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Trabajadores de la ciencia y tecnología en la cuerda floja: la necesidad de repensar políticas públicas ante la histórica fuga de cerebros Sociedad

Trabajadores de la ciencia y tecnología en la cuerda floja: la necesidad de repensar políticas públicas ante la histórica fuga de cerebros

Fuga de cerebros, talentos o migración altamente cualificada (MAC) es el concepto que refiere a trabajadores y trabajadoras de la ciencia y la investigación que se van a otro país en busca de mejores oportunidades en su área de trabajo. Un problema que afecta históricamente a Chile y sobre todo a quienes desean poner a disposición lo estudiado al servicio del desarrollo nacional y encuentran trabas para hacerlo. Acusan centralización de becas de posgrado, “élite” científica-investigadora, necesidad de políticas de inserción laboral, precariedad y falta de inversión en personal calificado.


Un profesor que venía de Francia invitó a Carolina Trichet a formar parte de un laboratorio, una estudiante de física que llegó a la carrera motivada en responder esos miles de porqués que se le presentaban a diario, los volcanes, siempre fueron su gran pasión. “Carolina, ándate: aquí no vas a ser nada”, le dijo el docente en una de sus charlas. Y eso hizo.

Como no le interesaba estudiar la mecánica cuántica ni la física teórica, que es lo que Chile le ofrecía trabajar en un espacio que catalogó como “de nicho y cerrado”, la oriunda de Temuco se fue donde pensó encontrar mejores oportunidades, aún sin saber manejar el idioma: Suecia.

“Nunca postulé a becas de Chile porque los procesos son muy engorrosos y como mujer que no me sentía segura, me sucedió el Síndrome del Impostor, dudaba de mis condiciones”, señaló la físico. Sin ser una enfermedad reconocida, este fenómeno es común entre mujeres llamadas “exitosas”, es decir, aquellas que logran sus objetivos de vida, sobre todo profesionales. Dudan de sí, de sus capacidades. Luego de una estadía en Suecia, Carolina Trichet se graduó de Máster en Materiales en Alemania.

Hasta hoy vivió en diferentes ciudades alemanas, donde desarrolló productos con el uso de la nanotecnología. Pese a manejar más de dos idiomas y contar con experiencia en investigación, hace unos años le ofrecieron volver a Chile para armar un laboratorio.

“Me ofrecieron una especie de cargo pero sin contrato porque al no ser doctora (porque la maternidad me dificultó continuar los estudios) me dijeron que podían darme una beca de honorarios por 200 mil pesos mensuales”, detalló Trichet, dando cuenta de retribuciones comunes en investigadores, que no alcanzan siquiera el sueldo mínimo.

“Los proyectos y becas se los gana la élite científica, el medio es muy pequeño… hay apenas unos tres o cuatro lugares para trabajar en todo Chile y sólo se pueden investigar ciertos temas”, destacó. Por esta situación no sabe si quiere volver ya que, según comentó, en el mundo científico hay “vacas sagradas” que acaparan los pocos dineros que invierte el país en el desarrollo de ciencia, tecnología, conocimiento e innovación.

“Acá (en Alemania) puedes dedicarte a la ciencia propiamente o la industria, hay muchos espacios para desempeñarse. La física es un concepto con un universo por debajo, podemos estar en todos los lugares, pero en Chile casi no hay espacios”.

Para la Asociación Nacional de Investigadores de Posgrado (ANIP), el problema reside en que “la política actual no garantiza una real inserción, ya sea para quienes realizan posgrados nacionales o con Becas Chile” lo cual ven “con preocupación” ya que una gran cantidad de profesionales altamente calificados “no tienen espacio ni financiamiento para poder desarrollar sus investigaciones”.

La Asociación de Investigadoras/es en Postgrado (ANIP) nació en 2008 fruto de la necesidad de buscar soluciones a una serie de problemáticas que presentan las y los investigadores en posgrado a lo largo del país y en el extranjero. Durante estos más de 10 años de trabajo, formó parte de diversas mesas de negociaciones con el fin de lograr mejoras en las becas que otorga el país a sus investigadoras e investigadores en formación.

Es en las becas en las que se presentan los primeros obstáculos del desarrollo profesional de científicos/as e investigadores.

Becas: entre el centralismo y la mirada al norte del globo

Betzabeth Marin Nanco es otra chilena residente en el extranjero. Estudió historia y trabajo social en Chile y siempre quiso viajar al extranjero, según contó. “Seguir estudiando, compartir con otras culturas y aprender en otro sistema de enseñanza” era su idea, tenía sus ojos puestos en México o Brasil, dos grandes centros de estudio en América Latina a los cuales no pudo optar.

“Las becas dejan fuera a otros países latinoamericanos de muy buena calidad porque están fuera de rankings elaborados por países del norte que posicionan a los países del norte”, reveló la actual doctoranda en sociología que vive en Barcelona. Marin obtuvo las Becas Chile, que le permitieron estudiar primero un Master en Política Social, Trabajo y Bienestar, y en la actualidad sostienen su doctorado.

Hasta el año pasado, la profesional tenía la intención de volver a Chile inmediatamente luego de culminar sus estudios. Pero en el último tiempo, según ha podido averiguar “el campo para recibir a doctores está siendo cada vez más escaso”, dijo y añadió que las condiciones al volver “pueden ser desoladoras”, razones que la llevaron a pensar en poder quedarse más tiempo conforme la beca la autoriza.

“Hay personas que deciden volver a Chile porque no consiguen trabajo afuera, otras tienen la vocación de querer retribuir volviendo a Chile aún enfrentándose a la incertidumbre que eso significa, y también está la gente que no quiere volver. En todos los casos es importante contar con una buena política de inversión en capital humano avanzado para fortalecer el vínculo de los que salen de Chile, necesitamos también políticas de reincorporación al mercado laboral ”.

