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Montes propone que el PS levante “plataforma” para pensar una “nueva democracia” y lanza a decana de Derecho de la UAH para dirigir la Convención Constitucional

Convencido de que estamos frente a una urgencia que no han advertido los partidos políticos y que se juega contra reloj, en un match constitucional que definirá el nuevo tipo de sociedad chilena. Que no es el momento de la hegemonía de un sector político por sobre otro, pues a dos semanas de la inscripción de los candidatos a convencionales constituyentes “se trata de construir una base común”, eligiendo a los mejores, porque eso es lo que va a servir a Chile. Así piensa el senador PS Carlos Montes, quien nunca quiso ponerse el traje de presidenciable en este tiempo. Pero que ahora opera como una especie de “head hunter” en la elección de quién presidirá la Convención Constitucional.


Se acaba de cortar la barba y se dejó un bigote que a primera vista lo hace ver diferente, pero no se trata de ninguna prueba o cábala por lo que sucederá el 11 de enero con las inscripciones de los candidatos a la Convención Constitucional. Fue sencillamente porque cada cierto tiempo lo hace para cambiar. Y aunque Carlos Montes sigue recluido en su casa para protegerse del COVID-19, no ha parado la intensidad de sus reuniones por Zoom. En esos encuentros con diferentes grupos repasa la situación política, proyecta los cambios que va a experimentar el país tras las elecciones del 11 de abril e intercambia opiniones sobre las transformaciones que podrían producirse en este proceso, que partió en la calle el 18 de octubre.

En todo momento en esta entrevista, el senador PS defiende la idea de “una lista unitaria en la que todos estén dispuestos a unirse en contenidos constitucionales, reglamentarios, pero a la vez tener mucha generosidad para elegir en cada distrito a los mejores candidatos”, saltándose la lógica de una elección a alcalde o a diputado. Acá está en juego el modelo de sociedad que tendremos para los 50 próximos años, advierte Montes con preocupación.

Al consultarle por el tema presidencial, el senador –a quien le rogaron varios meses que fuera el abanderado por el PS– prefiere pasar. No detenerse mayormente en este debate, que tiene en una encrucijada a varios rostros del socialismo, que no marcan en las encuestas, pero que están “dispuestos” a ponerse el traje de candidato, si es que la gente se los pide. Por lo mismo, no entiende por qué un grupo de parlamentarios le solicitó al presidente PS, Álvaro Elizalde, ser el abanderado.

De todas formas y, aunque considere inadecuado que la definición presidencial se apodere de la agenda, justo ahora cuando se debe definir la nómina de las personas que redactarán la nueva Carta Fundamental, al senador Montes no le queda más que reconocer que tal definición ya está instalada. Y así quedó demostrado con la portada de ayer de La Segunda, bajo el título “Bachelet apoya a Narváez como presidenciable PS”, artículo en el que el propio senador calificó a la exministra bacheletista como una “valiosa precandidata”.

Por lo visto, las definiciones en todo ámbito comienzan a despejarse aceleradamente. Y los nombres son parte crucial a la hora de definir la estructura del poder en la Convención Constitucional. Miriam Henríquez, decana de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado, es la carta que el senador Montes baraja y por la que se jugará en esta contienda, que comenzará a disputarse el 11 de enero próximo.

-Queda muy poco para el fin de año y solo dos semanas para inscribir las candidaturas a la Convención Constitucional, pero todavía no hay humo que salga de los partidos para levantar una sola lista. ¿Cómo se aspecta este tema faltando tan poco?
-Es algo muy preocupante y la verdad es que uno puede analizar cómo llegamos a esto. No usamos bien el tiempo, pero más importante hoy es qué hacemos con estos 14 días que quedan, que de hecho son menos de 14, porque se requieren varias horas y días para juntar papeles y hay un conjunto de cosas en las que no se pueden cometer errores.

