"He sido un ministro responsable. Más allá de mi falta de diplomacia, júzguenme por los hechos".
Esa frase refleja quizás más que ninguna el tono de la presentación de ayer del ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, ante el empresariado en Icare.
El desayuno era muy esperado. Se trataba de su primera aparición desde que se publicó su polémica entrevista con Carlos Peña en El Mercurio durante la semana pasada y, además, era ante la audiencia más escéptica respecto a la Reforma Educacional.
Pero en su momento más complejo logró calmar algunos de los temores del empresariado sobre la reforma educacional y ganarse a algunos de los escépticos. Las dudas persisten, pero el ministro de Educación salió de Casa Piedra con más apoyo del que tenía al entrar. Además de pedir que lo juzgaran por los hechos, invitó "al debate y no al combate".
Entre los más de 600 asistentes había personas con intereses en educación, sostenedores y fundaciones. Pero también estaban empresarios como Ernesto Tironi, Piero Solari, de la familia Falabella; asimismo, los abogados Jorge y Jaime Carey, y varios personajes del mundo diplomático.
Para Manuel Vargas, gerente general de Icare, Eyzaguirre lo hizo bien. "Creo que explicó lo que estaba haciendo, que aclaró varias cosas y que ha quedado la sensación de que hay varios temas que están en revisión".
Añadió que le gustó el tono conciliatorio del ministro y le dio crédito por rescatar "la presencia del tema calidad en varias partes de su presentación y eso me parece muy bien, porque ahí hay un consenso absoluto. Puede que sobre el lucro no haya mucho acuerdo, sobre la selección tampoco, pero sobre la calidad está todo el mundo de acuerdo". Admitió que la reforma es radical y profunda, "pero lo importante es que sea una buena reforma, que aporte y que se haga cargo de la educación de los niños y que resuelva los problemas verdaderos de la educación en Chile más que miradas un poco caprichosas de cómo debe ser o no".
Eyzaguirre, por su parte, reconoció que la transformación del sistema educativo chileno se ha convertido en una suerte de "combate". "No nos sabemos escuchar, esto se ha transformado no en un debate, sino en un combate", señaló en su intervención.
El titular de Educación aseguró que la reforma es "sumamente compleja", porque toca muchos intereses y distintas visiones sobre el modelo educativo, pero resaltó que es necesaria para mejorar la igualdad de oportunidades en Chile y la calidad de su democracia. La reforma ha sido criticada por la oposición de derecha y por algunos sectores del oficialismo que se oponen a terminar con el copago en los centros que reciben subvenciones estatales.
El ministro de Educación, que ha sido muy cuestionado estas últimas semanas por realizar algunas declaraciones altisonantes, pidió ante los empresarios un voto de confianza para sacar adelante la reforma. "He sido un ministro responsable. Más allá de mi falta de diplomacia, que la reconozco, júzguenme por los hechos", sostuvo Eyzaguirre, quien aseguró que nunca ha impulsado políticas públicas "populistas o basadas en las encuestas".
Reveló que a ratos la Presidenta lo critica por actuar como ministro de Hacienda, que lo fue en el gobierno de Ricardo Lagos, y no ser suficientemente arriesgado.
El objetivo principal de la reforma –insistió– es mejorar la calidad de la enseñanza en Chile, "porque no es posible –dijo– tener calidad para todos con el paradigma actual", heredado en buena medida de la dictadura de Augusto Pinochet.
Y les advirtió que “o Chile se pone al día en su modelo educacional o vamos a terminar en el populismo”.
Patricia Matte, la matriarca de uno de los grupos económicos más poderosos de Chile y sostenedora de colegios, manifestó que el ministro aclaró varios puntos.
"Coincido 100% que la educación pública es el tema más relevante y eso debiera marcar la pauta, pero eso no significa terminar con la educación privada o entregarle recursos distintos, o darle un trato distinto a la educación privada, entonces, creo que aclaró ese punto, muy relevante"
Sí le criticó la falta de detalles sobre la reforma a la carrera docente y el hecho de que no justificara debidamente "por qué partió con la agenda al revés, con el fin al lucro, al copago y a la selección. Creo que si mañana amaneciéramos sin lucro, sin selección y sin copago, la educación no mejoraría nada. Es al revés, fortalecer la educación pública para que sea una opción y, posterior a eso, si los recursos son suficientes, ir a decir 'okay, como país hoy, o en varios años más, el país puede financiar una educación de calidad para todos los chilenos'".
Para Claudio Ramírez, socio y gerente general de Llorente y Cuenca, "Júzguenme por los hechos" debiera ser el titular del discurso de Eyzaguirre. Dice que fue una alocución "bastante mesurada y con un llamado a una evaluación basada en el fondo más que en las formas". Estima que el ministro se paseó con bastante soltura por los distintos temas.
Mariana Aylwin cree que el ministro defendió con fuerza sus convicciones, pero no adelantó mucho. "No hay sorpresas ni planteamientos nuevos, sino que una reafirmación de la línea gruesa que él quiere impulsar, pero la verdad yo creí que iba a desglosar más sus propuestas, pero no lo hizo, y es probable que tenga razón… yo, en el caso de él, no lo habría hecho aquí".
Sí destacó que el ministro, en el proyecto de fin al lucro, selección y copago que está en el Congreso, esté abierto a "ampliar el plazo y poner todos los recursos para reemplazar el copago y eso va a ser en un plazo mucho más largo que el previsto de diez años, y a mí me parece que eso es una buena noticia".
Uno de los más críticos fue Manuel José Ossandón, senador RN. Expresó que "nos quedó cada vez más claro que la reforma está absolutamente equivocada, que está enfocada en otro lado, y dio ejemplos concretos, como decir que en Estados Unidos tú vas a un colegio público porque es mejor que uno privado, y si eso es lo que tendría que haber hecho en Chile. Por qué no nos concentramos en los colegios públicos y gratuitos, y de ahí vamos nivelando para arriba, y no tratar de cambiarlo todo", sostuvo el parlamentario de oposición.
