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Cantante colombiano Edson Velandia, por primera vez en Chile:  “Hacer arte es una forma de resistencia” CULTURA Crédito: Laura Cárdenas

Cantante colombiano Edson Velandia, por primera vez en Chile: “Hacer arte es una forma de resistencia”

César Baeza Hidalgo
Por : César Baeza Hidalgo Corresponsal en Chile de Reporteros Sin Fronteras, ha trabajado como editor periodístico, y al frente de proyectos para el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. Actualmente es colaborador independiente de editoriales como Quimantú y Ceibo Ediciones. Ha sido docente en Colombia y en Chile.
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Llega de la mano del padre y del hijo, Mauricio y Sebastián Redolés. Realizará varios conciertos en Santiago y Valparaíso, entre el 4 y el 13 de noviembre, con una escapada a Buenos Aires entre el 9 y el 11 del mismo mes. Con este viaje asegura que cumple con un deseo que arrastra desde hace mucho tiempo “porque nunca he tocado en Chile. Y porque entiendo que es un país donde desde la música, la cultura, la literatura, y el cine, se ha generado un movimiento de resistencia, importante para toda América Latina”.


Desde hace mucho que Edson Velandia Corredor mira hacia Chile como un referente desde diversas expresiones del arte, “sobra decirlo, los personajes inmensos que han hecho grande esa posición social: Víctor Jara, Violeta; o cineastas como Littin, Ruiz, Maturana, Jodorowsky, o en la literatura también, Nicanor (Neruda, Mistral, Rojas, Donoso…). Siento que en Chile hay un gran movimiento que me he perdido y es mucho más lindo llegar invitado por artistas como los Redolés, que son de ese mismo linaje, parados en resistencia frente a los regímenes fascistas que hubo en Chile”.

Velandia, próximo a publicar «Panfletos», su álbum número 18 en el cual junto a su pareja, Adriana Lizcano, le cantan a la tierra, a la paz, al país que sueñan, con composiciones que se convirtieron en himnos del reciente “estallido colombiano” y de la segunda vuelta electoral en que salió electo Gustavo Petro.

El artista no le tiene miedo a tomar posición. Por el contrario, considera que el arte debe ser comprometido y aportar a esa construcción relacionada con las convicciones.

La versatilidad de Velandia lo pasea por diversos géneros musicales, es difícil de encasillar. Desde ritmos más rockeros, música para niños y niñas, otras composiciones con fuerte raíz folclórica, o baladas entrañables en que le canta tanto al amor de pareja, como a la tierra y al campo.

La diversidad de inquietudes también le permiten incursionar en el cine, la pintura, el teatro y la construcción comunitaria. Realizan el Festival de La Tigra en Piedecuesta desde 2017, con Adriana Lizcano, con quien además desde el año pasado pusieron a funcionar «La Bellecera», una biblioteca comunitaria, en «Cabecera del Llano», el barrio de su infancia en Piedecuesta (Santander), donde realizan talleres de cine, de música, de ajedrez, incluso boxeo, entre otras tantas, que se dirigen a niños y niñas, y se consolida con el apoyo inalienable de la comunidad en que está inmersa.

Edson Velandia Corredor es un ser humano polifacético que se ha convertido en un referente para un sector importante del pueblo colombiano, porque es auténtico, sin aspavientos, puede pararse en un escenario con una cabeza de burro, apelando a su raigambre teatral y circense, o con su guitarra y una camiseta vieja y desteñida, y siempre logra una conexión con el público, porque de alguna manera lo representa y lo reconoce como uno de los suyos.

Conocerle requiere mucho más que una entrevista, por lo que trataremos de ofrecer algunos enlaces a sus videoclips, que también produce y dirige de manera colaborativa, para acercarnos a su versatilidad y a reconocer que es un imprescindible, y una de las voces más lúcidas del movimiento artístico colombiano y latinoamericano del momento, quien desde el arte local, se hace universal y representa la necesidad de cambio que se manifiesta en distintos puntos del mundo.

