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Emblemática vivienda social de la UP en Las Condes será parte de festival OH! Stgo CULTURA

Emblemática vivienda social de la UP en Las Condes será parte de festival OH! Stgo

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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La ex Villa San Luis podrá ser visitada en recorridos que contarán con la guía de ex pobladores del lugar, tras un trabajo de colaboración con la constructora y actual propietaria del terreno. “Son personas con una enorme resiliencia, abiertas de mente, sin odio y con una enorme necesidad de que su drama sea visto y conocido. En materia de derechos humanos, son un grupo de familias que no han recibido ninguna reparación por parte del Estado. Confiamos en que este museo será un lugar para visibilizar lo que ahí ocurrió, en que las futuras generaciones puedan ver que Chile no hace tantos años tenía campamentos al borde del Mapocho, que hubo graves atentados a la dignidad de las personas, que se puede escuchar al otro, conocer su historia y tener conciencia para que hechos como estos no se repitan en Chile”, comenta el gerente de la constructora. El festival comienza este jueves con numerosas actividades en toda la ciudad.


La ex Villa San Luis de Las Condes, una emblemática urbanización de viviendas sociales que la Unidad Popular edificó en Las Condes, será parte del festival OH! Stgo, que empezó este jueves.

Luego del golpe de Estado de 1973, la dictadura del general Augusto Pinochet desalojó a sus habitantes -que en ese momento estaban pagando por sus casas- y los llevó en camiones a la periferia, para dejarlos en sitios baldíos.

El terreno quedó en manos del Ejército de Chile, que luego lo vendió para la construcción de un centro de negocios. Hoy sólo queda en pie un edificio, el Block 14,  de los 27 construidos, y está prevista la construcción de un museo. La historia es relatada en el libro “El despojo de la Villa San Luis de las Condes”, de las periodistas Francisca Allende y Scarlett Olave (Ceibo Ediciones), y el documental “Villa San Luis: la consagración de la pobreza”, de Jaime Díaz Lavanchy.

El lugar podrá ser visitado el martes 22, a las 10:00 y 12:00 horas, y el jueves 24 a las 12:00, previa inscripción través del sitio web OH! Stgo.

Serán tres visitas guiadas en que las dirigentes de la Fundación Desalojados Villa San Luis acompañarán y contarán su historia.

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Conocer la historia

“Es importante la participación de la Villa San Luís de Las Condes en el festival, ya que es una instancia que permite dar a conocer la calidad de viviendas construidas en el gobierno de Salvador Allende, en el deseo de verdadera integración social y que muchas personas conozcan la realidad de un atropello a los derechos humanos acontecido en el tiempo de dictadura hacia los pobladores, que sufrimos el desalojo ilegal y brutal de viviendas legítimamente adquiridas”, cuenta Ana María Epuñan Melillan, de la Fundación.

“Visibilizar nuestra historia es el anhelo más importante y lo estamos logrando. Somos unos afortunados después de 46 años de silencio”, complementa Antonieta Miranda, también de la Fundación.

La actividad además fue facilitada por la Constructora Presidente Riesco, dueña actual del sitio.

“Nuestro rol solamente será facilitar el ingreso y velar por la seguridad de la actividad. Ahora y en el futuro museo, ellas serán quienes velen por su funcionamiento”, destaca Felipe Gilabert, gerente general de la constructora.

La inclusión de Villa San Luis en el recorrido se debe a la relación de colaboración que tiene la Fundación Aldea, organizadora del festival, con el arquitecto Miguel Lawner, director ejecutivo de la desaparecida Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) durante el gobierno de la UP. Además la fundación apoyó la declaratoria de Villa San Luis como Monumento Nacional.

“La inclusión de la Villa dentro del festival fue bastante natural pensando en las líneas temáticas que queríamos abordar, en particular la de Proyectos urbanos entre 1920 y 1973, por lo que de inmediato contactamos a Don Miguel Lawner y a la Fundación de Desalojados de Villa San Luis”, explica Magdalena Novoa, académica y co directora del festival.

La historia de la villa

La Villa San Luis es un ejemplo emblemático de las políticas habitacionales que se fueron desarrollando y consolidando en Chile desde los años 20 y con mayor fuerza desde finales de los años 40 para dar solución de vivienda a familias sin casa.

Este proyecto en particular, estuvo orientado por los los lineamientos del Plan Regulador Intercomunal de Santiago (1960), y buscó generar un núcleo urbano armónico, para 60.000 habitantes de los estratos socioeconómicos medio y medio-alto, en edificios escalonados, con un centro cívico en 3,4 de las 50 hectáreas.

