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Uruguay se propone establecer monopolio estatal de la marihuana


Durante décadas, Uruguay ha sido famoso por las playas tranquilas de Punta del Este y por Colonia, un pueblo pintoresco del siglo XVII sobre el Río de la Plata. Este país, que es uno de los más pequeños de Sudamérica, podría pronto reivindicar además una relativa fama como sede del primer mercado de la marihuana del mundo dirigido por el Estado.

Líderes de México, Colombia y otros países latinoamericanos destruidos por la violencia de los carteles están requiriendo un nuevo enfoque en la guerra contra las drogas encabezada por los Estados Unidos. La solución del presidente de Uruguay, José Mujica, no se limita a legalizar la marihuana sino a convertir al Estado en el proveedor exclusivo, reemplazando a los traficantes que generalmente entablan guerras territoriales en tanto cada año mueven US$30 millones a US$40 millones de la droga ilegalmente, según estimaciones gubernamentales uruguayas.

A pesar de que la opinión pública está dividida, la propuesta tiene una fuerte probabilidad de sanción en la legislatura del Uruguay, que controla el partido del presidente, informa Bloomberg Businessweek en el número correspondiente al 17 de septiembre. La participación estatal “arruinaría el mercado” para los traficantes de marihuana “porque la venderemos más barata a un precio que no se puede conseguir en el mercado negro”, dijo Mujica, de 77 años, a CNN el mes pasado.

La posesión de marihuana para consumo personal ya fue despenalizada en Uruguay aunque la distribución continúa siendo ilegal. Según la propuesta de Mujica, los uruguayos mayores de 18 años podrían inscribirse para recibir una ración de marihuana de hasta 30 gramos, pero las ventas a los extranjeros seguirían estando prohibidas.

Suiza de Sudamérica

Las ventas estarían gravadas, en tanto el producto de éstas financiaría el tratamiento para los adictos a drogas más duras. El gobierno estima que en Uruguay hay aproximadamente unos 150.000 consumidores de marihuana y que él mismo, o un contratista privado, deberían sembrar 150 a 200 hectáreas para satisfacer la demanda.

La Suiza de Sudamérica, como se llama a Uruguay, un refugio de banca exterior para los inversores de países vecinos, ya está en el negocio del placer.

Junto con las industrias petroleras y de teléfonos fijos, el gobierno opera una destilería de whisky. También es socialmente más progresista que sus vecinos más grandes. Mujica, que fue un revolucionario de la guerrilla inspirada por Castro, fue electo para un mandato de cinco años en 2009.

Se traslada en un Volkswagen Beetle destartalado desde el palacio presidencial en Montevideo, donde viven alrededor de la mitad de los 3,4 millones de habitantes del país, hasta una modesta granja con flores en las afueras de la ciudad donde vive, cuida rosas y verduras, y juega con Manuela, su perra de tres patas.

Mujica comenzó a hacer campaña por la ley en julio, cuando el delito experimentó un aumento, pero todavía no ha visto resultados. En un reciente sondeo realizado por la firma encuestadora privada Cifra, 66 por ciento de los encuestados se opusieron a legalizar las ventas de marihuana.

“Holanda ya lo hizo en los años 1970 y en 40 años pudo separar a los consumidores de marihuana de los de otras drogas, que son muy diferentes”, dice el sociólogo Agustín Lapeina, que estudia el tema desde hace 15 años en la organización de desarrollo social sin fines de lucro El Abrojo. Holanda, casualmente, está repensando su política relativa a la marihuana, que constituyó uno de los temas en sus elecciones este año.

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