Velandia es un artista que pone sus creaciones al servicio del contenido y del mensaje que busca comunicar.

– Edson, varias de tus canciones se convirtieron casi en himnos, representaban el espíritu de los cambios que la gente quería en Colombia durante el estallido social y político de tu país, y también en la contienda electoral. En tu carrera has asumido el arte no solamente como mera entretención, no sólo como un espectáculo, sino que como una forma de entregar el mensaje que buscas transmitir. ¿Eso es desde temprano? ¿Antes era, tal vez, más simbólico? ¿Ahora un poco más explícito? ¿Cómo dirías tú que ha ido sucediendo esa evolución?

– Siempre traté de creerme poeta, de creerme artista, y en ese sentido, de ser un personaje marginal, desde lo político. Es decir, planteando mi voz política y mi observación de lo político, pero de una manera un poco encriptada, un poco surrealista, un poco simbólica, creyendo a fe ciega, eso sí, en que hacer arte es una forma de resistencia, es una forma política de revolución también. No obstante, la canción no sea explícitamente un discurso político.

Siento que era un convencido, y lo sigo siendo, de que un artista real, que hace arte por el mismo arte, por crear el arte, y no por plata, no por industria, es un revolucionario. En eso creía.

Pero cuando en Colombia vino la posibilidad de que volviera el Uribismo al poder, con Iván Duque, en 2018, pues yo sentí una sensación angustiosa, de que la guerra se recrudeciera, de la manera como la recrudece el Uribismo, que es desde el mismo Gobierno, desde el paramilitarismo, desde la forma política de gobernar. Y decidí empezar a hacer canciones explícitas, a las que yo llamo ‘panfletos’. Ahora saldrá un disco, el 11 de noviembre, que se llama así, ‘Panfletos’, que recopila esas canciones que hicimos con Adriana Lizcano —su pareja—.

Entonces, decidí que fueran explícitas, que fueran directas, que dijeran en un lenguaje mucho más simple, sin tantos simbolismos, mucho más populares. Que reflejara ese dedo en la llaga que había que poner. Y que no podía irse por las ramas, tenía que ser directo.

Dos de sus canciones que se publicaron a pocos días de la votación que definió la Presidencia de Colombia, ya muestran la versatilidad de su propuesta, con ritmos totalmente diferentes, con una poesía directa y al hueso:

En «El Amanecer», que inicia como cualquier canción de amor, le canta a la tierra, al otro país que nacerá de sus entrañas, desde el barro renacerá esa tierra que por fin se podrá mirar sin guerra.

En «Juvenal y el candidato» se reconoce la veta lúdica con la que se identifica su herencia paterna, Germán Velandia, quien siendo coplero y ganador de un Festival del Humor, también le deja su raíz llanera (es oriundo de Villavicencio), con un joropo —música de esa zona— tema en el que también reproduce el mito de un humilde que se enfrenta a la figura del Diablo, personificado en el político tradicional, que representa la corrupción, y al mismo Rodolfo Hernández, de Piedecuesta, quien estuvo en la contienda por la Presidencia en contra de Petro, en la segunda vuelta, dice el compositor. “No era él quien queríamos que fuera Presidente”, dice Velandia.

– ¿Qué nos puedes decir de esa canción?

– Musicalmente yo creo que es un joropo, pero los especialistas de la música llanera podrían decir que no, y que se llama de otra manera. Yo toco algo parecido a un joropo ahí en tono menor, y trato de imitar esa picaresca y esa forma de verso llanero, como yo lo he escuchado más o menos desde niño.

– En ambas composiciones cantas con Adriana Lizcano, tu pareja, quien también es impulsora de los proyectos comunitarios dentro de un barrio pobre de Piedecuesta, donde creciste. Ustedes son bastante cómplices, ¿verdad? ¿Qué papel juega ella en esta etapa de tu carrera y de tu vida?

