Hasta el momento se ha aprobado el 70 por ciento de la ley
Después de siete años de tramitación de la Ley que establece el fomento de la música nacional en las radios, en el Senado se aprobaron dos artículos aparentemente contradictorios. Por una parte se aprobó el corazón de la ley que obliga a las radios a programar un 20 por ciento de música chilena a lo largo de toda la jornada diaria, concediéndole en ese espacio mayor participación de los músicos emergentes y locales. Pero por otra, se aprobó la idea de flexibilizar la medida a través de un cumplimiento alternativo que podría anular la obligatoriedad y cuyas medidas serían fijadas por el Consejo de la Cultura y las Artes.
Ni fu ni fa. Ni chicha ni limoná. Un paso para delante y otro para atrás. Así podría calificarse el resultado de siete años de discusión del proyecto de ley que fomenta la difusión de música chilena en las radioemisoras nacionales. Esto porque pese a que se aprobó el artículo que obliga a las radios a difundir al menos una quinta parte (20 por ciento) de música nacional en su programación habitual y que pondría entenderse como el corazón de la ley, al mismo tiempo se aprobó otro artículo que establece la posibilidad de contar con un mecanismo de cumplimiento alternativo que, en otras palabras, vendría a significar la posibilidad de saltarse tal obligatoriedad.
La discusión sobre el corazón de la ley comenzó este martes con un amplio debate de parte de los senadores. La intervenciones fueron seguidas atentamente desde las graderías por la Asociación de Radiodifusores de Chile (Archi), la Sociedad Chilena de Derecho de Autor, diversas organizaciones relacionadas y algunos músicos como Florcita Motuda y Valentín Trujillo, entre otros.
Al cabo de esta primera sesión, cuya discusión de artículo por artículo se continuó ayer miércoles- la sensación era de alegría y de desazón. Más bien de confusión.
En concreto los senadores aprobaron con amplia mayoría que las radioemisoras que operan con concesiones de radiodifusión sonoras en su programación diaria «deberán emitir al menos una quinta parte (20%) de música nacional, medida sobre el total de las canciones emitidas».
El despacho de este artículo fue recibido como un triunfo por quienes estaban a favor, en gran parte también, porque se estipuló que el 20 por ciento de la música nacional debía programarse a lo largo de toda la jornada diaria para evitar concentrarlo solo en una difusión nocturna. El temor era que las radios, por cumplir la ley, concentrarán su difusión desde las 22.00 hasta las 06:oo horas.
Pero seguido a esta votación, los senadores votaron a favor de este otro artículo que estipula que «la obligación de la transmisión del 20% podrá darse por realizada mediante el cumplimiento alternativo de los mecanismos que establezca para estos efectos el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes». Aquí la cara cambió. La sonrisa desapareció de la cara de los defensores de la ley y reapareció en los representantes de las radios que defienden la autonomía de la línea editorial de las radioemisoras.
La senadora Carolina Goic, una de las defensoras de la ley, confirmó a El Mostrador Cultura+Ciudad que -tal como está la ley- esta permite que «lo que se escribe con la mano se borre después con el codo».
«Las medidas de cumplimiento alternativo, si bien no están definidas, podrían eventualmente anular los efectos de la obligatoriedad. En resumen, hasta el espíritu de esta ley se vería afectado», declaró.
La legisladora explicó también, que aún cuando los artículos centrales de esta ley están aprobados en cerca de un 70 por ciento, la tramitación continua luego que el senador Fulvio Rossi presentara un aplazamiento de la votación. La discusión entonces, pero ya sobre temas menores, continuará la primera semana de diciembre.
En la jornada de ayer martes, como en la anterior, se produjeron avances y se acentuaron críticas. En cuanto al artículo que fomenta la música nacional se avanzó en aprobar la norma que permite que los músicos emergentes o con identificación regional o local también tengan cabida dentro del porcentaje dedicado a la música nacional, recogiendo así la inquietud sobre que sólo los músicos consagrados chilenos serían favorecidos por esta legislación.
A la inquietud de senadores como Ricardo Lagos Weber, Ignacio Walker, Fulvio Rossi, Juan Pablo Letelier, Alejandro Navarro y Carolina Goic, de que con el artículo complementario quede a fojas cero el espíritu de la ley, se sumó además la duda de Ena Von Baer y Alejandro Navarro sobre los mecanismos de fiscalización con que se hará cumplir la obligación de emitir música chilena.
A parte del impacto de estos artículos, se cuestionó también el rol del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Para Alberto Espina, Jaime Quintana y Felipe Harboe, sería inconstitucional fijar por ley que sea el CNCA el servicio que defina los pormenores del cumplimiento alternativo que reemplace la obligatoriedad de programar música chilena. Ello, porque la definición de las responsabilidades sobre qué hace qué servicio, no es facultad de los legisladores sino del gobierno. De cualquier modo, de prosperar esta aparente inadmisibilidad, la discusión constitucional se daría una vez terminada la tramitación de la ley, por lo que la responsabilidad de hacer cumplir la ley y de qué manera, quedaría en manos de la ministra Claudia Barattini.
La aprobación de los artículos en el Senado generaron emociones diversas. La organización «Más música chilena» a través de un comunicado celebró que la ley se aprobara y que al mismo tiempo se rechazarán algunas modalidades de cumplimiento alternativo como era la de reemplazar el porcentaje de obligatoriedad por entrevistas o sesiones de música en vivo, pero omite hacer referencias sobre el artículo de cumplimiento alternativo que sí fue aprobado.
En el otro de la balanza. Ibero Americana Radio Chile informó que «apoya permanentemente la música chilena y a sus creadores (…) y que en cuanto a la ley que actualmente se encuentra en discusión, nos comprometemos a acatar lo que la legislación indique. No obstante, estamos de acuerdo con aquellas indicaciones que puedan flexibilizar el cumplimiento de dicho 20%, pues nos parece que no es posible tratar de manera homogénea a todas las emisoras que existen en el país, desconociendo la diversidad propia del formato».
En definitiva, la Ley de Fomento a la Música Nacional continuará en la polémica, pues bien se aprobó el marco legal que establece la obligatoriedad para las radios de programar música chilena… esta se hizo a la chilena.
