Jefe de Inteligencia del Ejército había intercedido para que Nilda Garré no fuese confirmada en el próximo gobierno de Cristina Fernández.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, cesó al jefe de Inteligencia del Ejército, el general Osvaldo Montero, por conspirar contra la ministra de Defensa, Nilda Garré.
El oficial y una fracción de la institución impulsaban el alejamiento de la funcionaria a partir del 10 de diciembre próximo, cuando la primera dama, Cristina Fernández, suceda a su esposo en la jefatura del Estado.
Los portavoces señalaron que el militar mantenía discrepancias ideológicas con Garré, quien en los 70 militó en el ala izquierda del gobernante Partido Justicialista y fue confirmada en el próximo gobierno.
El cese de Montero fue decidido por Garré hace dos semanas, cuando la Secretaría de Inteligencia del Estado (servicio secreto) le avisó que el militar hizo «operaciones políticas» para que la ministra no siguiera en el cargo.
En este sentido, las fuentes indicaron que el jefe militar intentó que el ministro del Interior, Aníbal Fernández, pasara a la cartera de Defensa cuando Cristina Fernández de Kirchner asuma el gobierno.
Kirchner dispuso el cese de Montero este viernes y Clarín cita unas declaraciones en las que Garré se limitó informar de que la medida responde a «razones de mejor servicio» en el Ejército.
Aníbal Fernández, quien se hará cargo del Ministerio de Justicia en el próximo gobierno, negó estar al tanto de la conspiración atribuida a Montero.
El actual ministro del Interior subrayó a la radio bonaerense Continental que «si hay algo que no hace» Kirchner es tolerar «presiones» o «maniobras» para la designación de cargos en el Ejecutivo.
Las designaciones «siempre las ha decidido» el jefe del Estado, remarcó Fernández luego de insistir con que no conoce a Montero.
Nilda Garré, la primera mujer que ocupa la cartera de Defensa en Argentina, ha cesado a dos jefes navales y cinco oficiales del Ejército desde que asumió el cargo, el 1 de diciembre de 2005.
Los jefes navales fueron cesados en marzo de 2006, cuando se descubrió que los servicios secretos de la Marina de Guerra espiaban a dirigentes políticos, mientras que en mayo de ese año se pasó a retiro a los oficiales del Ejército por haber asistido a un acto en el que se criticó el apoyo del gobierno a los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1976-1983).
EFE