– Así es. Adriana es abogada, con maestría de la Universidad Industrial de Santander (UIS), y eso explica su vocación por el trabajo social. Digamos que, desde su conocimiento en derechos humanos, ha logrado avanzar muchísimo en los trabajos colectivos sociales, porque tiene un bagaje muy grande de todos esos contenidos y de todos esos referentes que hay a nivel latinoamericano, de los procesos comunitarios que ella como abogada de derechos humanos ha estudiado, y en su tesis también ha propuesto.

Entonces, en vez de ser una abogada convencional, que litiga o que trabaja en una corporación, etcétera, lo que ha hecho con su carrera es compartir ese conocimiento con las comunidades. Especialmente aquí, de Piedecuesta.

Y de paso ella, a la vez que ha ido formándose me ha ido también formando a mí, con todas sus investigaciones y su aprendizaje, y eso ha enriquecido muchísimo también estas canciones en las que, aunque ella no ha participado como compositora, es una fuente de materia para hacerlas.

Es una reflexión constante que hacemos juntos, sobre de qué manera hay que cantar, de qué manera podemos hablar de esto, y ella ha logrado entender y aplicar nuevas maneras de comunicación. Trabaja mucho con la comunicación. Es encontrar cómo todo este tema político se debe comunicar con la comunidad, no puede ser un discurso, no puede ser una cartilla, tiene que ser de otra forma. Y una manera que hemos encontrado, pues es cantar… cantar. Y ahí estamos los dos en eso. Esa ha sido nuestra tarea.

– A propósito de Adriana, es bien bella y lúdica la manera de expresar el tipo de persona que te puede y puedes acompañar en el camino de la vida. Aprovechemos de escuchar cómo el discurso se hace canción en ese respecto ¿Te parece?

– ¡Hágale!

– Desde antes de llegar a la Universidad, en 1995, cuando ingresas a estudiar Música a la Universidad Autónoma de Bucaramanga, ya sabías que el arte era tu camino. ¿El arte fue, entonces, un recurso para decir, para comunicar?

– Importante eso que dices, que empezó antes, obviamente, y siguió después. Y, la verdad es que la universidad yo considero que es apenas una de las tantas cosas que uno haría en la vida. Y no, necesariamente, la que más lo forma ni la más importante.

Es casi que como hacer un viaje. Ni siquiera es un camino a veces. Es necesariamente un lugar por donde uno pasa, pero que no lo define para nada. Entonces, mi paso por la universidad tuvo mucho sentido gracias a encuentros como el que tuvimos los dos —se refiere al entrevistador—, y con todo el parche de amigos, que realmente había camaradería y hablábamos y aprendíamos de las cosas importantes.

Yo tengo que decir que a través tuyo supe de Violeta Parra, supe de la resistencia a la dictadura en Chile, supe de las movilizaciones, y eso no es que sea más importante: ¡Es realmente lo importante! porque todo académico tiende a pasar por alto la vida real ¿No? El contexto en el que estamos.

Mi padre es humorista todavía, aunque ya no ejerce tanto como profesión, pero sigue siéndolo, y él me heredó esa chispa y esa vocación por el verso, por la rima, por la poética, por el humor, por la música popular, por la picaresca también, sobre todo eso. Y mi madre peluquera, pues también de alguna manera dedicada al arte de embellecer a los demás. Entonces, de ahí viene mi vocación, claro. Yo considero que es una herencia que viene de ahí.

Yo empecé como a los 15 años a interesarme por la música. A agarrar la guitarra, y a tomar cursos y a experimentar con el instrumento. Y por ahí fue que me fui encarrilando en la música.

– Hay que decir también que casi la totalidad de los videoclips de tus canciones los diriges tú. ¿Ese aprendizaje ha sido sólo autodidacta?

