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Neil Young produjo éxtasis en Europa

Neil Young, una de las últimas leyendas vivas del country-rock, y su grupo »Crazy Horse» apasionaron anoche al público berlinés con un concierto que repasó los treinta años de trabajo común y toda la gama musical del conjunto, desde nostálgicas baladas hasta rock duro.


Ataviado con su clásica camisa de leñador y sombrero vaquero, el músico canadiense cumplió las expectativas de los 22.000 seguidores que acudieron a la Waldbühne.

El programa comenzó con un clásico, Dont,t Cry No tears, una pieza pop del álbum <i<Zuma, de 1975, que arrancó similares aplausos a los que consiguió después la legendaria Like a Hurricane.

«En un escenario preparado al estilo de campamento indio -con figuras de madera, alfombras y velas- los cuatro músicos se mueven en torno a una fogata imaginaria e interpretan un I’ve been waiting hasta crear un clima de éxtasis», describe hoy el diario berlinés »Morgenpost» el ambiente en la sala.



Homenajes al Rock’n’Roll como «Hey Hey My My» se intercambian con baladas como From Hank to Hendrix o piezas al estilo punk como Piece of Crap.

Al final, casi un cuarto de hora de desenfreno, con Like a Hurricane, un himno que Young acaba seccionando hasta dejar en el aire nada más que retazos de melodías, dice el Berliner Zeitung en su crítica.



Los tres bises Cortez the Killer, Cinnamon Girl y Fucked Up pusieron el punto final a dos horas y media de un concierto que satisfizo una deuda pendiente con Berlín.



De las tres leyendas vivas, Young era el único que no había pasado todavía recientemente por la capital alemana. Bob Dylan y Van Morrison se le adelantaron.



Algunos dicen que Young canta tan mal como Dylan o Lou Reed, que no es virtuoso con la guitarra, ni con las palabras. Pero
el canadiense se ha ganado un espacio entre los ídolos. Fue el gérmen de la canción descarnada, sobrevivió a holocausto punk de fines de los ’70s para pronto comenzar a ser reivindicado por las huestes del rock alternativo (Sonic Youth, Pixies) que finalmente le devolvieron protagonismo en los ’90s.



Siempre activo, desde que inició su carrera en solitario en 1968 hasta el presente, no ha dejado de escribir canciones, publicar discos o salir de gira con su guitarra o bien acompañado por su grupo soporte, los garajeros Crazy Horse.



La mayoría de sus trabajos son piezas fundamentales del folk rock y el country rock y han sido esos sus estilos maternos, pero ello no ha impedido su constante exploración en géneros tan disímiles como el rockabilly o el tecno (Arturo Figueroa).



EFE

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