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¿Es rentable tener una estrategia empresarial sotenible? Opinión

¿Es rentable tener una estrategia empresarial sotenible?

Luis Matte
Por : Luis Matte Ingeniero Civil industrial
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El Estado a través del Consejo de Inversión extranjera de Chile está haciendo un estudio de cómo aporta la sustentabilidad en incentivar la inversión extrajera, y por cierto podemos anticipar un resultado favorable.


Sabemos que la actividad empresarial produce externalidades que no se reflejan en sus costos como la contaminación, ruido, congestión, desigualdad de género, residuos, gobernanza, entre otras y si comparamos la población de 1960 – 3,200 millones de personas con un PIB per cápita de 449 USD – con la población de 2015 – 7,200 millones y un PIB de 10,000 USD aprox., vemos que estas externalidades se han multiplicado más de 45 veces.

Esta mirada nos da a entender por qué debemos considerar dos nuevos accionistas en la propiedad de la empresa. A saber, la comunidad y el medio ambiente. Estos accionistas han tomado fuerza ante la evidencia del calentamiento global, las colusiones, casos de explotación infantil y muchos otros que al estar expuestos en las redes sociales se hacen públicos de forma inmediata, exigiendo en las calles sus derechos de accionistas. Por tanto, al igual que se debe considerar a los accionistas minoritarios por razones de gobernanza, hoy se deben considerar estos nuevos accionistas, sociedad y ambiente, respetar sus derechos, informarles, consultarles y repartirles sus dividendos, los cuales no son más que una suma positiva de externalidades.

El respetar las acciones de las AFP en nuestras empresas es invertir en nuestra vejes, pero el respetar y cautelar los derechos de las acciones de la sociedad y medio amnbiente es invertir en la calidad de vida de nuestros nietos y qué más parecido al concepto de sosteniobilidad que eso, vivir hoy cuidando y construyendo el mundo en que queremos que vivan nuestros nietos.

Afortunadamente estos nuevos accionistas, al ser correctamente considerados, contribuyen con la empresa aportando rentabilidad en distintos aspectos, como: en lo Corporativo, aumentando el valor de su acción, ya que al ser sustentable recibe mayor demanda por sus acciones por parte de los fondos internacionales que aplican las reglas de Inversión Responsable Sostenible (IRS que hoy representa el 23% de la inversión, USD$13,600 billones), ganando además en reputación; en lo Comercial mayor lealtad de los clientes, nuevos mercados de grandes clientes que exigen esta estrategia de sustentabilidad y oportunidades de identificar nuevos productos o procesos a través de la creación de valor compartido; en lo Productivo, mejoras en la productividad por un mejor clima laboral, reducción general de costos, menos multas y accidentes En lo Financiero, mayor acceso a financiamiento y a créditos al tener una gestión de riesgos sociales y ambientales, pudiendo acceder a la banca adherida a los principios de Ecuador.

El Estado a través del Consejo de Inversión extranjera de Chile está haciendo un estudio de cómo aporta la sustentabilidad en incentivar la inversión extrajera, y por cierto podemos anticipar un resultado favorable. Aún nos queda mucho camino por avanzar, y coherencia por abrazar.

Indudablemente, las compañías deben incorporar la sostenibilidad en sus estrategia de negocios y por lo tanto no tomar ninguna decisión que no sea rentable económica, social y ambientalmente, deben hacer reportes de sostenibilidad auditados, reportando lo bueno y lo malo como en los balances financieros y no cuentos de hadas como se amenudo que lo hacen creyendo que los grupos de interés no son capaces de ver las externalidades negativas. Se debe avanzar en que los bonos de los ejecutivos consideren indicadores de sostenibilidad y no solo financieros, avanzar en la coherencia y trazabilidad de la sostenibilidad en toda su cadena, es decir, no comprar o vender a ninguna empresa que no tenga política de sustentabilidad.

Podemos afirmar que al 2020, el contar con una estrategia de negocios sostenible será una norma o standard de mercado, y luego, el tener una estrategia de sostentabilidad ya no pasa por principios morales solamente, sino que es una obligación empresarial aún para aquellos que siguen creyendo que su misión solo es maximizar la utilidad de sus accionistas, ya que como hemos dicho aumenta la rentabilidad de la empresa y por tanto de los accionistas.

Las políticas de sostenibilidad durante el siglo XXI han tomado un lugar central en la actividad económica y ha llegado para quedarse,incluso está siendo empujada por el capital, lo que podemos comprobar en el Dow Jones sustainable, IPSA sustentable y otros indicadores bursátiles la Inversión Responsable Sostenible, bancos que no analizan el riesgo de proyectos que no tengan robustos informes de su licencia social más alla de los permisos de funcionamiento. Por lo tanto, no nos queda más que hacer un llamado de urgencia a los empresarios incrédulos en estos temas que creen que no los necesitan, ya que pagan impuesto y dan trabajo, a que levanten la mirada y empartan este camino más temprano que tarde ya que implica un cambio en la cultura y estrategia del negocio que toma algún tiempo. La sostenibilidad pasó de ser “hippie” a ser una obligación en la estrategia empresarial.

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