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Copa Davis: la lucha terminó con los primeros golpes

Copa Davis: la lucha terminó con los primeros golpes

Andrés Alburquerque
Por : Andrés Alburquerque Periodista El Mostrador Deportes
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Chile alcanzó una ventaja tranquilizadora con los triunfos de Christian Garín y Nicolás Jarry. De quedarnos con el dobles de este sábado, todo estará resuelto en favor del equipo de Nicolás Massú.


No fue fácil y tampoco se esperaba algo distinto. No porque los tenistas chilenos no sean mejores ni tengan mayor proyección que los peruanos, sino porque jugar con muchachos de 18 y 19 años es un riesgo y un desafío.

Riesgo, pues la Copa Davis es un torneo distinto, en el que la representación del país se pega en las camisetas y pesan mucho más a cada punto. Desafío, porque nadie puede asegurar que los experimentos rindan fruto de inmediato.

Chile y Perú juegan por el Grupo II Americano, que es equivalente a una Tercera División, y ambos equipos presentaban juventud y ganas como únicos argumentos. Pero Chile tenía algo más: la cuota de talento necesaria para desequilibrar la balanza.

Lo más positivo fue confirmar que los singlistas chilenos mostraron sobre la arcilla un poco más que lo previsto.

La del capitán chileno, Nicolás Massú, era una apuesta arriesgada. La lesión de tobillo sufrida hace unos días por Gonzalo Lama apuró el ascenso de Christian Garín y Nicolás Jarry, en desmedro del más veterano, Hans Podlipnik.

Pero Massú siempre ha apostado a ganador, y sabía que una actuación positiva serviría sobre todo para el futuro, cuando estos mismos muchachos tengan que disputar el ascenso al Grupo I Americano. Por lo pronto, la cuenta quedó con un claro 2-0, que debería ahorrar golpes en esta lucha.

En el primer partido, el número dos del equipo chileno, Garín, obtuvo su cuarto y más importante triunfo en Copa Davis. Enfrente tenía a Duilio Beretta (422°), un tenista de 23 años de gran fortaleza física y uno que otro toque de talento. Nada más.

Fue en cinco sets, luego de cuatro horas y 56 minutos de ardorosa lucha, pero en un encuentro de bajo vuelo técnico, principalmente porque Garín (229°) cometió demasiados errores no forzados y le costó imponer su tenis y la localía.

Lo traicionaron los nervios de los 18 años en el gran escenario del Estadio Palestino, con el público a favor y la apertura del duelo ante el número uno de los peruanos. Y él mismo reconoció, tras la victoria, que no había podido jugar su tenis.

Pero con lo que tiene le bastó: mucha garra, buen servicio y varios tiros ganadores con la derecha para dar vuelta el marcador. Al final fue 4-6, 6-7 (3), 6-1, 7-6 (2) y 10-8.

El punto de inflexión, en el tercer set, fue matizado por el acuse de una lesión de carácter muscular del peruano que desconcertó a Garín.

Massú tuvo que trabajar extra para explicarle al muchacho que en la Davis las mañas y trucos son comunes y que no debía confiarse.

Cuando en el quinto set Beretta golpeaba derechos y revés a la carrera, pocos podían creer que hubiese sufrido una contractura.

Al menos el partido tuvo los ingredientes necesarios para mantener la atención y prolongar la emoción durante casi cinco horas.

Algo que en el segundo partido apenas duró algunos minutos. Jarry, de 19 años y 192° en el ránking, demolió a Juan Pablo Varillas (660°) en los dos primeros sets y todo parecía definido.

Con derechas invertidas, potentes y ubicados saques facilitados por su metro y 99 centímetros, el nieto de Jaime Fillol también mostró un revés elegante y voleas que hicieron recordar a su abuelo.

Varillas era apenas un sonámbulo, que combinaba muchas más malas que buenas. Pero la juventud de Jarry, el cansancio que se apoderó de su larguirucho cuerpo y, sobre todo, una clara evolución en el juego del peruano pusieron la voz de alerta.

Al final, el chileno logró imponerse por 6-2, 6-2, 3-6 y 7-6 (3), en casi tres horas, para darle la mejor sonrisa de satisfacción a Massú.
Este sábado se disputará el dobles, presumiblemente con Hans Podlipnik y Gonzalo Lama para chocar con el binomio peruano de Duilio Beretta (si logra recuperarse de su lesión) y Sergio Galdós.

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