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Primer estudio nacional sobre personas que cuidan: trabajan entre 17 y 18 horas diarias BRAGA

Primer estudio nacional sobre personas que cuidan: trabajan entre 17 y 18 horas diarias

16.8 horas diarias en promedio dedican las personas cuidadoras informales: el 1° estudio a nivel nacional, realizado por el Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado, investigó a las personas cuidadoras tanto formales como informales (familiares, amigos, vecinos). La mayoría son mujeres.


Las personas cuidadoras son, en su mayoría, mujeres de mediana edad, entre 40 y 59 años, aunque hay una presencia significativa de personas mayores cuidando a otra persona mayor (PM)-un 37%- y las personas cuidadoras informales este grupo etario dedican 16,8 horas diarias en promedio al cuidado, que se incrementan a mayor severidad de la dependencia.

Estos y otros datos se obtuvieron del primer estudio a nivel nacional sobre personas cuidadoras tanto formales como informales (familiares, amigos, vecinos), realizado por el Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE), centro de excelencia de investigación, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), y que tuvo como objetivo el evidenciar el impacto negativo y positivo que tiene el trabajo de cuidado en estos grupos, con un profundo reconocimiento de lo territorial.

El 44% de las personas cuidadoras de instituciones que atienden a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo (DID), el 34% de las personas cuidadoras de Establecimientos de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM), el 23% de las personas cuidadoras de personas mayores en situación de dependencia (PMD) y el 17% de las personas cuidadoras de persona con DID reportan haber sufrido problemas de salud física y/o psicológica producto del trabajo.

De acuerdo con el estudio, el cuidado y acompañamiento que estas personas realizan es intensivo, con entre 17 y 18 horas diarias.

¿Qué dice la investigación sobre su nivel de satisfacción y su salud física y mental?

Las personas dedicadas al cuidado de personas mayores, así como de personas en situación de discapacidad mantienen un nivel de satisfacción alto con respecto a su trabajo, lo que muestra la dualidad entre la carga intensa del empleo realizado y la satisfacción que éste pueda generar.

Si bien las personas cuidadoras, informales y formales, de personas mayores en situación de dependencia y de personas con discapacidad intelectual y del neurodesarrollo (DID) reportan problemas de salud física y/o psicológica producto de su trabajo, un porcentaje importante de las personas que cuidan se declaran satisfechas con sus vidas y con su trabajo.

Según el estudio, el 44% de las personas cuidadoras de instituciones DID reportan haber sufrido problemas de salud física y/o psicológica producto del trabajo, un 34% para las personas cuidadoras de ELEAM, un 23% para las personas cuidadoras de Personas Mayores en situación de Dependencia (PMD), y un 17% para las personas cuidadoras de persona con DID.

Además, el burnout relacionado con el trabajo con residentes es el de mayor prevalencia en sus niveles moderado, alto o severo (46%), seguido de Burnout personal (31%) y relacionado con el trabajo (26%). El burnout relacionado con la atención a residentes tiende a aumentar conforme aumenta la trayectoria laboral de las personas cuidadoras, llegando a un 54% de quienes cuidan hace más de 5 años. Respecto a la sobrecarga de las personas cuidadoras informales, 2 de cada 5 personas que cuidan a una PMD reportan niveles de sobrecarga intensa. Para el caso de quienes cuidan o acompañan a una persona con DID, esta cifra también es de 2 de cada 5.

Si bien los datos expresados anteriormente declaran una población altamente desgastada física y mentalmente, al preguntarles por su relación y satisfacción con la vida y el trabajo, los aspectos positivos se hacen presente. El Estudio detalla que las personas cuidadoras formales en contextos institucionales, sea en ELEAM o DID se sienten satisfechas o totalmente satisfechas con su trabajo actual (87%), y sólo un 6% de quienes fueron encuestados reportan sentirse insatisfechos/as o muy insatisfechos/as con su trabajo. Además, un 83% de las personas cuidadoras formales reportan sentirse satisfecho/a o muy satisfecho/a con su vida, y sólo un 17% declara sentirse poco satisfecho/a o insatisfecho/a.

Para el caso de las personas cuidadoras informales, el 68% de las personas cuidadoras de PMD declaran sentirse muy o satisfechas con su vida, y sólo 10% declara sentirse insatisfecho/a, y para quienes cuidan a una persona con DID, el 73% declara sentirse muy o satisfechos/as con su vida y un 5% declara sentirse insatisfecho/a.

“Hoy en día se está discutiendo y trabajando en los lineamientos de lo que será el Sistema Integral de Cuidados en nuestro país. En este contexto, es fundamental contar con suficiente evidencia que permita caracterizar adecuadamente a las personas cuidadoras y al trabajo de cuidado. El cuidado es un trabajo complejo, que involucra a muchos actores, y que tiene importantes consecuencias en quienes lo ejercen, así como quienes son receptores de estos apoyos; por tanto, poder dar cuenta de sus alcances es vital con miras a elaborar políticas públicas idóneas”, expresa María Beatriz Fernández, investigadora principal del Estudio, investigadora asociada de MICARE y académica del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Jornada de trabajo v/s jornada de cuidado

Las personas cuidadoras institucionales declaran la jornada completa como el tipo de jornada más reportada. Para el caso de ELEAM, el 18% reporta mantener una jornada prolongada en la institución, especialmente, declarando turnos de 24 horas con dos días libres posteriores. El 74% de las personas cuidadoras de ELEAM reportan ser un trabajador dependiente con contrato, a diferencia del 86% de las personas cuidadoras de instituciones DID. Cerca de 1 de cada 10 personas cuidadoras reportan ser trabajadores independientes.

