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El alcalde de «La Pérgola de las Flores» al poder Opinión

El alcalde de «La Pérgola de las Flores» al poder

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Víctor Maldonado R.
Por : Víctor Maldonado R. Sociólogo. Ex Subsecretario de Desarrollo Regional. Ex secretario nacional DC
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Cualquiera de nosotros podría escribir el programa de Gobierno del alcalde. En su pérgola, todas las flores se incorporan en un ramillete. Lo que importa no es escoger, sino sumar. El Gobierno será de consenso, las políticas serán de integración social, la igualdad debe permitir que alcance para todos, la Constitución parte con una hoja en blanco, pero no desde cero, el poder viene de la gente y la elite que la interpretaba ya no existe, etc., etc. ¿Quién puede tener tan mal corazón que no esté de acuerdo? ¿Quién puede estar en contra del sentido común? En el fondo Lavín le dice a todo que sí, con tal que no sea nada en concreto. Parece que lo dijera todo, justo cuando no dice nada.


El alcalde de La Pérgola de las Flores explica la fórmula que usó para llegar al puesto: “Si alguien me propone alguna cosa, yo le digo siempre sí. Si alguien me propone algún negocio, yo le digo siempre sí”. El coro de La Pérgola resume las enseñanzas del astuto alcalde: “En política y amores decir ‘no’ es barbaridad, el ‘sí’ es tanto más bonito y tiene elasticidad”.

Siempre hay un candidato de la elasticidad. No asumirse como lo que se es, nada tiene de nuevo. En Chile, los de izquierda saben que son de izquierda, los de centro saben que son de centro y los de derecha creen que son independientes. Se mimetizan con otra cosa, como si fuera lo más natural del mundo.

Esa es la naturaleza de este camaleón: ocupa todos los colores, pero camaleón se queda, porque lo que lo caracteriza es que busca poner los colores a su servicio, para camuflarse y comerse a cuanto insecto se pone a su alcance.

[cita tipo=»destaque»]La gran mayoría de Chile Vamos busca contener a la mayoría en el plebiscito, Lavín pretende conquistarla para la elección presidencial, aunque sea difiriendo aparentemente con toda la derecha oficial. Claro que las apariencias engañan, cada cual está cumplimiento con un papel en esta obra, pero el guión es el mismo. En el trasfondo se escuchan las palabras finales del alcalde de La Pérgola: “En toda mi vida y experiencia yo no digo ‘no’ jamás, pero cuando quedo solo, hago lo que me conviene más”.[/cita]

Joaquín Lavín no escoge entre banderas, las va coleccionando en el camino. Ponerse a discutir –como lamentablemente se está haciendo– cuáles son sus emblemas, tiene el mismo sentido que preguntarse de qué color es el camaleón, que es del color que se necesite, en el momento que se necesite.

A otros les importan las definiciones, lo que le importa al alcalde de La Pérgola es decirle que sí. Cualquiera que se considere liberal, socialdemócrata, socialcristiano, moderado o independiente, puede verse acogido en brazos de Lavín. Diga usted lo que es y el alcalde encontrará la forma de decirle “yo también”.

Cualquiera de nosotros podría escribir el programa de Gobierno del alcalde. En su pérgola, todas las flores se incorporan en un ramillete. Lo que importa no es escoger, sino sumar. El Gobierno será de consenso, las políticas serán de integración social, la igualdad debe permitir que alcance para todos, la Constitución parte con una hoja en blanco, pero no desde cero, el poder viene de la gente y la elite que la interpretaba ya no existe, etc., etc. ¿Quién puede tener tan mal corazón que no esté de acuerdo? ¿Quién puede estar en contra del sentido común? En el fondo Lavín le dice a todo que sí, con tal que no sea nada en concreto. Parece que lo dijera todo, justo cuando no dice nada. El camaleón no solo se camufla bien, sino que tiene la lengua larga.

La frase “la elite tiene que dejar de tener miedo a perder poder porque ya lo perdió”, define lo central de la estrategia de campaña de Joaquín Lavín. Con ello quiere decir que quien decide quién gana o quién pierde la elección presidencial son los ciudadanos de a pie y ninguna elite podrá cambiar ese hecho. Lo que hace el alcalde de Las Condes es asumir esa realidad y plantear una candidatura que ya no tiene creíble rival en su sector.

La gran mayoría de Chile Vamos busca contener a la mayoría en el plebiscito, Lavín pretende conquistarla para la elección presidencial, aunque sea difiriendo aparentemente con toda la derecha oficial. Claro que las apariencias engañan, cada cual está cumplimiento con un papel en esta obra, pero el guión es el mismo. En el trasfondo se escuchan las palabras finales del alcalde de La Pérgola: “En toda mi vida y experiencia yo no digo ‘no’ jamás, pero cuando quedo solo, hago lo que me conviene más”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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