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Opinión: Chile y China, cultura, negocios y confianza en la era global

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En el año 2006 Chile se convierte en el primer país occidental en firmar un Tratado de Libre Comercio con la República Popular China (RPC), lo que abre las puertas a un potencial y auspicioso mercado de 1,4 mil millones de habitantes.

La posibilidad de contar con garantías institucionales que facilitaran el comercio entre ambas naciones generó grandes expectativas entre empresarios, emprendedores y la élite política local, no solo por la creciente importancia del gigante asiático en el crecimiento de las economías emergentes en América Latina, sino que por nuestra propia estructura de desarrollo económico, basado en la apertura al exterior. China traería diversificación de mercados (al convertirse en una alternativa viable a los mercados tradicionales europeos, norteamericanos o latinoamericanos) y de la canasta exportadora, así como también potenciales inversiones. 

A pesar de que las cifras de intercambio comercial han aumentado exponencialmente –como promedio 22% anual desde la firma del TLC, según datos de la Dirección de Relaciones Comerciales de la Cancillería (Direcon 2013) y durante el primer año en un casi 100%–, actualmente el 88% del monto total exportado hacia la RPC aún se ciñe a productos derivados de la minería, según informes de la CEPAL. Más aún, el 40% del total de las exportaciones a China corresponde sólo a dos empresas: Corporación Nacional del Cobre (Codelco), con 30% del total de las exportaciones, seguido de Minera Escondida, con 12%. 

El libro Ni Hao Mr. Pérez, Buenos días Mr Li. Chile y China: Cultura, Negocios y Confianza en la Era Global (Ediciones UC, 2015), se centra en explicar los desafíos que empresarios y ejecutivos chilenos han encontrado en su relación comercial con China, enfocándose en los aspectos culturales y blandos de la relación comercial.

Basado en más de 80 entrevistas y cuatro trabajos de campo tanto en China como en Chile, el libro intenta explicar, desde el punto de vista de la cultura, la confianza  y las comunicaciones, la importancia que tienen las variables culturales  en las relaciones de negocio internacionales. Para ello, recorre los principales hitos de la relación bilateral, explora la literatura existente entre cultura e interacción económica, para luego indagar en las principales características de la cultura china y su influencia en los negocios. Todo ello, desde la visión y experiencia de los propios actores.

Desde esta perspectiva, el texto se convierte en una invitación a ampliar la perspectiva con la que se entienden las relaciones de negocio, que si bien se insertan en un mundo cada vez más globalizado, rescata la importancia e incidencia de la diversidad cultural. 

Para que se entienda y parafraseando al famoso columnista del New York Times, Thomas L. Friedman, a pesar de la globalización, creciente conectividad, acercamiento e intercambio y de la occidentalización predominante… el mundo no parece ser tan plano.

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