes, salares, pero nos dimos cuenta que algunas incursiones no resultaban muy interesantes”, mencionó Badith.
“Partimos de un turismo 100% científico, bien geológico, y la misma experiencia nos mostró la necesidad de incorporar otros elementos de la historia, arqueología, biología, cultura, de la flora y fauna, incluso del turismo aventura, y así fuimos aprendiendo con cursos que fuimos haciendo” agregó Maccarena.
Al estrés y la ansiedad reconocidas como protagonistas de la pandemia según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se le sumó el agobio y la desesperanza provocados por el confinamiento. Y ante esa inestabilidad en la salud mental, desde Lickantay quisieron “entregar un respiro” en medio de la incertidumbre.
“En ese contexto implementamos la meditación en espacios naturales, entonces en el salar de pedernales además de contemplar la belleza, aprender y de disfrutar un baño, quisimos que se conecten con el paisaje que transmite quietud y movimiento, ya que la geología es constantemente dinámica. Así reunimos ciencia, misticismo y más en un mismo lugar”, mencionó la geóloga de la Universidad de Atacama.
Durante los recorridos se encuentran con vestigios arqueológicos y es la evidencia geológica que ha demostrado que en ciertos lugares del desierto hubo más agua: “las especies se adaptan de acuerdo a la geografía del lugar”, describió Maccarena. “Estando allí, rodeados de historia y geodiversidad, nos damos cuenta que la geografía, nosotros, somos uno solo”.
La manera de poner en valor el lugar es a través de un ejercicio sostenible del ejercicio, que se evidencia en diferentes acciones, por ejemplo, que todos los objetos orgánicos e inorgánicos que no se vuelven a utilizar son reciclados gracias a la alianza con Modo Verde, empresa local dedicada al tema.
Por otro lado, desde Lickanantay se trabaja en la sensibilización medioambiental a través de relatos inspirados en la protección de la tierra, aunque cómo convencer a las personas de proteger “un paisaje en degradación” sigue siendo una pregunta que se hacen, contó el geólogo.
La manera de poner en valor el lugar es a través de un ejercicio sostenible del ejercicio, que se evidencia en diferentes acciones, por ejemplo, que todos los objetos orgánicos e inorgánicos que no se vuelven a utilizar son reciclados gracias a la alianza con Modo Verde, empresa local dedicada al tema.
Por otro lado, desde Lickanantay se trabaja en la sensibilización medioambiental a través de relatos inspirados en la protección de la tierra, aunque cómo convencer a las personas de proteger “un paisaje en degradación” sigue siendo una pregunta que se hacen, contó el geólogo.
Pese al auge del turismo regional y las múltiples empresas, grandes y pequeñas, que ofrecen recorridos y servicios (tales como clases de sandboard), el turismo “aún está en pañales”, destacó Maccarena Naveas. “No hay infraestructura, fiscalización, letreros”, agregó mientras el otro de los cofundadores recalcó que debido al extractivismo “la actividad también peligra”, ante lo cual “faltan políticas públicas y dialogar con las mineras” sostuvo.
En este sentido, Maccarena reflexionó acerca de las mineras y “su impacto no muy positivo en la zona”, y destacó que algunas de ellas están desarrollando departamentos de medio ambiente y comunidades para dar cumplimiento a sus obligaciones. De hecho, hace poco y como muestra de esto, una de ellas dio a conocer las huellas de dinosaurio de Quebrada Descubridora.
“Se están generando nuevas ideas para preservar el patrimonio y la geodiversidad, pero aún falta mucho… esto será gradual”, cerró Badith.