Por su parte, las personas cuidadoras informales de PM reportan dedicar 16,8 horas diarias en promedio al cuidado, las que se incrementan a mayor severidad de la dependencia. Por ejemplo, quienes cuidan a una PM no dependiente reportan cuidar por 9,9 horas diarias, mientras que quienes cuidan a una PM con dependencia severa reportan utilizar 18,7 horas diarias para las labores de cuidado. Para el caso de personas cuidadoras de una persona con DID, el promedio diario reportado es de 18,3 horas. La dedicación diaria al trabajo de cuidado disminuye marginalmente con la edad de la persona con DID, pasando de 21,4 horas diarias para menores de 3 años, a 17,8 horas diarias para el caso de personas mayores de 18 años.

El 64% de las personas cuidadoras de PMD se encuentran inactivas laboralmente, el 29% se encuentra activo laboralmente, y un 11% estudia y/o estudia y trabaja. El 57% de las personas cuidadoras de una persona con DID se encuentran inactivas laboralmente, mientras que el 34% se encuentra trabajando remuneradamente. Solo 3% de las personas cuidadoras de PMD y 2% de las personas cuidadores de una persona con DID declaran recibir ingresos.

Quiénes cuidan de manera informal v/s responsabilidad del cuidado

Las personas cuidadoras son, en su mayoría, mujeres de mediana edad, entre 40 y 59 años, aunque hay una presencia significativa de personas mayores cuidando a otra PM (un 37%). Para quienes cuidan a una PM, generalmente, son hijas, mientras que quienes cuidan a una persona con discapacidad, son las madres. En este último caso, más del 70% cuida/acompaña desde el nacimiento de la persona con discapacidad.

Entre un 29% y un 33% de estas personas cuidadoras declara no recibir apoyo en las actividades de cuidado realizadas en el día a día. Cerca de la mitad de las personas cuidadoras de una PMD reportan apoyar en actividades básicas de la vida diaria como, por ejemplo, acostarse y levantarse de la cama (53%), vestirse (53%) y alimentarse e hidratarse (50%). La actividad básica diaria en que se entrega mayor apoyo es al bañarse o ducharse, donde más de 67% de las personas cuidadoras reporta entregar apoyos en esta actividad. En el caso de las personas cuidadoras de persona con DID, la actividad básica del diario vivir donde reportan mayor apoyo es bañarse o ducharse (71%), seguido de vestirse (67%), alimentarse e hidratarse (60%) y acostarse y levantarse de la cama (59%).

El 83% de las personas cuidadoras de PMD reportan acompañamiento a controles médicos y/o sesiones de rehabilitación, mientras que un 72% apoya con la ingesta, organización y mantención de los medicamentos. Cerca de la mitad de estas personas declara también apoyar con la realización de actividad física según indicación profesional (51%) y con la realización de actividades de estimulación cognitiva (49%). 2 de cada 5 declaran apoyar con técnicas de primeros auxilios en caso de ser necesario y con la toma de signos vitales. El 88% de las personas cuidadoras de persona con DID declaran entregar apoyos para controles médicos o sesiones de rehabilitación, mientras que el 78% maneja la ingesta, organización y mantención de los medicamentos. En una alta proporción, más del 71% apoya con la toma de signos vitales y con la realización de actividades de estimulación cognitivas.

La capacitación es baja en ambos tipos de personas cuidadoras, ya que sólo el 8% de quienes cuidan a una PMD declara haber recibido capacitación y el 15% de quienes cuidan a una persona con DID declaran haberse capacitado. Lo anterior es relevante cuando 1 de cada 2 personas cuidadoras de una PMD se declaran “totalmente” capaz de realizar las tareas de cuidado y un 31% se considera “bastante” capaz, y sólo un 3% se declara un poco/nada capaz. También, cuando el 44% de quienes cuidan o acompañan a una persona con DID reportan sentirse “totalmente” capaces de realizar las tareas de cuidado y un 37% se considera “bastante” capaz, y sólo un 6% reporta sentirse “poco/nada” capaz.

Aunque frente a la pregunta si dejarían de realizar la labor de cuidado, el 17% de las personas cuidadoras de PMD declaran que dejaría de cuidar si tuviera la posibilidad de que recibiera apoyos de alguien más o de una institución, y el 12% de las personas cuidadoras de una persona con DID declara que dejaría de cuidar si tuviera la posibilidad. Lo que se relaciona con la percepción de la responsabilidad del cuidado. Un 29% de las personas cuidadoras de PMD consideran que la familia es el principal responsable y un 11% de dichas personas considera que el Estado debe hacerse responsable de las personas con discapacidad o PMD. Para el caso de las personas cuidadoras de personas con DID, solo un 17% reporta que dicha responsabilidad es familiar, mientras que un 15% declara que es materia del Estado.

Finalmente, el 86% de las personas cuidadoras de una PMD están de acuerdo o muy de acuerdo con que “es deber de los hijos/as adultos/as cuidar a los padres mayores cuando no puedan valerse por sí mismos”, lo que muestra una alta tendencia hacia el familismo en el cuidado.

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