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Los desafíos para crear emprendimientos más sustentables Sustentabilidad

Los desafíos para crear emprendimientos más sustentables

Hoy, más que nunca se debe ser consciente de la huella de la humanidad en el planeta, por lo que es clave conocer las herramientas que existen al alcance para vivir en armonía con el medio ambiente. Grandes empresas también incorporan iniciativas de sustentabilidad para dar solución a los problemas medioambientales.


Vivimos en tiempos de constante cambio. Uno tremendamente positivo es un cambio de mentalidad en las empresas, donde ya no basta con hacer negocios y generar ganancias a cualquier costo, sino que el respeto al medio ambiente y las comunidades es cada vez más relevante. Surgen los llamados emprendimientos sustentables, donde su foco y diferencial está en entender que la naturaleza y el medio ambiente no son una fuente inagotable de recursos y que, al no cuidarlos, también se pasan a llevar los derechos fundamentales de las comunidades.

Los emprendimientos sustentables son de suma importancia para lentamente ir generando conciencia a nivel local y global sobre la importancia de cuidar el planeta y que la población de verdad realice acciones concretas para promover su cuidado.

Sin embargo, aún hay mucho desconocimiento y mitos que rodean al emprendimiento sustentable: muchas veces se cree que puede costar más la generación de ingresos y la mantención de la empresa, aunque esto se aleja de la realidad. De hecho, diversos expertos aseguran que la creación de estos emprendimientos genera nuevos mercados, nuevas fuentes de ingresos y además le dan un enfoque sostenible a la economía.

Otro punto importante de estos emprendimientos sustentables es que no solo son un gran aporte para el ecosistema, sino que, son indispensables para la comunidad en donde se crean. Tienen un rol social, porque buscan la cohesión entre comunidades y culturas para alcanzar niveles satisfactorios en la calidad de vida. Las mismas personas de la comunidad pueden trabajar en el emprendimiento y presentarle a turistas las atracciones del lugar donde están insertos.

Arístides Benavente, emprendedor, integrante del G100 y fundador de la Fundación Patagonia de Aysén, ve como algo indispensable la creación de este tipo emprendimientos y aconseja a las personas que quieren iniciar en este rubro. “Todas las actividades (emprendimientos) deben estar en armonía con las personas y la naturaleza. Mi consejo es ser muy cuidadosos y respetuosos con los demás y con el entorno, pensar que todos somos parte de lo mismo y si queremos ser sustentables, también tenemos que pensar en los que vendrán después. Un gran propósito ayuda mucho”, explica Benavente.

El emprendimiento sustentable de a poco se va transformando en una realidad en Chile y es fundamental que su crecimiento siga siendo exponencial, para de esta manera lograr consolidar una forma nueva y limpia de crear empresas y negocios en la que se cuide el ecosistema. Que se mantenga esta tendencia que genera beneficios para todos los implicados.

Por ello, la evolución debe estar ligada a los cambios estructurales de un país, Chile ha logrado generar instancias legales que obligan al avance medioambiental en las organizaciones. Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), certificaciones ISO o Empresas B son algunas de ellas, esta permiten realizar un seguimiento y cumpliemento adecuado de las políticas internas de las empresas. 

“Es importante, sobre todo en startups jóvenes, que los compromiso con el ecosistema sean no solo económicos, saber que las acciones que uno hace como empresa afecta a las materias primeras, encarece los servicios y perjudica nuestra propia subsistencia”, señala Francisco Leitao, Cofundador de LOMI, startup con pilares en la sustentabilidad y comercio local. 

En ese sentido, los expertos mencionan algunos  aspectos básicos a considerar para comenzar con la economía circular, utilización de energías renovables, recuperación de recursos, extensión del ciclo de los productos e intercambios entre usuarios.

“Es importante tener en cuenta que cada organización debe llevarlo a su forma de trabajo, sin embargo, la idea es la misma, mantener, reutilizar e impactar en el proceso completo y limitar al máximo las externalidades negativas que podamos producir. Mejorar reciclaje, menos utilización de elementos contaminantes y educación por sobre todo”, cierra Leitao. 

Empaque Sustentable

Con el impacto de la nueva ley de plásticos de un solo uso, Empaque Sustentable, startup que se encuentra entre los líderes en oferta de ecopackaging, ha crecido un 400% respecto al primer trimestre del 2021 logrando eliminar +250 toneladas de plástico de uso único en Chile. Hoy se encuentran en su primera ronda de inversión, enfocados en aumentar su capacidad productiva para satisfacer la creciente demanda local en Chile. En paralelo ya comienzan a preparar la expansión en Latinoamérica para 2023 y proveer soluciones sustentables al continente. 

Empaque Sustentable se crea el año 2019 con el propósito de cuidar el medioambiente a partir del diseño y desarrollo de packaging compostable fabricado únicamente de materias primas renovables. Enfocándose en un inicio en el servicio de delivery, hoy se posicionan también en la industria de alimentos y el retail de consumo masivo. De esta manera, considerando también el impacto de la ley de plásticos y los efectos positivos que surgieron a partir de la cuarentena, esta startup de impacto ha logrado generar altas expectativas, convirtiéndose en una empresa líder en su área.

