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Arrendar o comprar un auto: ¿Qué conviene más? Movilidad

Arrendar o comprar un auto: ¿Qué conviene más?

Hoy en día, muchos conductores están en la disyuntiva entre adquirir o arrendar un vehículo. Ambas alternativas, tienen sus ventajas y desventajas y para decidir, existen muchos factores a considerar


Comprar o arrendar un automóvil son dos opciones cada vez más recurrentes para aquellos conductores que están pensando en adquirir un auto, debido a la situación económica actual que se vive a nivel global.

Para escoger entre ambas alternativas, las personas deben tomar la decisión en función de sus necesidades, finanzas y estilo de vida. Las dos tienen sus ventajas y desventajas, por lo que resulta crucial evaluarlas cuidadosamente antes de inclinarse por una.

“Es necesario asesorarse correctamente para no hacer una mala elección y evaluar en forma adecuada los flujos e ingresos. Es básico diferenciar el uso particular del laboral, así como también considerar la frecuencia de utilización, las características
del empleo que se le dará y costos asociados a su adquisición, operación y mantención”, explica Orlando Villalobos, gerente comercial de Gama Mobility.

A ello, el ejecutivo agregó que se debe contemplar la disponibilidad de aparcamiento y cuidado, los valores directos e indirectos, definir los requerimientos de disponibilidad del vehículo esperada y evaluar las exigencias que impone lograr esa misma, además de analizar las ventajas versus los gastos asociados a dicha accesibilidad.

En cuanto a la compra de un automóvil, uno de los principales beneficios es la propiedad absoluta de este, lo que brinda libertad para personalizarlo según las preferencias individuales y no tener restricciones en términos de kilometraje o uso.

Asimismo, a largo plazo, la adquisición puede ser más económica, ya que el vehículo se convierte en un activo que es posible vender o intercambiar en el futuro. Sin embargo, obtener un auto también conlleva desventajas importantes, ya que el costo inicial de compra probablemente sea considerable y en ocasiones requiere de un préstamo con pagos mensuales grandes.

Asimismo, su valor tiende a depreciarse con el tiempo, lo que puede resultar en una pérdida financiera a largo plazo. Por otro lado, el propietario es responsable de los gastos de mantenimiento y reparación. Esto, muchas veces es impredecible y caro.

En tanto, arrendar un automóvil ofrece una serie de ventajas, como una menor carga financiera inicial, ya que los pagos mensuales suelen ser más bajos en comparación con un préstamo para adquirir un auto nuevo. Adicionalmente, el arriendo, por lo general, cubre los gastos de cuidado y reparación, lo que posiblemente entrega una mayor previsibilidad en cuanto a costos.

No obstante, al rentar, los usuarios suelen estar sujetos a restricciones de kilometraje, lo que puede resultar en cargos extras si se excede el límite establecido. También, al finalizar el contrato, la persona no posee el vehículo y no
tiene capital acumulado en un activo tangible. Hacer modificaciones al automóvil arrendado probablemente esté limitado o prohibido.

“La decisión entre ambas opciones depende de varios factores. Por ejemplo, para un uso diario personal de muchos kilómetros, la alternativa adecuada es el alquiler, ya sea Leasing Operativo, Rent a Car o Renting. Al mismo tiempo, para un empleo poco frecuente y limitado, lo más conveniente es rentar. Para un constante bajo recorrido, y sin exigencia de renovación en un plazo de cuatro años, lo mejor puede ser la compra. Así, debiéramos revisar cada caso particular”, concluye Villalobos.

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