Sustentabilidad
Según un estudio en preparación por la Fundación Aquila, una de las aves que mostró mayor compromiso en su sistema inmune fue el águila imperial ibérica. Su producción de linfocitos B se vio mermada ante su exposición a olas de calor.
El cambio climático incluye a todos, incluso a las aves. Y es que en un estudio – todavía en preparación- de la Fundación Aquila, en colaboración con la Fundación Iberdrola, se investigó el impacto del fenómeno del clima en decenas de aves rapaces que sobrevuelan la península ibérica. Los resultados no son alentadores.
Las principales consecuencias que sufrirían las aves por las olas de calor serían, según el estudio, un sistema inmune comprometido y un forzoso desplazamiento geográfico.
De las especies involucradas en el estudio, es decir, sedentarias y migratorias, las primeras resultaron ser las más afectadas, específicamente el águila imperial ibérica. "Su producción de linfocitos B se viene abajo durante estos episodios de calor", señaló el director científico de la Fundación Aquila, Juan Manuel Blanco, a El País.
La merma en linfocitos B, encargados del reconocimiento de patógenos, fue de un 23,2%. La baja en su producción se mantuvo durante semanas. «Si en este tiempo aparece un virus como el de Nilo occidental, que es concomitante con los periodos más calurosos, es más probable que no tenga defensas para hacerle frente», agregó Blanco.
Las aves rapaces migratorias, por otro lado, experimentaron solo una ligera mengua en la producción de linfocitos. Según el director científico de la Fundación Aquila, esto se puede deber a que “hayan desarrollado una mayor plasticidad inmunológica» por la misma naturaleza migratoria de las especies en cuestión.
En lo que si convergen las aves sedentarias y migratorias es en una afectación a la respuesta inflamatoria local. La hinchazón, mecanismo de defensa del organismo ante cualquier golpe, herida o infección, era más débil en ejemplares expuestos a olas de calor.
Sobre el desplazamiento migratorio bajo el escenario del cambio climático, el científico de la Universidad de Málaga, Raimundo Real, mencionó a El País que «Unas especies la están adelantando mientras otras la retrasan». Real agregó que «En la migración postnupcial, de Europa a África, lo que sucede es que las distancias se están acortando, por lo que vemos cada vez más especies invernar en la península».
En las aves sedentarias se ha percibido la tendencia de una traslación hacia el norte. Incluso hay especies africanas, como el busardo moro, que tienen sus nidos en la mitad sur de España.
Un estudio publicado en la revista Peerj, cuyo objetivo es avizorar la futura distribución geográfica del pelicano peruano, reveló que el ave, bajo un cambio climático “grave”, mudaría de hogar: desde el centro de Chile al sur del país. ¿Por qué? Porque las condiciones climáticas del segundo sector serían similares, en un futuro, a las del primero.
De hecho, en el estudio indican que “se ha informado un aumento en la abundancia de pelícanos a lo largo de la costa del sur de Chile, con observaciones de grandes bandadas que siguen a bancos de peces pelágicos en el mar interior”.
