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Unos 700 académicos, intelectuales y escritores de todo el mundo envían carta a la ONU para frenar violencia en Chile CULTURA

Unos 700 académicos, intelectuales y escritores de todo el mundo envían carta a la ONU para frenar violencia en Chile

El texto está firmado por destacados académicos, como la feminista Judith Butler, el historiador Peter Winn, y los escritores Margo Glantz, Ariel Dorfman y Alejandro Zambra, Edmundo Paz-Soldán, entre otros. «Como intelectuales y académicos de distintas partes del mundo, seguimos con mucha atención el actual proceso constituyente chileno, de movilización de amplísimos sectores de la población de ese país por demandas justas de igualdad, justicia y democracia, y nos vemos en la responsabilidad de no dejar de denunciar y aportar a frenar de una vez esta violencia estatal hacia el pueblo chileno. Si esto se deja pasar estaríamos forjando, además, un muy mal precedente histórico para los pueblos de diversas partes de la tierra que se expresan por sus derechos», señala el texto.


Unos 700 académicos de todo el mundo enviaron una misiva pública al secretario General de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, para pedir el fin de la violencia en Chile.

La carta, fechada el 11 de noviembre, además está dirigida a al ex presidenta Michelle Bachelet, en su calidad de alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU.

El texto está firmado por destacados académicos, como la feminista Judith Butler, el historiador Peter Winn, y los escritores Margo Glantz, Ariel Dorfman y Alejandro Zambra, Edmundo Paz-Soldán, entre otros.

«En las últimas semanas, el mundo ha sido testigo de múltiples, variadas y sistemáticas formas de violación de los Derechos Humanos producidas por las policías chilenas hacia manifestantes de ese país que, en las calles de sus ciudades, vienen exponiendo sus justas demandas de democratización social y cambio político constitucional», dice el texto.

«En 23 días, desde el 17 de octubre, el Instituto de Derechos Humanos de ese país ha constatado 23 muertos, 5.629 personas detenidas, 2.009 heridos en hospitales por disparos de bala, perdigones y otras armas, 198 personas con heridas oculares y 283 acciones judiciales en contra de carabineros, entre ellas, 192 por torturas y tratos crueles y 52 por violencia sexual», prosigue.

«Particular estupor nos producen las recurrentes lesiones por disparos a corta distancia realizados por agentes de la policía al rostro y a los ojos de las y los manifestantes, con resultados de pérdida total o parcial de su vista. Más de 180 personas, en su mayoría jóvenes, se encuentran hoy mutiladas de su vista por disparos de la policía, y las víctimas crecen día a día, en lo que ha sido calificado como ‘emergencia sanitaria’ por el presidente de la Sociedad Chilena de Oftalmología, y que se está convirtiendo en una política de mutilación producida ex profeso por la policía chilena hacia los y las jóvenes de su pueblo, quienes fueran los primeros en salir a las calles a manifestarse».

Además, el texto recuerda que «la Unidad de Trauma Ocular del principal Hospital público que atiende estas afecciones, ha señalado que los carabineros chilenos están disparando balines a una distancia inferior a 10 metros y dirigidos a la zona de la cabeza, esos balines así disparados pueden tener consecuencias no solo en la vista sino también cerebrales. Ayer mismo, el estudiante Gustavo Gatica Villarroel, recibió impactos de proyectiles policiales en sus dos ojos».

«Ninguno de los protocolos de la policía chilena la autoriza a disparar a tan pocos metros y a la cara de los manifestantes. La policía chilena está actuando hoy fuera de la ley y el Gobierno de Sebastián Piñera y su ministro del interior, Gonzalo Blumel, deben hacerse responsables de frenar esta escalada de crímenes y violencia policial que ya cobra carácter de Terrorismo de Estado», reclaman los firmantes.

«Como intelectuales y académicos de distintas partes del mundo, seguimos con mucha atención el actual proceso constituyente chileno, de movilización de amplísimos sectores de la población de ese país por demandas justas de igualdad, justicia y democracia, y nos vemos en la responsabilidad de no dejar de denunciar y aportar a frenar de una vez esta violencia estatal hacia el pueblo chileno. Si esto se deja pasar estaríamos forjando, además, un muy mal precedente histórico para los pueblos de diversas partes de la tierra que se expresan por sus derechos».

«Les solicitamos respetuosamente, en su calidad de máximos representantes de Naciones Unidas, tengan a bien solicitar a las instituciones del Estado chileno, Gobierno, Congreso y Poder Judicial frenar esta grave política de violación de los derechos humanos de un pueblo que legítimamente se expresa de manera política por la mejora de sus condiciones de vida», concluyen.

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