Respecto a su modelo de negocio, ayudan a las empresas a cumplir con sus objetivos de sustentabilidad (ESG) y eliminar la basura plástica de su negocio creando consumo responsable. A través del servicio de transformación de su cadena de abastecimiento de packaging logran eliminar la basura plástica del consumo de las marcas al crear envases biodegradables hechos de plantas que pueden degradarse para ser reutilizados en un siguiente ciclo productivo.

Gracias a este modelo, han conseguido un crecimiento acelerado de sus ventas, con una venta total en el 2021 de US$600.0000 y al 1er trimestre del 2022 ya en los U$400.000 de facturación en Chile. 

Este proyecto comenzó con una inversión inicial de 20 millones (CLP), en la cual de momento aún no han tenido aumentos de capital, por lo que su labor ha traído un impacto positivo. De hecho, hoy se encuentran en su primera ronda de inversión, levantando US$300.000 y facturando más de cien millones al mes (CLP). Siguiendo este ritmo, esperan que a fin de año esta cifra crezca a los 150 millones al mes (CLP).

Al mismo tiempo, dentro de los próximos lanzamientos 2022 es lanzar una línea de productos para frutas y verduras que se exhiban en góndolas de supermercados, pensando en el mundo agrícola. Por su parte, se busca expandir en el mercado del mundo del consumo masivo, presentando soluciones de empaques para elementos como artículos electrónicos, de belleza y de moda, llegando al canal retail y consumo masivo

Grandes empresas también suman iniciativas sustentables

En este escenario, cada vez el concepto de valorizar los residuos e implementar una economía circular se ha hecho más relevante. La valorización consiste en aprovechar un producto al máximo, a través de procesos de reciclado, reutilización o recuperación, dándoles un nuevo valor. Por su parte, la economía circular hace referencia a un sistema de aprovechamiento de recursos donde la reducción de los elementos es central, reemplazando el ciclo tradicional de fabricación, utilización y disposición.

En los últimos años, empresas y entes estatales han puesto sus esfuerzos en impulsar nuevos instrumentos de gestión ambiental que faciliten la reutilización de los desechos, o bien reducirlos lo máximo posible. Los residuos que se trasladan a destinos no autorizados tienen un fuerte impacto en la contaminación, la que ha ido creciendo con los años.

“Por lo tanto, ha habido una reflexión muy fuerte de parte de todos los actores respecto a que se viabilice el uso de aquellos materiales y sustancias que son desechadas y que podrían volver a utilizarse”, explica Jorge Cáceres, director del Centro de Medio Ambiente y Energía Sofofa. Acorde a estimaciones realizadas por el gremio, anualmente se generan cerca de 14 millones de toneladas de residuos a escala industrial y minera en el país.

El reciclaje también es un tema que cada año ocupa un lugar importante no solo en la vida de las personas, además, mantiene a las empresas atentas a incorporar iniciativas de sustentabilidad o a innovar para dar solución a los problemas que el manejo de desechos genera.

Según la ONU, Latinoamérica solo recupera adecuadamente el 3% de este tipo de desechos, una realidad terrible si además consideramos que Chile es el mayor productor de basura electrónica por persona en la región, según un Informe del mismo organismo sobre Gestión de Residuos.

Es por eso que la empresa de telecomunicaciones WOM -junto a Sodimac y Triciclos- lidera desde hace varios años una iniciativa de reciclaje electrónico que pretende ser un aporte a esta realidad nacional, a través de la Red Nacional de Puntos Limpios para residuos electrónicos. Gracias a esta iniciativa, tanto en los 19 puntos Limpios de Sodimac -ubicados en diversas regiones del país- desde que se inició este programa en 2019 a la fecha, se han logrado recolectar más de 20 toneladas de este tipo de material en desuso.

«Cuando comenzamos este proyecto en 2019 logramos recaudar 2.2 toneladas. En 2021 recaudamos un 284% más llegando a las 8.5 toneladas. Esto nos demuestra que la disposición de las compañías es sumamente relevante porque generan cambios en las conductas. Estamos orgullosos del cambio y por eso, este año pensamos alcanzar las 10 toneladas de reciclaje electrónico, a lo largo de todo Chile”, comenta Catalina Achermann, VP Asuntos Corporativos y Sustentabilidad en WOM.

Hacia una economía circular

El mundo experimenta un cambio de paradigma en varios aspectos de la vida, lo que ha modificando aspectos básicos del consumo cotidiano. Tanto así, que según el estudio “¿Chilenos post crisis? caminando a la normalidad”, liderado por Activa,  indicó que el 75% de los entrevistados está consciente de las decisiones de consumo y un 60% realizó un cambió de los productos que compraba antes de la crisis.

Datos que representan no solo el nuevo perfil de consumidor post pandemia, , sino que un llamado de atención a las diferentes organizaciones. “El concepto de economía circular en el caso chileno, se refiere a lo que está contemplado por la ley 20.920, que busca generar algunas condiciones para la gestión de residuos,  responsabilizando a las personas, partiendo por las organizaciones más complejas. Es un proceso natural, pero cada vez el sistema económico será más circular, con lo que se entiende este concepto y se debe priorizar”, señala Héctor Osorio, economista de PKF.

