Salud
Esta patología se caracteriza por la pérdida involuntaria de orina y uno de sus tipos más frecuentes es la incontinencia urinaria por esfuerzo, que según experto, “afectará al 80% de las mujeres en algún momento de sus vidas”.
Cada año, el 14 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Incontinencia Urinaria, una fecha destinada a concientizar sobre este trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo, y en especial, a las mujeres. La iniciativa busca informar sobre los síntomas, riesgos y tratamientos disponibles para abordar esta condición que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen.
La incontinencia urinaria puede manifestarse a través de diversos síntomas, existiendo diferentes tipos de esta afección, entre las que se encuentran la incontinencia urinaria por esfuerzo que se produce durante actividades físicas que ejercen presión sobre la vejiga, como toser, estornudar o levantar objetos pesados. Por otro lado, la incontinencia urinaria por urgencia se caracteriza por la necesidad repentina y fuerte de orinar, difícil de controlar, y puede provocar pérdidas de orina antes de llegar al baño. Y, finalmente, la incontinencia urinaria combinada que es, como lo dice su nombre, una mezcla de ambos tipos.
Según Jack Pardo, ginecólogo especialista en uroginecología y director de Clínica Ginestética, “la incontinencia urinaria por esfuerzo es una realidad común y significativa para muchas mujeres, considerando que el 80% de las mujeres tendrá esta condición en algún momento de sus vidas”.
El Dr. Pardo enfatiza la importancia de buscar ayuda médica y destaca que existen opciones de tratamiento y estrategias efectivas para manejarla, sin necesidad de un procedimiento invasivo.
Para corregir este padecimiento, existen diferentes tipos de intervenciones, como la cirugía correctiva, sin embargo, todo va a depender de la gravedad de la incontinencia.
En este contexto, la tecnología de hoy permite corregirla en los casos leves y moderados de manera ambulatoria e indolora. Dos alternativas son:
Silla Emsella: Aprobada por la FDA, esta silla utiliza tecnología electromagnética focalizada de alta intensidad para fortalecer los músculos del suelo pélvico. Durante sesiones de 30 minutos, la paciente se debe sentar en la silla para experimentar alrededor de 11.000 contracciones supramáximas que trabajan los músculos de la pelvis, fortaleciendo la zona.
Láser Diva: Esta tecnología utiliza luz láser ginecológica para aumentar la síntesis de colágeno, contrayendo el tejido de la mucosa vaginal y reduciendo el diámetro de la vagina. Esto refuerza la pared vaginal anterior y mejora los síntomas de la incontinencia urinaria, además de prevenir el prolapso genital.
Es importante destacar que esta afección puede ser causada por múltiples factores, incluyendo el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico debido al embarazo, parto, cambios hormonales o envejecimiento, por ejemplo.
También puede suceder que algunas cirugías pélvicas, como la cirugía ginecológica en mujeres, podría dañar los músculos o los nervios que controlan la función de la vejiga, y una causa no menos importante es la obesidad, una causa frecuente, ya que el exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre la vejiga y los músculos del suelo pélvico.
En cuanto a los tratamientos para la incontinencia urinaria, éstos pueden variar según la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. Pardo destaca que “es importante que las mujeres busquen la orientación de un profesional de la salud, como un ginecólogo especialista en uroginecología, para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado”.
