El sistema inmunológico es clave para el cuerpo humano, puesto que hace de protector del organismo contra gérmenes y microorganismos externos que lo invadan. Así, para ciertas personas, es clave poder mejorar el sistema inmune: entre estas, las personas mayores, quienes sufren algún tipo de patología de base, o quienes se encuentren inmunodeprimidos.
Otro ejemplo de quienes sufren el deterioro de su sistema inmune son las personas que tienen diabetes o problemas renales, por lo que la recomendación es realizar controles médicos con frecuencia, para corroborar que todo funciona correctamente en nuestro cuerpo.
Sin embargo, hay algunas prácticas que pueden potenciar la inmunidad y mejorar factores que agobian a las personas en su día a día.
- La alimentación: para potenciar su sistema inmune es fundamental llevar una dieta saludable y equilibrada. En ese sentido, una de las más recomendadas es la denominada mediterránea, puesto que contiene una correcta distribución de verduras, frutas, pescados grasos -que contienen buenas cantidades de Omega 3-, aceite de oliva y nueves, que contienen nutrientes como vitamina C, zinc y antioxidantes, fundamentales para limitar la inflamación y enfrentar infecciones. Sin embargo, no todo se trata de qué alimentos consumir: para este tipo de alimentación también es necesario reducir el consumo de carnes rojas, y los alimentos fritos y procesados.
Fuera de la dieta mediterránea, también se recomienda adicionar fermentados en la alimentación que se ingiere día a día: entre estos, destacan el yogurt, el chucrut o el miso, que corresponden a probióticos que generan microorganismos -mejor conocidos como “bacterias buenas”- en el intestino. Esto, a su vez, mejora el funcionamiento del intestino y la digestión.
- Sueño de calidad y en la correcta cantidad: el dormir menos de lo que corresponde potencia que el cuerpo produzca cortisol, cuyo propósito es ayudar a estar alerta a los estímulos del día y mantenerse despierto. Sin embargo, este empeora la respuesta del sistema inmunológico.
- Un correcto manejo de estrés y la ansiedad: el primero también produce cortisol, generando el mismo efecto de suprimir el sistema inmune, y dejando al organismo más proclive a infecciones.
- Uso de suplementos: se recomiendan los de vitaminas y minerales luego de realizar una evaluación de los niveles que tiene la persona, y si es que estos están bajos. Entre los que suelen afectarse está la D y la B12, el zinc y el fierro: si existe déficit la persona afectada puede volverse más propensa a infecciones.
- Actividad física: realizar ejercicio con frecuencia y moderación es clave. Con 30 a 60 minutos varios días a la semana no sólo se potencia la inmunidad: también contribuye a reducir los niveles de estrés.
- De forma complementaria, es importante no consumir tabaco y limitar el consumo de alcohol,
- A todas estas prácticas se suma llevar una correcta hidratación.