– Pues digamos que es difícil hacer algo de una manera autodidacta. Siempre tienes alguien que te tire una información, te tire una clave, un secretico por ahí que te ayuda. Entonces. he aprendido lo poco que se al lado de amigos y de amigas que hacen cine, aprendiendo con ellos/as, ayudándoles a hacer la música pa’sus películas. Leyendo por ahí, también mucho, y viendo películas también he generado digamos que un interés mucho más serio y profundo por la realización.

Y bueno, pues cuando hay que hacer el videoclip de una canción yo aprovecho la oportunidad siempre pa’explorar ahí, pa’jugar con la cámara.

El amor por el teatro, el cine, y lo audiovisual

El artista ha compuesto y producido la música de los largometrajes colombianos ‘La sociedad del semáforo’ (2010), ‘Tierra en la lengua’ (2013), ‘Memorias del calavero’ (2013) y ‘El valle sin sombras’ (2014), de Rubén Mendoza; ‘Pariente’ (2016), de Iván Gaona; y del documental ‘La maldición, el milagro y el burro’ (2011), del realizador canario Ayoze O’Shanahan.

Algunas de sus canciones han aparecido en las películas colombianas ‘Todos tus muertos’, ‘Perro come perro’ y ‘Karen llora en un bus’, y del largometraje colombo-español ‘Operación E’.

Además, en 2012, fue ganador de la beca nacional de dramaturgia teatral del Ministerio de Cultura con su ópera ‘La bacinilla de peltre’, estrenada en el teatro Colón de Bogotá, en dos funciones que se exhibieron en noviembre de 2015.

Casi todos sus videoclips son producidos más con creatividad, ingenio y recursividad que con recursos, y en los temas compuestos para niños y niñas, hay manos y miradas que reflejan esa actitud de que se puede hacer atractivo. Serenauta es una de las canciones de sus dos álbumes para niños y niñas.

La versatilidad y la diversidad

La versatilidad de la propuesta artística de Edson Velandia, y las composiciones con las que nos encontramos al explorar su producción nos pasea por diversidad de músicas, de ritmos, de melodías, que uno encuentra en la música de Edson Velandia, por un lado. Pero también por múltiples lenguajes que apuestan a ponerse al servicio de un mensaje que depende de la temática, que es también un abanico inmenso.

Quien se acerca a conocerle, se encuentra con la versatilidad que va desde lo divino, de lo humano que tenemos, hasta lo más cotidiano, lo que nos pasa en las relaciones personales, pero también eso cotidiano que se vincula con lo político. Cualquier tema de interés, se puede volver canción, video, u otra propuesta en el universo creativo de Velandia.

Hay una belleza multifacética que es desafiante de conocer para la gente que no ha escuchado al garrotero —proveniente de Piedecuesta—, y se acerque desde esa perspectiva. Se va a encontrar con cosas distintas, no es que se pueda decir: Voy a escuchar sólo este tipo de música. Si alguien pregunta ¿Qué tipo de música interpreta? La respuesta es que es muy difícil de encasillar.

Tal vez por eso, en opinión del músico Tulio Sandoval “la música de Edson suena muy auténtica, muy sincera. Y su sensibilidad lo lleva a distintos ritmos, porque a lo mejor, también, el contenido de lo que quiere decir tiene que ver con que el ritmo se ponga al servicio del contenido”.

– En ‘La Guarapera’, por ejemplo, ¿hay algo de experimentación, y por la sonoridad de los instrumentos se puede identificar algo más rockero que, aunque más reciente, remite a las primeras agrupaciones que integraste, como Santa Cruz y Cabuya, cuando aún estabas en la Universidad?

– A propósito de decías que ‘La Guarapera’ suena rockera, y que tengo mi pasado rockero, pues en algún sentido sí, en el sentido de la escancia del rock, tal vez sí, porque en lo más profundo del rock, es una especie de posición política también, y urbana. Y en que también se funda en la música campesina ¡cierto? Ese es el rock, originalmente en Estados Unidos.