-¿Qué se debe hacer entonces? 
-Aquí no queda más que remecernos entre todos, remecer a las direcciones de los partidos, a los grupos que encabezan a los independientes, a los dirigentes sociales. La responsabilidad con el país, con la historia, es tener una propuesta de lista lo más amplia e integradora posible para efectos de llegar a la Convención Constitucional a influir en los procesos, a buscar dialogar con otros, pero con buenos procesos, con buenos equipos y con buena cantidad de votos. Eso es una responsabilidad también histórica. Por años quisimos terminar con la Constitución que teníamos. Producto del llamado estallido social, se abrió un proceso constituyente. Gran logro hasta ahí, pero ahora viene en adelante un proceso constituyente, que puede terminar bien o no. Y puede que no resulte generar una nueva Constitución, si no hay fuerzas con la visión ni con la capacidad para generar entendimientos. La verdad es que podemos terminar con un proceso constituyente sin resultados, sin resultados suficientes, o puede llevarnos a entendimientos equivocados o erróneos.

 -¿Por qué los partidos no están dando el ancho en estos momentos? Faltando tan poco tiempo, son incapaces de ver lo que está pasando, ¿piensan que esta es una elección normal como lo podría ser la de un alcalde?
-Es una mezcla de cosas. Todos han dicho unidad, pero esta no despega, porque hay distintas visiones y ahí es donde viene lo que señalas. Hay algunos que están mirando la cosa muy desde su propio posicionamiento y más que mirar en lo necesario para generar una nueva Constitución. Vivimos una nueva coyuntura que requiere buscar lo que tenemos en común y tenemos muchas cosas en común toda la oposición: cuestiones con respecto a la Constitución, respecto al reglamento, al tipo de diálogo que debemos generar, respecto al tipo de trasparencia que tiene que tener la convención. Hay muchas cosas, pero de repente tiende a predominar más en algunos buscar sus propias identidades más que el interés de país y el interés común.

-Pero levantar una lista única ya no es posible. ¿Cuál es el camino, entonces?
-No queda otra cosa que, paralela y simultáneamente, ir generando una lista unitaria lo más amplia posible, que busque los puntos comunes constitucionales y reglamentarios y que una a gente muy capaz y representativa, militantes, independientes, dirigentes sociales, y levanten una alternativa capaz de generar una nueva Constitución. Aquí tiene una alta responsabilidad el socialismo democrático en jugársela por convocar a la centroizquierda, a los sectores del Frente Amplio.

-¿Qué pasa con la DC? ¿Por qué no fue incorporada en el polo socialdemócrata?
-Porque la DC no es parte del polo socialista democrático, responde a una tradición socialista cristiana que muchos valoramos. Pero entendemos que para construir una alternativa es fundamental el entendimiento de las distintas corrientes de izquierda, del centro, y aquí es fundamental la DC. Dentro de ella hay sectores que efectivamente quieren sentar nuevas bases, sentar un nuevo pacto social, quieren superar el marco de principios y de sentido neoliberal. La historia nos ha enseñado que es muy importante, para hacer cambios profundos, tener amplios bloques. Tenemos muchos puntos en común con la DC respecto a salirnos del Estado subsidiario, de pasarnos a un Estado solidario, de reconocer los derechos ciudadanos, de asumir el cambio climático como una necesidad país y no como una actividad aislada.

Presidenciales: De Elizalde a Narváez

-¿Cuál será el rol que le corresponda al PS en este desafío? Hay un presidente que sería candidato presidencial, apoyado por algunos parlamentarios. Sin embargo, ahora apareció la exministra Narváez, apoyada por la expresidenta Bachelet. ¿Cómo se enfrenta este tema, faltando hoy solamente dos semanas para la definición de los candidatos a la Convención?
-No entrando en esos debates. Hoy el debate es otro, es la Convención Constitucional, y después de ella, después de que se inscriban las listas para que se determinen los enfoques, las visiones, se debiera discutir el tema de las candidaturas. Hoy no es el momento más oportuno, yo en ese sentido no entendí mucho la declaración de los diputados (que apoyan a Álvaro Elizalde). Pero lo más importante hoy es levantar esta propuesta para la Convención y para el país con una lista amplia, suprapartidaria, con los partidos socialdemócratas, de la centroizquierda, otros partidos y que permita realmente a influir en el curso de la construcción de la nueva Constitución.