La necesidad de avanzar hacia transformaciones descentralizadas

Los decretos 335 y 664 rigen a becas nacionales y becas Chile respectivamente, destinadas a invertir en capital humano para el desarrollo de la Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI). En agosto de 2021, nueve organizaciones de investigadores presentaron una propuesta de Modificación Decretos Beca ANID y Becas Chile en la cual se expusieron ideas en respuesta a problemáticas compartidas por las y los becarios.

Uno de los problemas que antecede a la aplicación de las becas, no mencionado en la propuesta pero sí por la ANIP, es que “el sistema es altamente competitivo” y eso se refleja en que “seleccionan a aquellos con capacidades de postulación por sobre quienes no se adjudican becas”, siendo estos últimos dependientes de becas “muy bajas” que entregan las propias universidades, o bien con financiamiento personal.

Por otro lado, explicaron desde la asociación que “hay universidades con mayor adjudicación que otras” y la mayoría “se concentran en la región Metropolitana o provenientes desde el extranjero, desplazando a un tercer lugar a aquellas personas provenientes de otras regiones del país”. Asimismo, al momento de la postulación, los lugares de destino de Becas Chile se concentran en países como Reino Unido, España, y Estados Unidos, ignorando países latinoamericanos destacados a nivel mundial como México y Brasil.

Los decretos mencionados no contemplan situaciones eventuales de retrasos como pandemia o catástrofes naturales y eso generó un problema en becarios y becarias, sobre todo en el desarrollo de sus investigaciones.

Betzabeth Marin se encontraba haciendo trabajo de campo en Chile cuando llegó la pandemia, lo cual le impidió desarrollar la investigación y en su caso, la universidad le extendió el plazo de la duración de los programas de estudio. En gran parte de los casos, se produjo una suerte de estancamiento de las becas.

“Si las y los becarios presentan problemas de avances en sus trabajos de investigación o de campo, no tienen coberturas económicas extraordinarias que vayan en apoyo para que puedan terminar de buena forma sus trabajos”, sostuvieron desde ANIP. “Por eso desde las organizaciones de investigadores impulsamos modificaciones a esos decretos”.

Según afirmaron desde ANIP, las autoridades de gobierno del expresidente Sebastian Piñera y del exministro, Andrés Couve, no quisieron impulsar estas modificaciones calificadas como “muy necesarias” por las agrupaciones. En tanto las nuevas autoridades del ministerio encabezadas por el ministro Flavio Salazar, se comprometieron a formar una mesa de trabajo con las organizaciones para evaluar estas modificaciones.

“Hay cientos de investigadoras e investigadores tanto en Chile como en el extranjero que producto de la pandemia vieron retrasados sus trabajos en más de un año debido a cuarentenas y cierres de universidades, viéndose tremendamente afectadas y afectados en sus financiamientos. Quienes se encuentran en el extranjero pueden ser deportados si no reciben el apoyo económico necesario para terminar sus estudios, y muchos de quienes se encuentran en Chile abandonaron sus investigaciones ya que requieren buscar otras formas de financiar sus necesidades básicas para vivir”.

Investigar es trabajar: entre la precarización y contribuir al desarrollo del país

Seguir el camino de la investigación es una opción que no muchos profesionales toman. Ya sea por la falta de estímulo en el grado como por la falta de interés personal, son pocos y pocas quienes deciden desarrollarse en este campo.

Desde ANIP, consideran importante destacar la dimensión humana que involucra seguir esta carrera que destacan como “un desafío apasionante, lleno de sacrificios personales y familiares” sobre todo en mujeres investigadoras “que pagan los costos de un sistema que no considera la igualdad de género”, subrayaron.

“Hay miles de jóvenes con la ilusión de servir a su país desde sus diversas disciplinas y eso los motiva a decidir este camino. Pero en Chile las políticas públicas de formación de investigadores no han ido de la mano con la evolución del sistema y muchos de ellos abandonan el camino con una tremenda frustración ante la falta de oportunidades, o se van a otros países donde sienten que pueden hacer un mayor aporte a la sociedad”.

Para la ANIP, el sistema de Becas Chile, pensado en un inicio para que quienes salían del país pudieran volver y retribuir de forma efectiva al sistema CTCI nacional, evidencia la necesidad de repensar el sistema a nivel integral. En la actualidad la retribución obliga a muchos a retornar sin tener una fuente laboral en investigación donde realizar dicha retribución, incluso dejando sus puestos de trabajo en el extranjero.

En el último año, organizaciones de trabajadores y trabajadoras de la ciencia e investigación se hicieron parte del debate de la nueva Constitución y redactaron un artículo que buscaba velar por sus derechos y le faltaron tres votos para ser aprobado. Al mismo tiempo, la entrada del nuevo gobierno les permitió impulsar junto con las autoridades del Ministerio de Ciencias Tecnología, Conocimiento e Innovación, un estatuto laboral que resguarde los derechos de las y los trabajadores que realizan investigación en el país.

“Somos miles de jóvenes deseosos de contribuir al progreso del país que no podemos hacerlo desde la investigación en nuestros campos. Por ello, es urgente repensar nuestras políticas en CTCI a todo nivel, esta es la gran misión para las nuevas autoridades, las que esperamos incorporen a todos los sectores con sus ideas y sobre todo con sus experiencias para buscar soluciones en forma conjunta, sólo así el Estado dejará de tener en el abandono a sus investigadores e investigadoras”, cerraron desde ANIP.

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