Y, pues lo que nosotros hacemos viene por una vertiente parecida y se conecta al rock porque usa instrumentos similares: Batería, guitarra eléctrica… pero no porque yo necesariamente haya estudiado el rock, o lo haya tocado, como hacen los que conocen su repertorio, y saben tocar de esa manera. A mí no me ha tocado ese pedacito, nunca lo viví, pero mi música se acerca a ese sonido, dado por los instrumentos y por los temas, las temáticas que tratan algunas cosas.

En la época de ‘Velandia y La Tigra’, por ejemplo, los únicos discos que hemos publicado, los cuatro álbumes, el juego era también que desde la rítmica hubiera una expresión ¿No? No necesariamente trabajar sobre un ritmo conocido, sino que en la percusión también hubiera una manera rítmica no conocido, inventada, no sin estar influenciada y basada en otras rítmicas, claro, pero que fuera creada la célula rítmica. Y eso hace que también ayude a que se sienta que es algo nuevo, innovador, de cierta manera. —Así nació la Rasqa—.

Trabajo comunitario

– Tratando de hablar de todo, sabemos que en Colombia has ofrecido un taller para todo tipo de público interesado en narrativas: El Taller de Canciones Crónicas ¿Durante tu estadía lo vas a ofrecer en Chile? ¿De qué trata?

– Sí, pues hasta ahora no está programado. Pero si hay la oportunidad de hacerlo, se puede. Todavía no hemos confirmado eso. El Taller de Canciones Crónicas, inicialmente, es un espacio en el que yo trato de hacer ejercicios de narrativas, desde la forma del verso, no desde la prosa, crear historias. Jugar con la crónica. Y nos basamos mucho en la música popular, las crónicas campesinas, la música que nos cuenta una historia.

Y eso nace a partir de algunas de las canciones mías que son crónicas, como ‘La muerte de Jaime Garzón’, que narra cómo asesinan a Jaime Garzón, quien fue un humorista, periodista y abogado colombiano, asesinado en 1999, y yo hice esa canción en 2015, dieciséis años después de su asesinato la vine a escribir. A partir de esa idea, de usar la crónica como una manera de hacer memoria, de que estéticamente se pueda construir memoria y jugar con los versos, es que se hace ese taller.

– No es solamente para músicos o músicas de oficio ¿verdad?

– ¡No, no, no! ¡Para todo el mundo! La idea es que podemos contar cualquier historia. Entonces, a partir de ejercicios, intento provocar a los y las participantes para que escriban. Y resulta una experiencia muy divertida, algunas cosas salen breves, luego un poco más extensas. Y, pues todo el mundo termina riéndose mucho y proponiendo cosas muy interesantes.

– En ese tema se refleja una de tus preocupaciones por la guerra, la violencia, y el deseo de paz para Colombia ¿Qué opinión tienes de este nuevo Gobierno que asumió en Colombia?¿Cuáles serían los desafíos que hay alrededor de lo que está pasando con este nuevo proceso político que nace con las movilizaciones, antes de la lucha electoral?

– La primera pregunta me hace recordar de una frase que siempre menciono en las entrevistas porque es muy clave y alguien alguna vez me la enseñó: “Conocerás a un pueblo por la que canción que canta en coro”. Creo que eso resume un poco el compromiso que tiene un músico respecto de lo que compone y lo que escribe. Porque sabe que lo que escribe lo van a cantar en coro.

Entonces, tendría que preguntar yo, ¿qué quiero que mi gente cante en coro, que esta gente cante a una sola voz? Y esa es la conciencia que tiene un músico. No significa que la conciencia implique que hable de esto o de lo otro, pero conciencia tiene que tener de lo que está haciendo y del efecto que genera. Ser consiente de pa’qué sirve eso que está generando. Si es positivo, si construye o destruye, o enajena.

Creo que por ahí va, eso puede ayudarnos a responder esa pregunta. No es precisamente una respuesta, pero es un camino para encontrar la respuesta, de pronto.