-¿Ese es el desafío del PS?
-Esa es una responsabilidad, no es solo un desafío. Aquí hay responsabilidades que asumir y el entendimiento con los independientes, y particularmente con los independientes no neutrales, es fundamental, porque ellos son un sector muy diverso, pero que tiene una voluntad de superar el modelo de la sociedad chilena y construir nuevas bases. Cuando hablo con los dirigentes de los sindicatos, ellos plantean que en la nueva Constitución hay que revalorizar el trabajo. Necesitamos reconstruir todo el Estado y qué mejor actor para todo eso que los propios funcionarios. El feminismo debe estar presente también. El PS y todo esto que se ha llamado Convergencia Progresista, tiene que tener una propuesta unitaria, tiene que construirla, al menos de todo lo que resulte. Y la verdad es que, si al final se bloquea todo esto, al menos de aquí a los 14 días que tenemos, inscribamos una lista lo más amplia y con el contenido constitucional y reglamentario básico para empujar con fuerza y unitariamente lo que viene.

-¿Está diciendo que el PS debe sacar un documento y ofrecérselo al resto?
-Lo que tiene que levantar es una plataforma, una propuesta política para unir, y tiene que hablarlo con los independientes, con los dirigentes sociales, con otros partidos, con otras personas que ayuden a pensar una nueva democracia. Aquí no es solo un problema de recuperar los patrones normales de la democracia, también es pensar en una democracia para los tiempos del cambio climático, de las pandemias, de las migraciones, para el tiempo de una infancia distinta. Se necesita gente con mucha trayectoria y que exprese las sensibilidades concretas del país.

-¿Usted ha hablado este tema con el presidente de su partido?
-Lo hemos hablado, lo hemos discutido, entonces aquí vienen algunos a preocuparse solo de los candidatos. Pero antes es muy importante tener una propuesta unitaria, para unir y ahí buscar.

-¿Cuáles serían los consejos que usted plantea para avanzar?
-Insistiría con mucha fuerza en que la Convención requiere una fuerza unitaria amplia, diversa, en donde haya militantes de partidos independientes, dirigentes sociales, cuyo punto de acuerdo es la necesidad de una nueva Constitución para Chile, ni más ni menos, y con todos los que están disponibles para llevar a cabo ese proyecto. Y que cada partido termine de competir con el otro partido. No se trata de llevar candidatos en todos los distritos, depende de cuáles son los mejores candidatos. Se requiere una actitud bastante generosa y una actitud país.

-¿Cuáles son los aspectos que considera que no deberían estar en la nueva Constitución?
-Desde mi punto de vista le puedo decir muchas cosas… La seguridad social es un negocio, es un Estado que tiene muchas restricciones para poder desplegarse; las restricciones con respecto a poder tener un sistema tributario en el que realmente no haya 21 mil millones de dólares de evasión tributaria. Yo sé que la Constitución no resuelve todas las cosas, pero establece las bases y los principios para poder hacer cuestiones relevantes. Por ejemplo, debe haber una posibilidad de que el Servicio de Impuestos Internos sepa lo que pase en las cuentas bancarias de los chilenos, de manera de poder controlar a los que hacen distintos tipos de operaciones para eludir impuestos.

-¿Ya se debería ir diseñando la estructura que debería tener la Convención Constitucional? ¿Ya es hora de ir avanzando en el nombre de quién podría presidirla?
-Es fundamental para efectos de levantar esta lista unitaria mostrar ciertas caras, nombres e historias y, por ejemplo, en la presidencia a la Convención me parece que una gran persona será la decana de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado, Miriam Henríquez, una persona joven, independiente, que tiene un pensamiento claramente definido y exhibido en el debate académico y político. Es de Atacama, tierra en donde quizás va a ser candidata. Pero también hay otras personas, como Benito Baranda, otros como dirigentes sociales, como dirigentes públicos, como los del Colegio de Arquitectos por el tema cuidad, por el tema Estado, por el tema de los municipios.

-¿Usted está pensando en una especie de Asamblea de la Civilidad?
-Es otra cosa, pero la verdad es que sí. Se requiere que estén los partidos, los independientes, los dirigentes sociales, cada uno, y con figuras que representan al proyecto de levantar una propuesta y jugarse en la Convención por una nueva Constitución, que supere el neoliberalismo, que perfile una democracia de futuro, que sume los temas del cambio climático, en fin, muchas cosas.

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