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A los 56 años fallece la destacada poeta y guionista Malú Urriola CULTURA

A los 56 años fallece la destacada poeta y guionista Malú Urriola

La escritora oriunda de Santiago publicó varios poemarios donde destacan “Dame tu sucio amor” (1994), “Hija de Perra” (1998), “Nada” (2003), “Bracea” (2007). El velorio de Malú Urriola se realizará en el Espacio Estravagario de la Casa Museo La Chascona este viernes 21 y sábado 22.


A los 56 años de edad falleció la influyente poeta, guionista y docente chilena Malú Urriola. Tras sufrir los embates de una larga enfermedad, deja tras de si una amplia veta literaria, audiovisual y de compromiso cultural y político con referentes que, a juicio de los entendidos, incomodaron permanentemente al poder y la élite.

María de la Luz Urriola González, autora de una lírica vinculada al feminismo, la urbe y la cultura popular fue también una fructífera guionista cuyo nombre se vincula a recordadas producciones de cine, series y teleseries chilenas como “Los Venegas”, “El cuento del tío”, “El reemplazante”, “Cárcel de mujeres”, “Mea Culpa”, “El día menos pensado”, “Las infiltradas” o “Amor a la Catalán”, entre muchas otras.

Desde obras literarias como “Piedras rodantes” (1988), “Dame tu sucio amor” (1994) , “Nada” (2003) o “El Cuaderno de las cosas inútiles” (2022), el elemento reconocible de su prosa fue una poética que se planteó no sólo desde una vereda contestataria o panfletaria, sino que justificada por un contexto macabro como lo fue la dictadura, explica la profesora Claudia Burgueño, jefa de la licenciatura en Lengua y Literatura UAHC, con quien Urriola compartió la docencia en el plantel. “La obra de Malú se rebeló al determinismo contestatario y se alza hoy desde una prístina condición humana y social; abordando la esencia humana en sus preocupaciones más sentidas y trascendentales”.

En el documental “No hay estrellas”, dedicado a la vida y obra de Urriola, la autora expuso los inicios de una carrera en tiempos complejos para la sociedad chilena: “’Piedra Rodante’ es un libro que escribí originalmente en 1984, uno de los años más duros de la dictadura. No es un libro que evidencia los problemas políticos de la época pero sí contiene una metáfora sobre el mundo de los escritores al cual recién venía entrando desde la clase baja y cómo veía todo ese ego de guetos que para mí es bastante fantasioso porque acá nadie lee, entonces cuando entré a la literatura pensé, ¿a esta gente qué le pasa?. Era muy mal mirado en ese tiempo el tipo de poesía que yo estaba escribiendo, recuerdo que una vez en una lectura con Eugenia Brito en la Estación Mapocho nos pifiaron a las dos porque lo que la gente quería escuchar era ‘y va a caer, y va a caer’ y el dictador y la cosa representacional de la que siempre he huido”.

Ya sea desde la producción para el audiovisual o la literatura, en cada caso, la escritora dio cuenta de un mundo interior en fértil diálogo con la calle, la política y el compromiso con la realidad. En palabras de Burgueño, en los textos de Malú Urriola siempre existió un afán de cuestionar la sociedad, las relaciones humanas y el sentido de la existencia.

“Es innegable que su obra ha sido también muy política por la trascendencia histórica que posee: una voz que desde una mirada crítica nos muestra lo que somos como seres humanos y como sociedad. Desde el origen, en sus primeras publicaciones su voz surge en un contexto cultural donde las mujeres poetas no tenían cabida, en donde sus voces no eran consideradas legítimas o válidas. Donde se les despreciaba y consideraba de inferior rango. Es así como su escritura emergió como una voz de mujer entre un mundo literario marcadamente machista”, reflexiona.

Gonzalo Rojas, señala que la obra de Malú Urriola ha construido un nuevo modo expresivo de la poesía en Chile.

“A mi juicio, lo asumo en una tradición poco estudiada  en nuestro país como lo es la poesía experimental. Cuando digo experimental, me refiero específicamente a una poesía que trabaja con materiales que son el despojo de lo que el poder -en su amplio espectro- ha transferido a nuestra cultura. Trabaja con lo dislocado de la estética tradicional, aquella que va de la mano con lo que conocemos -y nos han enseñado como poesía- como lo lírico. Malú puso en el escenario nacional que un poema es un objeto político y culturalmente incómodo para el poder”, añade al perfil de la autora.

En vida, Urriola, docente de las carreras de cine y literatura en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, dictó clases y conferencias como invitada en las Universidades de Harvard, Princeton, Georgetown, Washington, Maryland, New York. Entre otras distinciones, recibió la Mención honrosa del Premio Municipal de Literatura de Santiago 1995 por “Dame tu sucio amor”, el Premio Municipal de Literatura de Santiago 2004 por “Nada” y el Premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura por la misma obra.

La poesía no está tan lejos del rock

A lo largo de su obra y oficio literario, Urriola puso en valor la función social que tienen formas de arte en apariencia desligadas, pero que a su juicio se conectan de una manera profunda.

“La poesía viene desde la música y cuando comenzó la poesía era una expresión puramente oral, se cantaba, entonces en ese sentido no está tan lejos de algo como el rock. Yo creo que la poesía, el arte es una trinchera que a una siempre le salva la vida. Independientemente todo lo que yo ponga en cuestión en lo que respecta a la figura del poeta, creo que la poesía me salvó del imaginario oscuro de la dictadura, de la mentira, de la perversión de la banalidad del mal, de la idea del éxito, porque ser artista es ser loser. La poesía también es libertad de pensamiento, una levanta preguntas que en algún momento responderá la filosofía, y eso es lo bonito de ella”, declara Urriola en su documental “No hay estrellas”, registro realizado por Gonzalo Rojas, Patricio Inzunza A., Maria Fer Otilia, Walter Thompson y Patricio Andres F.

Cercana a las nuevas generaciones como docente y tallerista de la Fundación Pablo Neruda, Malú Urriola compartió un enfoque particular de la realidad que nutrió nuevos terrenos, disciplinas y a jóvenes en sus clases en la UAHC.

“Hay ahí un aprendizaje ligado a la libertad entendida como el ser libre de atadura alguna, lo que involucra dejar de lado los pre-juicios, los determinismos y la seguridad porque nada hay más que lo que cada una/uno hace de su vida. Que toda voz es valiosa en sí misma y que cada voz es la propia bandera de lucha que se enarbola con valor y convicción al momento de recorrer la vida. No hubo otra forma de vivir para Malú Urriola, más que con valentía, así lo señala en sus versos “Para vivir y escribir poesía hay que tener huesos que no teman hacerse polvo”, señala Burgueño.

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