Esta tarde, el Consejo del Banco Central (BC) –que tendrá novedades en sus integrantes y cargos– se reúne nuevamente para analizar su política monetaria. El mercado da por descontada la baja de 25 puntos base de 4,5% a 4,25% de la Tasa de Política Monetaria (TPM).
Por ello, la mirada está puesta, más que en el comunicado de las 6 de la tarde, en las señales que dará hacia el futuro.
Y es que en la última reunión del 16 de enero pasado sólo la extrema prudencia impidió una rebaja de los tipos de interés de referencia.
Por ello, Rodrigo Vergara, Enrique Marshall (nuevo vicepresidente), Joaquín Vial, Sebastián Claro y el debutante Pablo García darán las señales al mercado, más que con la cifra, con el horizonte.
“Esta decisión de bajar la TPM en febrero es casi un hecho, dado el sesgo bajista colocado en el comunicado de la reunión de enero. Lo que me parece más interesante es si el Consejo del BC bajará la TPM manteniendo el sesgo bajista o lo reemplazará por uno neutral. Aquello definirá cuál es la TPM terminal que tiene en mente el BC en su nuevo escenario base… en 4% o bajo 4%”, dice el economista jefe de BBVA, Jorge Selaive.
A su juicio, hay riesgos, implicados en el escenario, de que el BC envíe un sesgo a la baja tras reducirla esta tarde. “Mi preocupación de bajar mucho la TPM –bajo 3,75%– es estimular demasiado el crédito a personas, situación que puede llevar a niveles de endeudamiento mayores a los que sugiere la posición cíclica del mercado laboral. Ya observamos niveles algo elevados de endeudamiento, y colocar combustible a las colocaciones puede acarrear problemas para la estabilidad financiera”, dice.
Agrega que, si se baja mucho la TPM y contra la tendencia de las economías de la región, eso “podría llevar a presiones depreciativas sobre el peso que pueden no condecirse con los fundamentales de la economía, provocando inflación de bienes transables que lleve a terminar con inflación total por sobre el 3%, castigando el consumo de bienes importados más de lo aconsejable”.
Por ello, cree que pensar que, si el tipo de cambio se ubica en $ 600 en abril o mayo no traerá significativa inflación, “sería ingenuo”. “Por ahora, el nivel actual del tipo de cambio es adecuado al permitir recuperar competitividad e inyectar acotada inflación, pero 10% más de depreciación inyectaría 0,6% de inflación anual, lo que dejaría la inflación cerca del techo del rango meta en un año más o antes”, explica.
El analista de Bice Inversiones, Cristobal Doberti, indicó a La Segunda que no ve mucho espacio para seguir bajándola más allá del 4% al que, según coincide el mercado, llegaría la TPM en 2014. Esto porque, a nivel macro, la reversión de flujos de inversión, la depreciación de las monedas y la inflación son fenómenos que están impactando mercados emergentes.
“Esto ha implicado un cambio para los bancos centrales, porque el año pasado había un escenario más expansivo, pero ahora eso ha cambiado. Hay menores espacios respecto de lo que había antes. En Chile vemos la baja de mañana (hoy) y otra similar en el año, con la tasa cerrando en 4%”, dijo.
En el informe de antecedentes para la Reunión de Política Monetaria de hoy, el área de estudios del BC afirma que se confirmó una cierta desaceleración en la economía local (2,6% en diciembre y proyección de 4% para 2013 y 3,8% para 2014) y que la inflación está proyectada en torno a 3% en dos años y en 2,8% en doce meses.
Al mismo tiempo, se verificó la desaceleración de la inversión, sobre todo en maquinarias, aunque no se trata de indicios de un enfriamiento drástico del motor local. No obstante, se trataría de antecedentes suficientes para presuponer un cierto ralentamiento de la actividad, lo que haría necesaria la rebaja de la TPM.
Pero hay matices. Sobre la inversión, aunque se reconoce el menor indicador en el cierre de 2013, también se advierte que el catastro de la Corporación de Bienes de Capital (CBC) revela un reimpulso de inversiones energéticas y de inmobiliarias desde 2015.
Las dudas se dilucidarán esta tarde.