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Mila González, una referente del collage chileno y latinoamericano que creó un semillero de artistas BRAGA

Mila González, una referente del collage chileno y latinoamericano que creó un semillero de artistas

Camila Gónzalez Pizarro nació en Santiago y se crió entre las montañas de la árida ciudad de Copiapó junto a sus abuelos, de quienes heredó su perspicacia artística. Diseñadora de profesión, se inició en el collage cuando aún era una técnica incipiente en Chile. Alejada de la academia universitaria, se convirtió en su cobijo, que luego llevó consigo a distintas partes del mundo para más tarde erigir, junto a otros y otras colegas, un semillero nacional de artistas: Collage Chile. Esta es su historia.


En la falda de un cerro que contrastaba con el celeste fuerte del cielo del norte vivió su infancia y adolescencia Camila González Pizarro (37). Criada por su abuelo, músico tumbador que formó parte de la Sonora Santa Cecilia de Coquimbo; y su abuela, modista, creció en un ambiente rodeada de música y revista de modas, moldes de cartón, telas, hilos. Junto a sus primas subían un arenal donde, con solo girar la cabeza tenuemente, de un lado a otro, distinguían toda la pequeña ciudad de Copiapó, desde sus vetustos pimientos hasta los vestigios de la arquitectura colonial típica de algunos edificios. 

“Alucinaba con las diferentes formas de las piedras”, aseveró. “Aprendí mucho de ella [abuela], no de corte y confección como tal sino de composición, que estuvo siempre presente, del proceso también, del quehacer con las manos y la creatividad”, agregó Mila González

Fruto de la compenetración de esos artes diarios erigió su propia filosofía artística: “no hay necesidad de separar aguas, el arte puede convivir con el cotidiano (…) curiosamente el collage es un ejemplo de aquello”. En suma, el paisaje de Atacama y “la magia” de la infancia junto a sus abuelos fueron su fuente de inspiración, germen de todo lo que sucedería después. 

De una pasión personal a una pasión colectiva

Una vez egresada del colegio se trasladó a la ciudad de La Serena, donde estudió Diseño con mención en Comunicación y Licenciatura en Artes en la Universidad de La Serena (ULS). Como en esos años, aún incipiente, el collage permanecía como una “una técnica alejada de los estándares académicos”, eso le atrajo aún más “porque lo mantenía en una atmósfera más honesta”, estimó. 

“Y así fue como lo compartí con mis amistades y el mundo”, contó. En 2015 hizo su primera exposición individual en el Centro Cultural Atacama, uno de los pocos espacios artísticos que por entonces tenía la capital regional. De allí en adelante, más de una veintena de exposiciones, talleres, ferias y conversatorios en distintos puntos de Chile y el mundo, la llevaron a mostrar sus creaciones y conocer otras y otros artistas que encontraron en el collage una manifestación artística y política.  

 

“Creo que ese es mi mayor logro, seguir compartiéndolo de esa manera porque genera lazos de profundo diálogo humano y artístico, conserva la sensibilidad y promueve la reflexión (…) ese es el camino del movimiento que ha hecho que conozca a personas increíbles y que haya participado con mi trabajo en espacios expositivos con la misma convicción”, relató. 

Como referente del collage latinoamericano, estuvo también en Perú, Grecia y Estados Unidos en distintas instancias en las que conoció a otras y otros de sus colegas. El intercambio de experiencias y redes sociales fue tejiendo, poco a poco, una inmensa red que en 2019 se transformó en una “contra plataforma de difusión del arte collage en Chile”: Collage Chile.

 

 

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Desde allí, las y los artistas publican y comparten sus trabajos en pos de la democratización de los espacios públicos digitales y la visibilización de temáticas que forman parte de la identidad territorial. ¿Las mujeres? Grandes protagonistas. Tijeras encantadas; Recortadas, Collagísticas, Entre collage y capuchas son algunas de las redes locales de mujeres collagistas. 

“En el arte, en general, las mujeres hemos sido invisibilizadas. De hecho el mayor sentimiento que tuve al ser un poquito más visible fue la soledad de preguntarme dónde están las demás (…) Entiendo que existen valiosas artistas que han hecho collage a lo largo de la historia de nuestro país, pero mi inquietud era mirar hacia las contemporáneas, y las redes sociales tomaron bastante protagonismo, me sirvieron para contactar y conectar a las personas que hacían collage en todo Chile a través de Collage Chile”, señaló. 

Todo apuntaba hacia la colectividad y Collage Chile se instaló como un canal de difusión artística que cuenta incluso con manifiestos ya que, para las y los artistas el collage “es mucho más que cortar y pegar” y ello lo reconocen no sólo quienes lo practican, sino incluso fuera de Chile. 

Reconocimiento al trabajo de Collage Chile en contexto de Estallido Social | The Conversation

Mi aspiración, en lo personal, es seguir promoviendo el desarrollo del collage como una técnica que genera vínculos humanos, que abre puertas”, reflexionó Mila González. “En cuanto a Collage Chile, que tiene presencia y representatividad en la virtualidad, me gustaría organizar actividades presenciales en espacios públicos”, añadió. 

¿Un sueño? Realizar un festival que reuna a las y los artistas del collage chileno en un mismo espacio. 

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