El ex presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva y al menos dos ministros del gobierno de Dilma Roussef hacen un intenso lobby para ayudar a salvar el imperio del magnate brasileño Eike Batista.
La revista Veja informa que quieren evitar que un astillero de Singapur se instale en Espíritu Santo, la región donde Batista construye un complejo de logística naval.
Según la nota, el plan orquestado por Lula, Batista y el gobernador de Rio de Janeiro era presionar al grupo asiático para mudar su inversión de 500 millones de reales de Espíritu Santo a Rio de Janeiro. Veja dice se reunieron con los ministros de Hacienda y Desarrollo y que el embajador de Brasil en Singapur también estaría involucrado.
La nota informa que fue un ejecutivo del grupo de Singapur que alertó al gobierno de lo que estaba pasando.
De acuerdo a Bloomberg, el magnate brasileño está bajo presión de los bancos para aumentar el colateral y esto lo tendría al borde de vender una parte de su filial energética MPX, la cual posee negocios en Chile, para poder garantizar parte de los créditos.
El año pasado la deuda neta de las seis empresas que controla y que se transan en bolsa aumentó más de 3 veces y ahora llega a casi US$ 8.000 millones. Esas empresas, en los primeros 9 meses del 2012 perdieron un total de US$ 850 millones.
A fines de enero hubo reportes que Batista estaba en conversaciones para vender una parte de MPX a la alemana E.ON.
La petrolera de Batista es el principal problema. Los papeles de OGX Petroleo y Gas cayeron 85 % el último año y tocaron su mínimo histórico la semana pasada. Y es eso lo que tiene preocupado a los bancos acreedores.
La nota dice que entre los más expuestos están el banco Itaú (US$ 2.800 millones), Bradesco (US$ 2.400 millones) y BTG Pactual, la matriz de Celfin, cuyo controlador, Andrés Esteves, ha autorizado un total de US$ 1.300 millones en prestamos a las empresas de Batista.
De acuerdo a Bloomberg, Batista usó las acciones de sus empresas como colateral para los prestamos con los cuales pudo construir su imperio de commodities y energía.
La fortuna personal de Batista cayó en US$ 25.000 millones el año pasado.
