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Auditoría revela graves irregularidades en negocio inmobiliario de Cencosud y Paulmann interviene el área


Hace dos semanas Horst Paulmann citó muy temprano a los ejecutivos del área inmobiliaria de Cencosud en el patio de comidas del Costanera Center. Les informó que había un ejecutivo que “había metido las manos”, que la situación era muy grave, que estaba siendo investigada y que todos quedaban con “tarjeta amarilla”.         

A esas alturas, la compañía llevaba una semana realizando una auditoría interna tras detectarse irregularidades vinculadas a un ex gerente de la empresa en la adjudicación de contratos de arriendo a Supermercados Santa Isabel.    

El ejecutivo involucrado, según informó la compañía a El Mostrador Mercados, es Renzo Paonessa, quien hasta el 31 de marzo ocupó el cargo de gerente corporativo de proyectos y obras, y también de shoppings centers.

Su renuncia, comunicada como hecho esencial a la Superintendencia de Valores en febrero, no tuvo relación con las irregularidades. Después de dejar el cargo Paonessa mantuvo un contrato como asesor inmobiliario de Paulmann, de quien era muy cercano, y recién cuando se conocieron los ilícitos se cortó definitivamente el vínculo laboral. En sus funciones de gerente de proyectos el ex ejecutivo estaba a cargo de las obras de la compañía para todas las áreas de negocios. Como tal tenía bajo su responsabilidad la decisión de contratar la construcción de proyectos así como la compra y arriendo de terrenos y locales.

La compañía informó que Paonessa firmó cinco contratos de arriendo de locales a largo plazo —entre 20 y 30 años— para Santa Isabel con dos sociedades en las cuales participan sus cuñados Rodolfo y Pablo Soria-Galvarro y otras tres en las que “palos blancos” aparecían cediendo derechos a sus parientes políticos, según arrojó la auditoría que concluyó el viernes recién pasado y en la que habría participado Jorge Bofill como abogado externo.

Esta es la primera vez que en Chile se detectan actos de corrupción en el área inmobiliaria de Cencosud. La favorita de Paulmann, quien se involucra en todos los detalles y encabeza el comité inmobiliario en el que participaba Paoenessa, además de Juan Pablo Escudero, su segundo a bordo y quien lo sucedió en el área inmobiliaria (Rodrigo Larraín asumió la división de shoppings centers) y Pablo Maturana, gerente de desarrollo regional inmobiliario.

Dos de los contratos suscritos con los parientes de Paonessa se encuentran operativos y los locales Santa Isabel en funcionamiento, y otros tres todavía no han sido construidos y serán paralizados. A raíz del hecho se detuvieron ocho proyectos relacionados a Santa Isabel. Fuentes del mercado estiman que esos proyectos tienen un valor total de US$ 32 millones. El área inmobiliaria se encuentra intervenida y en proceso de reestructuración, informó la empresa.  

Ascendente carrera de la mano de Paulmann  

Paonessa era parte de Almacenes París cuando Paulmann la compró en 2005. Tenía un puesto de mediana jerarquía: era gerente de “visión merchandising”, es decir, estaba a cargo de la presentación de las tiendas, supervisaba la disposición de la mercadería y asignaba los rincones de marcas de la multitienda. Indirectamente, veía la parte de arquitectura, lo que lo acercó a Paulmann, para quien esta área es muy importante.

Desde aquella posición el ejecutivo comenzó a ascender. El empresario lo nombró gerente general de París en Perú cuando Cencosud planeaba ingresar a ese mercado, pero la crisis detuvo el proyecto de expansión y Paonessa regresó a Chile como responsable de las sucursales de la cadena en el norte. De ese cargo saltó a gerente de desarrollo del área inmobiliaria y, a raíz de la renuncia de Víctor Ide, tomó su puesto y quedó a la cabeza del área inmobiliaria en Chile.

Nuevamente, la partida de otro gerente, esta vez de Guillermo Massaglia, le permitió ascender un escalón y llegar a ser gerente corporativo del área inmobiliaria, a cargo de todos los países.

Cuando Olaf Hantel renunció, hace un año y medio, a la gerencia de shoppings centers, quien lo sucedió fue Paonessa. De esta forma, se transformó en el máximo ejecutivo tanto del negocio inmobiliario como de los centros comerciales, lo que nunca antes había ocurrido. Sobre él sólo estaba Daniel Rodríguez, el gerente general corporativo.

En esta ascendente carrera jugaron a su favor la simpatía que le profesaba Paulmann, quien le fue dando más confianza y permitiéndole llenar las vacantes que dejaban sus superiores. En el encuentro de centros comerciales REcon Latinoamérica, celebrado en marzo, el empresario lo sentó en su mesa y le dedicó unas palabras en su discurso. Fue en esa oportunidad cuando declaró “no podemos pagarles a los proveedores antes de 30 días; eso es un sueño”, copando la agenda noticiosa.

En la compañía concuerdan que el empresario está dolido por la alta estima que tenía hacia el ejecutivo nacido en Perú y nacionalizado chileno hace dos años, pero también está muy intranquilo. El hecho ocurre en momentos en que Cencosud está batallando por mantener su grado de inversión para la deuda que emitió con el fin de financiar su ingreso a Colombia, donde adquirió la cadena Carrefour en US$ 2.600 millones. Tanto la empresa como el mercado han estado preocupados por la posible pérdida del grado de inversión dado su nivel de endeudamiento que estaba alcanzando. Pero la decisión de vender control del negocio de las tarjetas a Itaú ha disipado algo de esas preocupaciones.  

Su versión: “La compañía sabía”  

En enero del año pasado Paonessa sufrió un infarto. Las consecuencias del hecho son relevantes. “Yo trabajé hasta junio, hasta la apertura del Costanera Center. A partir de junio o julio cambié mi contrato a jornada parcial con la consiguiente rebaja de renta dado un tema personal de salud. Y llegué a un acuerdo de palabra con la compañía para desarrollar proyectos inmobiliarios para Cencosud. Lamentablemente, el acuerdo no se respetó”.

Según su versión, a través de una sociedad propia llamada Inversiones e Inmobiliaria Paonessa —Inversiones Reti es su nombre de fantasía— suscribió dos contratos de construcción y arriendo para locales de Santa Isabel. “Es absolutamente transparente, estoy yo en la sociedad, era de público conocimiento. Toda la compañía sabía que yo tenía un acuerdo para desarrollar proyectos inmobiliarios. Yo mismo los presentaba. Puedo mostrar correos donde la empresa los aprobaba”.

El problema se suscitó —explica— porque declaró que no tenía conflictos de interés y no informó que su cuñado Rodolfo Soria-Galvarro había firmado contratos con Cencosud.

“Yo no tenía conocimiento de que mi cuñado participaba en proyectos para Cencosud. Él tiene 72 sociedades, es un hombre rico que invierte en el negocio inmobiliario. Ante eso, desconocen el acuerdo de palabra. Capaz que yo hubiese tomado la misma decisión”, sostiene. 

Su pariente político es socio de 3G Motion, que desarrolla proyectos y servicios móviles para empresas en diez países según su página web. Después de su renuncia el ejecutivo firmó un nuevo contrato en el que se mantenía como asesor inmobiliario. Hace tres semanas terminó la relación contractual. Cencosud dijo que evalúa tomar acciones legales.

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