Por este diseño, que integraba los espacios públicos y privados, el arquitecto y urbanista Miguel Eyquem fue galardonado con el Premio Nacional de Urbanismo en 1971.

El proyecto de la Villa San Luis, se enmarca en este proyecto general, que fue reorientado en el sector sur para dar cabida a la población sin casa del sector oriente, gracias a la gestión de Carlos Cortés Díaz, ministro de Vivienda y Urbanismo, que hizo las gestiones en 1971 a través de la CORMU, liderada en ese entonces por el arquitecto Miguel Lawner.

“Villa San Luis es un ejemplo de buenas prácticas de integración social y urbana con la amplia participación de las personas afectadas. Es también, un ejemplo de lo que sucedió luego del Golpe Militar, que no sólo sacó a la fuerza a las 1.000 familias que habían alcanzado a instalarse en sus nuevos hogares, si no que la nueva visión que se instalaría en el país respecto a la vivienda e infraestructura urbana: un Estado subsidiario que obligaría a que a las familias sin casa y con menos ingresos a instalarse en las periferias de Santiago donde no existían condiciones mínimas de servicio e infraestructura”, comenta Novoa.

Una relación de confianza

Desde la constructora, Gilabert cuenta que la inclusión del sitio Villa San Luis en el festival ocurrió luego que la directiva de la Fundación Desalojados de Villa San Luis de Las Condes les presentara la solicitud de OH! Stgo para que el block 14 pudiera recibir visitas en el marco de ese festival cultural.

“Como constructora y propietaria del sitio nos parece importante colaborar en lo que nos corresponda para que este futuro museo tenga la visibilidad que su historia merece”, explica.

Al ser consultado sobre la relación de la inmobiliaria con la historia del sitio, desde su adquisición, Gilabert responde que “lo importante es que hoy tenemos una relación de confianza y respeto con las personas que fueron desalojadas de ese lugar hace casi 50 años”.

“Al principio, en 2017, cuando se hizo la declaratoria fue muy complejo, somos una empresa que compró el terreno al Estado y fue el mismo Estado, mediante un decreto, quien lo gravó con un destino distinto que para el que fue adquirido, imponiendo una serie de exigencias por razones completamente ajenas a nuestra realidad”, señala.

“Nosotros teníamos un proyecto inmobiliario de alto estándar, en un barrio consolidado para oficinas y habitacional. Más allá de que para el golpe Estado yo tenía menos de cinco años y no conocía realmente el trasfondo, como gerente tenía la obligación de recurrir a la justicia e intentar defender la integridad de nuestro proyecto”.

El gerente comenta que “aún así, a poco andar, buscamos los caminos del entendimiento y modificamos nuestro proyecto eliminando un edificio y por su parte el Ministerio de las Culturas y las Artes ajustó el área del monumento histórico, dejando un espacio integrado armónicamente mediante un proyecto de paisajismo común”.

Constructora y Fundación

En ese contexto, respecto a su relación con la Fundación de los ex pobladores, Gilabert señala que “ha sido un proceso muy valioso y de crecimiento personal”.

“Cuando los ex pobladores que habían sido desalojadas dejaron de estar representadas por personas externas y conflictivas, logramos conocernos personalmente y se abrieron puertas para escuchar y conocer su historia y las causas de su lucha. Ha sido muy intenso y conmovedor participar en los encuentros convocados por ellas en las distintas comunas a las que fueron desplazados, en los que pudimos escuchar más de 200 testimonios sobre su vida en la villa, los desalojos nocturnos forzados y las vidas que tuvieron que comenzar nuevamente en lugares precarios, algunos en condiciones extremas, y con sus sueños de futuro destrozados”, comenta.

“Puedo decir que son personas con una enorme resiliencia, abiertas de mente, sin odio y con una enorme necesidad de que su drama sea visto y conocido. En materia de derechos humanos, son un grupo de familias que no han recibido ninguna reparación por parte del Estado. Confiamos en que este museo será un lugar para visibilizar lo que ahí ocurrió, en que las futuras generaciones puedan ver que Chile no hace tantos años tenía campamentos al borde del Mapocho, que hubo graves atentados a la dignidad de las personas, que se puede escuchar al otro, conocer su historia y tener conciencia para que hechos como estos no se repitan en Chile”.

“La relación ha sido muy grata, estamos encaminados con un mismo fin el Museo memorial, hemos afianzado la confianza, nos da la facilidad de ingresar a la obra y gracias a eso hemos podido ser parte del festival”, confirma Epuñan.

Actualmente desde la Fundación están esperando la resolución del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) para el proyecto del concurso arquitectónico del museo. Será otro paso para avanzar en la memoria.

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