Y respecto de si por este Gobierno hay esperanza, pues «la esperanza es lo último que se pierde» (ríe). Bueno, eso es un mal chiste, la verdad es que yo no creo en las esperanzas, querida, que nos preguntas, yo no soy de esperanzas, la verdad, no vivo de esperanzas, como dicen. Yo creo en los hechos y en las acciones, y confío en las acciones, y confío en que lo que hemos hecho en este país es lo correcto, que ha sido resistir, a pesar de la guerra, de las masacres, de tortura, de la persecución, seguir resistiendo.

Contra todos los pronósticos, por primera vez en la historia tenemos un Gobierno popular. Eso supera la idea de la esperanza, eso está situado en el plano de las luchas, de la persistencia, y creo que eso tiene que seguir siendo así. y no sabemos cuándo vamos a llegar a un punto, pero pa’llá caminamos. En eso creo yo.

– Y en esa misma línea de pensamiento, entonces ¿cuáles son los desafíos que tendría esto que se está construyendo en Colombia?

– Pues son los desafíos naturales de la supervivencia, de la selva, de la naturaleza. Los desafíos del ambiente, siempre tienes en contra un montón de fuerzas que te hacen resistencia, que te hacen oposición. Y esos desafíos no tienen sino 500 años encima de nosotros, es un peso de una colonización que no ha parado desde hace cinco siglos, y que no se van a cambiar de un día pa’otro. Nosotros no vamos a lograr acabar con los vestigios de esa imposición de un día pa’otro. Es un proceso que no empezó con el Gobierno de Petro, es un proceso que empezó con la misma colonia. Apenas empezó la colonia, empezó la resistencia.

Así como llevamos 500 años de colonia, llevamos 500 años de resistencia a la colonia. Y eso es lo que nos tiene que dejar claro es que no podemos ser inmediatistas. Y la peor fuerza en contra es creer que esto cambia con un chasquido de dedos. Eso puede causar mucha desesperanza, mucha desilusión, y no hay que cultivar esa manera de pensar, que vamos a hacer una transformación total en cuatro años. No. Pero tenemos que lograr establecer ciertos cambios que se necesitan.

Y lo más importante, y lo más urgente que necesita Colombia es que se pacifique. Que haya paz, porque la guerra es atroz, y eso tiene que parar.

– A propósito de la colonia y la colonización, tu canción ‘Su Madre Patria’, habla de eso, y nos permite también conocer otro poco de la versatilidad de tu propuesta artística. ¿Qué nos dices de esta canción?

– Primero que el término ‘Su Madre Patria’ no tiene que ver con el género, sino que ‘Madre Patria’ es el término con el que nos enseñaron a llamar a España, y se le dice así. Pero yo creo que no está en el plano de esa discusión, porque tendría que haber un padre, una versión masculina de eso y no, sencillamente se le dice ‘Madre Patria’ porque se supone que de allá venimos, y yo no estoy de acuerdo, por supuesto, con esa manera de creer. Creo que venimos de muchos lados, obviamente, y la canción lo que hace es una recopilación de la colonia, desde hace 500 años hasta hoy, y lo que dice en pocas palabras es que todos esos colonizadores se devuelvan para España, pero en vez de decir España les decimos que se devuelvan pa’onde ‘su madre patria’.

Y bueno, en Colombia, decir ‘su madre’ es una manera de insultar, si me dices feo, te puedo responder, su madre será fea, y ese insulto sí que es machista. Así que con eso dicho, se entiende mejor a qué nos referimos cuando escuchamos ‘Su Madre Patria’.

– Y bueno, para el final quisiera que por favor nos cuentes qué es ‘La Bellecera’, espacio de construcción comunitario fundado en el barrio Cabecera del Llano, de Piedecuesta, tu barrio de la infancia y la adolescencia.

