Nuestro país es un destino turístico que destaca por su diversidad de culturas y paisajes.
El recorrido se inicia en la costa del Pacífico, donde el océano se extiende a lo largo de más de 6.400 kilómetros. En este contexto, las ciudades costeras se erigen como destinos imperdibles, con su arquitectura única, vibrantes playas que son un paraíso para los amantes del surf, lo que se complementa con las clásicas caletas de pescadores costeras, las que ofrecen una magnífica gastronomía.
En el interior destacan los valles vitivinícolas que han conquistado reconocimiento internacional. Desde Elqui, Limarí, Aconcagua y Casablanca, hasta Maipo, Colchagua, Maule y el Valle del Itata, estos destinos ofrecen tours que permiten a los visitantes degustar vinos mientras se sumergen en un entorno natural inigualable.
Mas al sur encontramos un turismo rural, que se fusiona con la presencia de lagos, lagunas y ríos. Hacia el extremo, la Carretera Austral, una ruta de belleza escénica única en el mundo, despliega la oportunidad de explorar bosques vírgenes, glaciares y cascadas, actuando como un puente entre la costa y la majestuosa Patagonia.
Por otra parte, la llegada a la imponente Cordillera de los Andes abre las puertas a una variedad de experiencias turísticas. Desde paisajes de montaña hasta potentes actividades al aire libre, la cordillera atrae a viajeros de todo el mundo en busca de aventuras inolvidables. La altitud y la falta de contaminación lumínica la convierten en un destino ideal para el astroturismo.
Asimismo, a lo largo de esta se encuentran numerosas aguas termales que ofrecen un refugio relajante lo que se complementa
con la posibilidad de estar inserto en un espacio que conserva nuestra biodiversidad, protegiendo a la flora y fauna, y mostrando el firme compromiso de Chile con la conservación de su valioso patrimonio natural. ¿Estás preparado para recorrer nuestra extensa faja de tierra desde el mar hasta la cordillera?
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