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«Infancia» de Armónica Buenaventura: cuentos de una larga Infancia CULTURA|OPINIÓN Crédito: Mickael Silveira

«Infancia» de Armónica Buenaventura: cuentos de una larga Infancia

Jorge Calvo
Por : Jorge Calvo Escritor; cuentista y novelista. Ha publicado varias novelas y libros de cuentos, con "Fin de la inocencia" obtuvo el Premio Municipalidad de Santiago de Literatura año 2003. En la actualidad dirige talleres literarios, conduce programas radiales y es miembro del directorio SECH.
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En estos relatos escritos con una prosa depurada y transparente, plagada de bellas imágenes, nos asomamos a un mundo de juventud actual, en calles enrarecidas pero reconocible, donde deambula con paso firme, entre otros, el fantasma del estallido. Una lectura necesaria para una mejor perspectiva de estas últimas décadas.


Asumimos que la ciudad existe, por supuesto que existe, pero mucho de ella, sus circunstancia y avatares nos llegan según quien la cuente.

En «Infancia», este volumen de cuentos recientemente editado por SIGNO Editorial, Armónica Buenaventura, nombre que escoge para debutar un joven autor, parece demorarse, avanzar muy lentamente o simplemente detenerse sobre ciertos episodios de los cuales uno no quisiera desprenderse nunca.

Y el ojo parece observarlo todo o repasar episodios con una cierta dosis de ingenuidad de la que no quisiéramos desprendernos jamás.

 

No obstante, ahí mismo, rodeándolo todo, envolviéndolo como un papel celofán asoma la atmosfera contaminada que simultáneamente nos informa que el peligro acecha, que la ciudad puede ser un sitio amable pero también esconde en los momentos menos pensados circunstancias que pueden imprimir un giro insospechado.

Precisamente de esos reveses nace la experiencia, el ceño que gradualmente se petrifica, las expresiones de la desesperanza.

Armónica Buenaventura a pesar de su juventud en este puñado de relatos nos pasea por una suerte de laberintos donde resuena el eco de tras infancias, talvez la nuestra y donde asoma el brillo de otros matices, a ratos parecemos estar rumbo a un realismo sucio.

Por ahí escuchamos voces, ecos, creemos reconocer a Jack Keruack, una pizca de Bukowski y su alter ego Chinaski, que deambulan por los mismos barrios. En alguna esquina reconocemos aquellas bicicletas de Carlos “Mono” Olivares y el Antonio Skarmeta del San Cristobal.

Mucho de nuestra historia urbana y literaria asoma en estas páginas. Y no debe extrañarnos porque Armónica Buenaventura se ha formado en los talleres Arte Joven con el destacado escritor Luis Alberto Tamaño y también ha visitado asiduamente los Taller Ergo Sum que dirige la brillante escritora Pía Barros, la formación existe y se nota.

En estos relatos escritos con una prosa depurada y transparente, plagada de bellas imágenes, nos asomamos a un mundo de juventud actual, en calles enrarecidas pero reconocible, donde deambula con paso firme, entre otros, el fantasma del estallido. Una lectura necesaria para una mejor perspectiva de estas últimas décadas.

«Infancia»
SIGNO Editorial
13 x 14 cm.
66 páginas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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