– Ese espacio es un salón comunal que estaba abandonado, un elefante blanco, como llamamos acá a los edificios que están abandonados. Y estaba ahí hace cuatro años, y con el Festival de La Tigra, el año 2021, el año pasado, buscando un muro donde hacer un mural para el Festival decidimos hacerlo ahí, en ese edificio que estaba tirado, en una esquina del barrio, sin concluir su obra, y solicitamos a la Alcaldía que nos prestara la llave pa’ entrar. Y entramos, y nos quedamos.

Y nos hicimos una biblioteca comunitaria. Inmediatamente convocamos a toda gente la a que trajera libros, y la armamos. Y lo que estamos haciendo ahí es un proceso de formación, de promoción de lectura, tenemos una escuela de cine, jornadas de ajedrez, de cultivo, de boxeo, de circo, de música, cineclub, también.

Y también trabajo con los pela’os —niños y niñas—, hacemos actividades infantiles. Y lo que buscamos con eso es que el barrio tenga un punto de encuentro para toda la comunidad, un lugar donde pueda la gente consultar los libros, escuchar música y compartir. Hacemos diferentes actividades pa’que lleguen.

El barrio no tenía una biblioteca, no tenía un espacio cultural, y lo que estamos buscando es que exista ese espacio, de la mano de la comunidad, por supuesto, no de otra manera, sino tiene que ser así.

– ¿Alguna invitación para despedirnos?

– A toda la gente que nos lee, que vayan al concierto del 3 de noviembre en La Casa en el Aire, o el 4 de noviembre en Valparaíso (El Canario a las 21:00, y Cervezocracia a las 23:00).

Y luego el 12, en el Teatro Novedades del Barrio Yungay de Santiago, junto al gran Mauricio Redolés, que es un gran honor para mí tocar junto a él. Además, llegar a Chile por medio de Mauricio y de Sebastián (padre e hijo Redolés), que son quienes hace un poco más de un año me han insistido en que nos juntemos allá, y gracias a la gestión de María Carrascal desde Argentina, e Ibermúsica que ayuda, estamos haciendo posible ese encuentro y pues será muy lindo estar en Chile, ese país que pa’mí representa mucho también, desde la música, toda la influencia de la música y la fuerza, la resistencia que ha sido Chile pa’todo el Continente, pues, pa’llá voy.

La gira por Chile y Argentina

En Chile
– Jueves 03 de noviembre/ Santiago
20:00 horas: La Casa en el Aire. / Constitución 40, Local 56, Patio Bellavista.
Valor de la entrada: $10.000
Anticipadas con descuento en Portaldisc (https://www.portaldisc.com/evento/edsonvelandiaencasaenelaire)

Viernes 04 de noviembre/ Valparaíso (Dos presentaciones en el mismo día):
21:00 horas: El Canario (Cumming 142).
23:00 horas: Cervezocracia (Blanco 398, Barrio Puerto).

Sábado 12 de noviembre/ Santiago
– 19:00 horas: Teatro Novedades junto a Mauricio Redolés. Anticipadas en Portaldisc (https://www.portaldisc.com/evento/elabrazodedosvocesrebeldes)
– Domingo 13 de noviembre Valparaíso
¡Show sorpresa!

En Argentina
– Miércoles 9 de noviembre. 20:00 horas. Impulso Latino Conourbano en El Barrio Cultural. Remedios de Escalada. Junto a Sofía Viola.
– Jueves 10 de noviembre, 21:30 horas grabación de Edson Velandia en vivo en Buenos Aires en el marco de impulso Latino contenidos. Centro Cultural de la Cooperación. Corrientes 1543, Ciudad de Buenos Aires
– Viernes 11 de noviembre. 20:30 horas en la Apertura del Festival Impulso Latino.
La Catedral, Sarmiento 4006, Buenos Aires, Argentina.
Anticipadas con descuento (https://www.passline.com/eventos/edson-velandia-impulso-latino)

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