La evolución instrumental y la normativa asociada a la gestión de residuos ha ido evolucionando desde una dimensión principalmente sanitaria, que buscó a mediados del siglo pasado, el procurar que la disposición o eliminación se hiciera de manera controlada, hasta la ley REP, que promueve la disminución en la generación de residuos y fomenta el reciclaje de aquellos denominados como “residuos de productos prioritarios”, que incluyen: aparatos eléctricos, pilas, envases y embalajes, diarios y revistas, neumáticos, baterías, aceites y lubricantes.

“Esa ley establece toda una regulación en que aquellos que ponen estos productos en el mercado tienen la obligatoriedad de generar un sistema de gestión que se haga cargo de recoger los residuos y reinsertarlos en la economía, de manera de reducir la cantidad de residuos que van a parar a sitios de disposición final como los rellenos sanitarios”, dice Cáceres.

El ejecutivo considera que la Ley REP es un gran paso en la dirección del fomento al reciclaje y al reúso. Asimismo, señala que la Hoja de Ruta para la Economía Circular, permitió sentar las bases para ir más allá ya que se requiere un relevante esfuerzo de modernización regulatoria, como por ejemplo, en todo lo concerniente a la valorización de residuos industriales y mineros.

En efecto, el código sanitario vigente ha cumplido con el objetivo de que materiales categorizados como residuos no terminen en cualquier parte sino en sitios debidamente autorizados. Pero ese enfoque, que viene de mediados del siglo pasado, debe dar paso a un nuevo enfoque, que permita que materiales o sustancias con factibilidad y aptitud técnica para el uso, sean reincorporados de manera expedita a la economía, tal como se observa en países desarrollados.

Por este motivo, la Sofofa levantó un Comité de Economía Circular, integrado por empresas de diversos rubros asociados al sector industrial, con el objetivo de trabajar en conjunto para llevar adelante una propuesta de nuevos instrumentos habilitantes de la valorización, que permita por ejemplo, tipificar como productos secundarios o subproductos industriales y mineros a una cantidad de más de 8 millones de toneladas de materiales y sustancias con aptitud técnica de sustitución de materias primas de origen natural, con todos los beneficios que ello implica, no sólo en términos de productividad sino también de reducción de gases de efecto invernadero.

Jorge Cáceres destaca la favorable acogida que el trabajo del Comité ha tenido en las autoridades, de manera que ha conducido a convenios de colaboración, cuya agenda de implementación se está delineando con el nuevo gobierno, tras el ambicioso objetivo trazado.

Sodexo es una de las empresas que forma parte de este Comité, prestando apoyo en la realización de estudios técnicos que permitan avanzar hacia la propuesta. Hoy en día, la empresa presta apoyo a sus clientes a través de un servicio de gestión de residuos, el cual, explica la Jefa de Sostenibilidad  de Sodexo, Carolina Bustos, tiene costos bastante elevados.

“La normativa vigente en Chile para los fines expuestos tiene un enfoque principalmente sanitario, y la gestión de los residuos se aborda entonces desde esa dirección en vez de hacerlo desde una aproximación más centrada en el reúso. Entonces, en el Comité nos hemos propuesto generar antecedentes de alto valor que permitan, junto con el Ministerio del Medio Ambiente, poder llegar a un punto en el que sea más económico tratar los residuos y darles un uso que llevarlos a un vertedero”, explica.

En específico, la empresa cuenta con dos servicios: la gestión de residuos integral, que apunta al zero waste, y la gestión de productos orgánicos, derivados de los alimentos. “Lo que no podemos disminuir de comida lo gestionamos, porque el residuo orgánico en vertedero genera gas metano, que es el gas de efecto invernadero más acelerante para el calentamiento global”, dice Bustos.

Por ello, Cáceres enfatiza que para materializar el concepto de economía circular es necesario realizar un esfuerzo público-privado. “Hemos visto en países desarrollados un esfuerzo de colaboración muy fructífero, en que el sector privado levanta información de alto grado de especificidad en lo que respecta a la tipología de procesos y las oportunidades de valorización, mientras que el sector público, haciendo uso de esa información, implementa normativa y otros instrumentos de incentivo que la viabilizan”.

En este marco, la colaboración organizada por la Sofofa finalmente busca desarrollar estudios y proyectos piloto de carácter demostrativo, que faciliten al sector público abordar el diseño y puesta en marcha del desarrollo instrumental habilitante que es tan necesario.

“Nuestro compromiso en el Comité de Economía Circular es tomar el liderazgo en la provisión de insumos al Ministerio del Medio Ambiente y a todos los actores públicos involucrados, para que puedan poner en marcha instrumentos de corto, mediano y largo plazo que permitan no solo plasmar el concepto de economía circular en el país, sino que alcanzar todos los beneficios en sustentabilidad que ello se asocian. Esa es el gran objetivo de nuestra participación”, concluye Carolina Bustos

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